UN TECLAZO OCURRENTE
Por Luis Sexto
Fallecido repentinamente el pasado primero de julio, creo bueno reproducir esta crónica en homenaje a mi amigo Guillermo Cabrera
Metiche, fisgón, entrometido, o cualquiera de sus afines funestos, son méritos a los que no aspiro, aunque ahora me introduzca en los lagrimales de un colaborador de JR. Y tengo derecho. Las incidencias de la sección Tecla ocurrente me atañen por una razón circunstancial. Si ella aparece los jueves en la página tres de este diario, al otro día, viernes, yo ocupo el mismo espacio de modo que la dicha o la pena casi me tocan por sucesión reglamentaria.
Y si esa figura de contigüidad espacial y temporal no me aprueba la intrusión en los textos ajenos, me acojo a la ley de la amistad. Guillermo Cabrera, el autor de la Tecla, es mi amigo o yo soy amigo de Guillermo Cabrera, que es lo mismo sin que por eso seamos iguales en nuestros accidentes físicos. Porque él es menos feo, y en mi cabeza todavía algún pelo de bobo invita al peine a andar con cautela. Somos iguales -de manera encarnizada- en que sabemos ubicar el corazón en lo más alto, como quería el poeta Félix Pita Rodríguez. Y lo aseguro por él. Y también por mí, pese a que me trato con demasiada condescendencia. Pero qué puede hacer uno a falta de abuelas...
Escribo esto, que parece tejer y destejer un enigma, porque Guillermo me obsequió su último libro, Regalo de Jueves, compaginado con una selección de su columna. Me alegro por la existencia del libro. Y me alegro por la dedicatoria que El Flaco me estampó hasta dolerme de emoción. No la voy a citar. El elogio, como sabemos, admite solo ciertos tonos, y el rojo intenso, el de la vergüenza, no es reproducible. ¿Y qué esperan mis lectores que opine del libro? En realidad el libro es la columna del jueves, y la columna es Guillermo. ¿Alguien ha reparado en la cruz del columnista; alguien compadece a quien, semana a semana, año a año, llena un espacio periódico sin desdecirse, sin cansarse, asumiendo sus aciertos con modestia y también con modestias sus pifias, las inevitables y eventuales bagatelas hincadas por la angustia del cierre?
A mi me ha tocado saberlo. Como Guillermo. Y en ello también nos asemejábamos; hemos elegido el columnismo, es decir, el espacio personalizado –en primera persona-, en medio de una tradición, ciertos usos y ciertas normas que votan con los diez dedos por el nosotros como el pronombre moral y político para el ejercicio del criterio, y denigran al yo, cuya evidencia reputan de culto al ombligo, o de estragada vanidad. De lo dicho, hay que inferir que Guillermo Cabrera tiene el mérito del columnismo –y JR también-, y sobre todo la gracia del columnismo popular, sensible. Ha sabido establecer una relación, una corriente de confianza entre el autor y sus lectores. Y tanto fluye que en ciertos jueves parece que el periodista se va de vacaciones y deja la palabra a cualquiera de cuantos lo leen. La Tecla ocurrente -como Acuse de recibo, aunque esta se amarre a otra cuerda- confirma que la gente necesita expresarse en público, saber que alguien puede escucharla. Y urge la gente también de que le hablen de amor, de sentimientos, de esperanzas; del beso que fue y del que no llego a humedecerse. De ello, en enhorabuena habla el autor de Tecla ocurrente. Espero no haber abusado de la confianza de mi amigo.
Nos conocimos en 1966 en la casa de los escritores Xosé Neira Vilas, gallego y cubano a la vez, y Anisia Miranda, su esposa. Aún recuerdo lo que El Guille habló aquella noche. Él no puede evocar unas frases suyas, de hace tanto tiempo, con tantos años y palabras de pared y cortina. Tampoco recuerda lo único que puse en aquella tertulia apretada en la mutua admiración por Neira y Anisia: el silencio. Y es júbilo de mi corazón que aquel joven locuaz, atinado, férvido enamorado de las letras, haya sido más tarde mi amigo. Y me alegra serle útil. Porque ustedes ignoran que él me obliga a leer la Tecla la noche antes. Cujeado en el oficio, y sabedor por ello de lo movedizo de las letras, quizás tema carecer de lectores, y me remite por correo electrónico su columna, como copia del envío al director de JR. Y yo, ante la cañona, cedo. Y así Guillermo sale al ruedo del jueves, con una banderilla a su favor: un lector como mínimo.
