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PATRIA Y HUMANIDAD

LAS MEMORIAS DE UNA DINOSAURIA

LAS MEMORIAS DE UNA DINOSAURIA

 

Luis Sexto

Los títulos literarios, incluso periodísticos, no son una norma estatuida por una  tradición reciente. Ni un adorno puesto sin rigor, en plenitud de anarquía o descuido. Los títulos  tienen, sobre todo, una función: provocar o convocar a los lectores, sin que, como recomendaba el italiano Umberto Eco, el escritor les ofrezca demasiadas pistas, de modo que el título sea la tentación del misterio, de la sugerencia, la intriga. Y Dinosauria soy, de Graziella Pogolotti, es un título que ha tentado a muchos. La reconocida ensayista, figura habitual en el quehacer de la cultura cubana, ha empleado un término usado entre nosotros con cierta dosis de negatividad. Llamar a alguien dinosaurio es como decirle: eres viejo, atrasado, reticente… El nombre de una especie animal extinta sirve para invalidar a muchas personas, en particular  en nuestros debates.

Graziella Pogolotti, pues, recurre  al término dinosauria para inquietarnos, para pincharnos el interés. Claro, debajo de confesión tan provocativa -Dinosauria soy- una especie de subtítulo nos revela la intención y el contenido de título tan original: Memorias, dice también la portada de este libro. Y uno no pierde tiempo, lo toma del estante, lo paga, por supuesto, y comienza la lectura, la lectura de unas memorias donde la autora confiesa que ha vivido mucho, y por lo tanto esa es la mejor recomendación para Dinosauria soy. Para escribir hay, necesariamente, que haber vivido. Y el lector intuye la provocación del título. Estas, pues,  componen las memorias de una intelectual que ha vivido mucho, con un apellido reconocido en la historia de la cultura cubana, y por lo tanto sus recuerdos deben de estar colmados de cosas que el lector de hoy ignora.                                                                                                                        

Nacida en 1932, en París,  su padre fue un destacado pintor de las vanguardias artísticas de los años iniciales del siglo XX.  Pintor que perdió en fecha muy tempana la vista, y luego, en una admirable lucha contra la adversidad, derivó hacia la literatura. Escribió, entre otros, un libro de memorias también lleno de información y también  escrito con pasión y acierto. Ese libro de Marcelo Pogolotti se titula Del barro y de las voces, y que yo recuerde ha tenido dos o tres ediciones en Cuba.

Su hija, con crédito independiente -es decir, sin necesidad de su apellido-  como ensayista, experta en artes plásticas, en literatura, y con la hondura como  espacio en que sus ideas se sumergen, ha escrito con Dinosauria soy un libro de memorias encantador, aunque el calificativo huela a lugar común. Pero, en efecto, encanta. Porque no es un texto minucioso, que enumera cada fecha y cada detalle. Además de la prosa, envuelta en una clara nubosidad poética, estas memorias se caracterizan por la síntesis. Es decir, la doctora Pogolotti, todavía nuestra contemporánea, que ha vivido acontecimientos que muchos de sus compatriotas y posibles lectores han vivido o conocido por referencia inmediatas, prefiere sintetizar, mencionar sugerentemente  lo sabido, sin cansarnos. Y se explaya en aquello que resulta más distante, menos conocido. Pero enjuicia incluso lo más reciente y así este libro no concluirá con nuestra época. Servirá para mañana. Como sirve para descubrirle a la doctora Pogolotti una prosa narrativa que se sobrepone por encima de sus textos teóricos, obligados más a lo denotativo, a lo conceptual que al tropo, la armonía de la construcción, la pincelada conmovedora.     

He de advertir que las memorias no son la autobiografía del que las cuenta. En la autobiografía, suele estar en primer plano el autobiografiado, pero en las memorias, el que evoca el pasado habla sobre todo de quienes lo rodearon o influyeron en la peripecia vital del que escribe.

Dinosauria soy de Graziella Pogolotti, es, en mi criterio, un libro inolvidable.

 

1 comentario

Boris Silva -

Muy buena escritora, gracias por recordarmela. Ahora mismo voy a buscar que creo que tengo algo de ella y lo voy a releer.