NOVÁS CALVO VINO
Luis Sexto
Libros publicados en Cuba
El escritor y periodista Lino Novás Calvo experimenta desde finales de la década de 1980, su resurrección en la literatura cubana. Y es justo. En lo particular, he sido partidario, desde mi modesto papel de periodista, de no hacer emigrar la obra detrás del hombre que emigra. Por ello, en mis clases de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana, impuse la lectura obligatoria de Jorge Mañach, y los alumnos de cuarto año alcanzaban el derecho al último examen si entregaban un texto original que demostrara la lectura de Indagación del choteo. También, entre los reportajes de Lino Novás Calvo, “Guerra de nervios en Santa Lucia”, publicado en Bohemia en 1948, era en mis clases uno de los modelos.
El concepto de emigración se reformulará pronto en Cuba. Pero ya hemos hecho nuestro lo que nunca debimos perder. Y sé que desde algún sitio de este hemisferio alguien pretenderá rectificarme con el argumento de que Novás Calvo no emigró, sino se asiló, en 1960, en la embajada de Colombia, en La Habana, para reunirse con su esposa e hija en los Estados Unidos. En verdad, Lino Novás Calvo no era perseguido ni tenía ninguna causa pendiente que lo obligara a introducirse en una sede diplomática. A mi juicio, fue el expediente más cómodo, incluso menos costoso. Mucho tiempo después, dijo que lo había hecho cuando el Gobierno Revolucionario confiscó Bohemia. Y realmente puede comprobarse en los archivos que la reconocida revista fue abandonada por su propietario y director, Miguel Ángel Quevedo, refugiado en la embajada venezolana en el propio añó 60, como igualmente procedieron otros dueños y ejecutivos de medios impresos. Enrique de la Osa, uno de los periodistas estelares -quizás el mejor- de la nómina de Quevedo, llamó entonces por teléfono a Fidel Castro y de acuerdo con lo que Enrique me contó en 1986, le dijo: Fidel, Miguelito se asiló. Y Fidel, luego de meditar unos segundos, respondió: Paga las deudas y ocúpate; Bohemia no puede cerrar.
Pero lo fundamental radica en que la obra de Lino Novás Calvo, uno de los narradores cubanos más recios y reconocidos, vuelve a estar entre nosotros junto con su autor. Terminando los 80s, la Editorial Letras Cubanas publicó una antología de la obra de Novás Calvo . Y Ediciones Unión, en 2008, una voluminosa órbita en la que incluye poemas de su breve paso por la poesía, además de sus cuentos, que renovaron ese género en Cuba y también , me atrevo a decir, en Latinoamérica, e inserta a Pedro Blanco el negrero, una de las ejemplares novelas cubanas. Han aparecido también con otros sellos editoriales el epistolario y los cuentos detectivescos del autor de Cayo Canas.
En estos días, Ediciones Oriente llevó a las librerías un volumen titulado Fragmentos de interior, de Cira Romero, autora de una considerable, aguda y certera obra investigativa y enjuiciadora sobre la literatura cubana. Fragmentos de interior es un libro testimonial. Ha sido compuesto, juntando preguntas de entrevistas, juicios de expertos y textos parciales de Novás Calvo, de modo que todo parece una vivaz y fluida indagación cuyo resultado es un panorama biográfico, literario, incluso psicológico de este escritor, nacido en Galicia en 1903, y llegado a Cuba cuando niño. Es, por tanto, un escritor cubano. Un gran escritor cubano que falleció en Nueva York en 1983. No lo vamos a culpar por ello.
Novás Calvo, que gozó del respeto y el afecto de lo más valioso de la intelectualidad cubana de su tiempo, aunque muchos de ellos fueran comunistas o de derecha, vivió entre las décadas de los 40s y 50s, un gran desencanto. Simpatizante de la izquierda, había ejercido de periodista en España durante la guerra civil, pero luego abjuró de esa filiación política. Incluso, empezó a lamentarse de ciertas dificultades con la literatura y a veces reputó al periodismo como lo único válido, según me confesó Lisadro Otero, subordinado de Novás en Bohemia, y de quien recibió recomendaciones que intentaban apartar de la literatura al más tarde autor de Temporada de ángeles. En una de sus cartas a José Antonio Portuondo -publicadas en Cuestiones privadas, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2002-, Novás le expresa que se considera seco, incapaz para escribir. En 1947 le confía: “(…) Me falta idioma; el lenguaje está manido, viciado, emporcado, por el uso; ha perdido frescor, no hay forma apenas de decir nada con originalidad; todas las imágenes están asendereadas y todos los giros gastados; solo queda algún modo personal de combinar las partes y de huir de los tópicos, pero esto mismo limita el lenguaje, lo hace amanerado, peculiar, y, a la larga, fácilmente corruptible…”
Lino Novás Calvo fue un hombre signado por méritos humanos. Realizó en Cuba diversos oficios, entre ellos taxista. Y desde el autodidactismo supo convertirse en un escritor muy notable, a veces excepcional. Dominó el idioma inglés con tantra propiedad como para traducir, el primero, El viejo y el mar, de Hemingway, su amigo íntimo. Traducción que Bohemia publicó completa en un número casi especial. Hemingway quedó complacido. Claro: gran escritor traduce a gran escritor. Qué titular más justo y exacto. Y justo será también que leamos a Novás Calvo en Fragmentos de interior, ese cuadro que compuso Cira Romero para darnos la visión de un creador que confirma cuanto de humanidad, incluso de inseguridad y de duda, habita en muchos de quienes saben conmover con la palabra… (Adaptacíón del comentario difundido por Radio Progreso)
6 comentarios
Carlos -
Concuerdo con usted en que lo que se escriba en un pais por sus "naturales" (para excluir casos como Hemingway) es literatura bernacula, y mas alla de lo territoral, incluso si es Carpentier (otro de mis favoritos, con sus interminables parrafos que no pierden ideas) en frances, en Paris, para mi es tambien literatura cubana.
Y es que la literatura es impercedera y aunque engrandece o empequenece la historia, la sobrevive.
Con usted me pasa algo parecido a lo que le narre me sucedia con el Gabo. A veces cuando amanezco con lo de Canario derechista, hasta me duele leer en un contrincante ideologico tanta belleza en la armazon de un simple ensayo, y me duele que no este de mi lado y que no piense como yo, pero siempre termino disfrutando sobremanera todo lo apolitico que escribe desde la parte centrista y balanceada de mi pasion por las letras.
Sexto -
Sexto -
Carlos -
Le pregunto, con mucho respeto, tiene algo que ver que se vea como emigrado y no como exiliado para que aun se publique o estudie en Cuba. En otras palabras, se publican o estudian en Cuba algunos de los que se consideran exiliados, como el caso de Arenas y Zoe Valdez, que si bien no ejercen o ejercieron el periodismo, tienen una obra de valor literario?
Sexto -
Carlos -
Con vuestro perdon , Don Luis, pero yo no conozco ningun "emigrado" que se tenga que asilar en una embajada, y menos en 1960, cuando aun no existia la ley de ajuste cubano de 1966.
Las embajadas en 1960 y hasta la fecha, solo protegen a los perseguidos politicos.