Pensándolo bien, el que abusa de mi confianza es él.
72 comentarios
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Marta -
Gualterio Nunez Estrada -
Enrique R. Martínez Díaz -
Si sus queridos yanquis devolvieran a los secuestradores como hacen con los infelices haitianos que llegan a la Florida, nunca nadie se hubiera robado una lancha en Cuba; pero sucede que hay que hacer un Show con lo que sucede en Cuba, no con las cosas de los Duvalier y comparsa. Cambie de marca de wiski, parece que el que ud. toma le hace daño.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Marta -
COMO PUEDE HABLAR DE ESTO SIN AZQUEARSE. ACASO NO LE REPUGNA? COMO PUEDE ALGUIEN DECENTE VANAGLORIARSE DE ESTO??!!!
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Enrique R. Martínez Díaz -
Para la honorable Martha: jamás nos hemos vanagloriado del desdichado hecho del remolcador, aunque nuestra verdad es diferente de la de ustedes; ante todo, el remolcador era un buque de una empresa estatal cubana, o sea, que fue robado ó secuestrado; eso, en todos los países del mundo, es un delito, y los que lo ejecutan, son delincuentes. Segundo, hay dos variantes de lógica: si, como ustedes dicen, nosotros somos tan sanguinarios y criminales, ¿cómo se arriesgaron a poner niños en una aventura tan peligrosa? ¿Quiénes utilizaban los niños como escudos para robar buques?; ¿Usted pondría a su hijo en la boca de un cocodrilo?; por otra parte, los que rescataron a los náufragos de tal lamentable hecho, fueron los guardafronteras cubanos; ¿por qué habrían de hacerlo, siendo tan criminales y asesinos como ustedes dicen? Tercero, para hundir un buque, no hace falta chocarlo: es mas fácil caerle a cañonazos: si la intensión hubiera sido hundirlo, eso se hubiera hecho; NO SE QUERÍA NI HUNDIR AL BARCO NI QUE NADIE MURIERA. Si cuando se les ordenó detenerse, hubieran parado máquinas, lo más que habría pasado es que los dos o tres que eran responsables habían ido a la cárcel (de la cual se sale), y no el desdichado accidente. Asi que, para nosotros, los principales responsables del hecho SON LOS SECUESTRADORES.
Lo cierto es que se trató de evitar el secuestro del remolcador y hubo una maniobra para tratar de detenerlo que salió mal, y por ello, el buque se hundió (por cierto, un pequeño y viejo remolcador de los llamados de rada ó bahía, no diseñado para travesías a mar abierto); eso ocurrió en medio de la noche y a varias millas de la costa (por cierto, si fue a siete millas como ud. dice, era en aguas jurisdccionales cubanas); a pesar de los esfuerzos de nuestra gente, algunas personas se ahogaron. Los máximos responsables fueron los aventureros que se arriesgaron a tratar de robar un barco, y de paso, arrastraron a una aventura incierta a personas irresponsables, que incluso llevaron a sus hijos abordo. Que a ustedes no les convenga aceptar esa verdad, porque es mas fácil usar el hecho para calumniar a la Revolución, es otra cosa.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
chucho -
Fabian Pacheco Casanova -
kARY -
Marta -
Entre los ocupantes de la embarcación hubo 41 muertos, diez de ellos niños, el menor de los cuales fue Helen Martínez Henríquez, de sólo seis meses de edad.
En horas de la madrugada de aquel 13 de julio de 1994, cuatro barcos del régimen cubano, equipados con potentes mangueras de agua, embistieron al viejo remolcador, a siete millas de distancia de las costas frente al puerto de la ciudad de La Habana.
Las personas que se encontraban en cubierta fueron barridas por el agua lanzada a presión, y la súplica de mujeres y niños fue en vano, porque no lograron que cesara el ataque.
Los sobrevivientes en suelo cubano han sido amenazados, perseguidos y hostigados así como los grupos opositores que han tratado de que no se olvide la barbarie perpetrada por el régimen comunista de Fidel Castro.
chucho -
Richard Sánchez -
Qué grata alegría encontrarlo, ahora en el ciberespacio. Por favor, mándeme su correo (el mío es richardbolivia@yahoo.es) para poder contarle tantas cosas.
Lo extrañamos mucho y espero vuelva uno de estos días a mi Bolivia, ojalá para enseñar o quizás sólo para darse un recorrido de turismo político, como está de moda el Evo ¿no ve?
Vuelva pues profe... promesa que ahora sí no faltamos ni a una clase suya ni aunque se caiga el cielo y toda la nieve como ocurrió en estos días.
Saludos jefe!!!
Richard Sánchez
La Paz
Editor Sociedad
Semanario La Época
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Enrique Martínez -
Ya entrando en el tema, al ver que esto no para, quisiera decir primero que es muy educativo ver como aquellos que se presentan como defensores de un nuevo sistema para Cuba, más democrático y plural, toman como fórmula los ataques, descalificaciones e incluso las ofensas contra aquellos que presentan puntos de vista contrarios. La Demokkkracia Yanqui es muy ejemplificante en ese aspecto: mientras mas mal hables de tu rival, mientras lo denigres con mas saña, mas demócrata eres (solo por poner un pequeño ejemplo, recordar el affaire de Clinton con la Lewinsky).
¡Qué pena que Francia no pudiera seguir su labor civilizadora en Haití cien años más!; pero se consoló llevando la civilización a casi la mitad de África; véase lo ricos, desarrollados, constitucionales, democráticos y organizados países que dejó Francia en su cruzada civilizatoria en los siglos XIX y XX en el continente africano; muy parecida situación fue la acción civilizatoria de Gran Bretaña, Alemania, Portugal, Bélgica, España e Italia en África; además de que los europeos les dieron a los africanos dos soberbias muestras de cómo matarse civilizada y democráticamente en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Parece que los pobres haitianos son un poquito brutos en eso de las cuestiones de civilización y democracia, porque después, en el pasado Siglo XX, los norteamericanos, con el afán civilizador proclamado por Theodore Roosevelt en su famoso corolario a la Doctrina Monroe, al menos en tres ocasiones intervinieron en ese país llevando el mensaje democrático en la punta de las bayonetas de la Infantería de Marina, interviniendo las aduanas, y ordenando el país; la anterior a la actual ocupación fue en 1994, si la memoria no me falla.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
fide
Chucho -
Norelys -
Tus opiniones hacen falta, profe.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
chucho -
Gualterio Nunez Estrada -
Yadira -
Qué pena tan infinita que la gente haya escogido tu comentario sobre Guillermo para hablar de cosas que se insertan en otros espacios. Siempre leo que lo publicas aquí (creo que nunca te lo había comentado) pero hoy no puedo dejar pasar por alto el dolor tan profundo que provoca "nuevamente" la muerte. La noticia nos tomó a todos por sorpresa. A los que estaban en Guaracabulla, y a los que, desde lejos, teníamos el corazón allí.
Fue una especie de suerte que me trajeras el libro Regalo de Jueves. Ahora guardo mi dedicatoria con mayor emoción!! Creo, como se ha reflejado en la Tecla del día 5, que la continuidad de la obra de Guillermo está en cada uno de nosotros, en seguir buscando ese pedacito de felicidad que cada semana nos regalaba...y en encontrarlo!! Las Tertulias, JR, son sólo el camino.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
chucho -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Marta -
chucho -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Marta -
alberto elier -
No vale UD. Gualterio, siquiera una discusión, es simplemente un LOCO.
Le tengo un respeto inmenso a las personas que viven con un ideal, al fin de cuentas, la verdad es verdad para cual y no es absoluta, ¿pero usted quien es? ¿qué es? ¿de que vive?
Insisto, usted es de temer.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Marta -
Fabian Pacheco Casanova -
Enrique R. Martínez Díaz -
Enrique R. Martínez Díaz -
Hawaii, 1893;
Filipinas, 1899-1902;
Panamá, 1903;
Haití X veces;
Cuba, 1906;
Nicaragua, 1926;
Corea, 1950;
Guatemala, 1954;
Cuba, 1961;
República Dominicana, 1965;
Vietnam, 1964-1975;
Granada, 1983;
Panamá, 1989;
Somalia, 1992;
Yugoslavia, 1999;
Afganistán, 2001;
Irak, 2003:
!Las Demokkkracias no hacen la Guerra!
Fabian Pacheco Casanova -
Gualterio Nunez Estrada -