EL VIEJO OESTE
Por Luis Sexto
Apostillas de un ciudadano ingenuo
Hace muy pocos días, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo en Trípoli que los Estados Unidos quería vivo o muerto a Gadafi. De ser honrado, cualquier ciudadano de este mundo tan poco honrado, y conocedor de los Westerns, no podría eludir la espontánea asociación entre las declaraciones de la “rubia de hielo” de la diplomacia norteamericana, con las empresas que en el siglo XIX mataban granjeros que no querían vender sus fincas situadas en medio del trazado del ferrocarril, o con la West Fargo que, asediada por los delincuentes de a caballo, ofrecía recompensas por su captura: vivos o muertos.
Más o menos, puede decirse que la política exterior norteamericana es como una prolongación de las normas y usos del viejo oeste. Primeramente, si Gadafi no quiso irse por medios propios, pues tal como los geófagos y empresarios del Oeste, la Casa blanca colgó letreros de “se busca vivo o muerto”. Y así, la OTAN, esa banda auxiliar de Washington, bombardeó a Libia, presentando como pretexto, a pesar de violar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que sus aviones echaban humanitarias bombas sobre Trípoli y otras ciudades para defender a los civiles que Gadafi reprimía o torturaba. Claro, los civiles caídos bajo las bombas, esos, esos no eran civiles, según la prensa millonaria que suele legitimar, con sus versiones tendenciosas o francamente mentirosas, la expansión del capital y la recolonización del planeta.
A principios del siglo XX, el Generalísimo Máximo Gómez, apuntó en su Diario que si el gobierno de los Estados Unidos no cumplía su promesa de dar la independencia a Cuba, no dejarían entre los cubanos ni un adarme de simpatía. Dieron, sí, una independencia limitada, anudada a una enmienda constitucional que le entregaba todos los derechos a Washington. Y se fueron los norteamericanos sin dejar un adarme de simpatía en Cuba, aunque dejaron a los anexionistas de siempre, los padres de los que hoy se babean ante una de las sociedades más represivas del orbe, a pesar de que la libertad de consumo pinte el espejismo de la libertad y la democracia. Entre paréntesis digamos que si se dice que en Cuba no hay democracia, porque solo existe un solo partido, qué podríamos decir de los Estados Unidos donde solo dos se turnan en el gobierno, y las guerras que comienzan los demócratas, las continúan los republicanos y viceversa. Quiero decir, en suma, que el origen de la Revolución cubana respira en aquella Enmienda Platt, en aquella voracidad imperialista que se apoderó de las principales riquezas de Cuba.
Volviendo al tema central, me parece que de continuar en la vieja práctica de los “sherifes” del viejo oeste, a los Estados Unidos, no obstante toda su riqueza, que evidentemente se amengua, pronto no les quedará ni un adarme de simpatía en el mundo. Las declaraciones de sus funcionarios no emplean el lenguaje de la política; más bien es la jerga del matonismo de barrio gangsteril: queremos a Gadafi vivo o muerto. A qué punto de la historia hemos llegado, a qué desarrollo de la civilización si cada vez la vida humana vale menos en el Tercer Mundo, saqueado y bombardeado por las potencias dominantes.
En Dios confiamos, dicen, me parece, los dólares norteamericanos. Pero el problema está en que no sabemos cuál es el dios de las corporaciones, los millonarios y sus representantes en el gobierno y el congreso. Puede ser el dinero. Porque no creo que sea el Dios único y personal de los judíos y luego de los cristianos, y del Islam, ese Dios que condena el derramamiento de sangre y que, tal vez, un día, intervenga de manera más directa en la Historia y la correlación de fuerza gire a favor de los oprimidos, y a las bienaventuranzas del Evangelio se añada una nueva: Bienaventurados los pobres bombardeados por la OTAN y los Estados Unidos, porque un día hallarán la justicia de Abel. No sé si digo un disparate, pero a Hitler con su doctrina y su obra de horror, le pasó algo así.
Una vez dije, en este mismo espacio, que yo no era gadafista ni antigadafista. Solo soy anticochino. Es decir, me opongo a la injerencia del poderoso en los países débiles; me opongo a que unos pocos posean la riqueza que pertenecen a todos; me opongo a que la mentira adquiera el certificado de verdad por las palabras de medios cuyas informaciones justifican el intervencionismo y la guerra y no son desmentidas, porque en los países que hoy representan a la paz romana, las transnacionales de la distribución no les ceden espacio a otras versiones, en los canales de circulación. La libertad de prensa es allí solo libertad de impresión, nunca libertad de circulación para las voces oprimidas.
Gadafi ha muerto. Y la Clinton debe de haber ascendido en el criterio de la Casa Blanca: tres días después de llevar a Trípoli el recado de la voluntad de su gobierno, que pasa por bueno en la cara ingenua y el discurso culto de su presidente, dicen que Gadafi ha muerto. Si es así, que Dios, que el Gadafi llamaba Alá, lo perdone. Que lo perdone por haberle pagado a Sarkozy y Berlusconi sus campañas electoreras, que lo perdone por haberle entregado el petróleo a Francia, que lo perdone por haber olvidado que cuando el revolucionario deja de serlo, deja también de ser creíble y fuerte.
¿Y perdonará Dios a los que han convertido en ruina a Libia? Dios es inescrutable. Pero no sordo, ni ciego. Tampoco es ciega su Iglesia, que es también mi Iglesia y la de tantos millones de seres humanos. Mas, dónde está la Iglesia de Roma, la en un tiempo perseguida, que no oye ni ve.
10 comentarios
Santiagao Rodríguez -
Ciertamente la frase inscripta en el billete de a dólar en los Estados Unidos lleva la inscripción IN WOD WE TRUST. En español equivale a En Dios confió. Lo que ciertamente no especifica en cual Dios, si en el Alá de los islámicos, el de los cristianos, el de los testigos de Jehová o en el de la Iglesia Católica.
Tampoco aclara el mensaje para que confiamos, si para declarar guerras de las cuales salir victoriosos, asesinar jefes de estados de otras naciones e invadirlas, como sucedió con la guerra del Golfo Pérsico, primero. La incursión en Irak, con el consecuente ajusticiamiento de su Presidente Saddam Hussein y por último ahora la del titular libio Muhamar El Kadhafi. No hablo si fueron justos o no sus ajusticiamientos, porque lo que conozco es lo leído en la prensa norteamericana, lo mismo en ingles que en español, tan acostumbrada a mentir, exagerar y condenar, en nombre de una democracia que ni ellos mismos practican. Recientemente le pregunté a un político amigo, por cierto, por qué en el Congreso de los Estados Unidos solo se integran los dos únicos partidos que todo conocemos. Y su respuesta fue tan ambigua como falsa: Porque no hay nadie que apoye otros; mentira, porque los otros están proscriptos, aun cuando existan algunos llamados independientes a los que demócratas y republicanos hacen aplastar.
Pero volviendo a lo supuestamente religioso que encierran las cuatro palabras citadas en el billete, que en su anverso lleva la imagen del primer Presidente electo de los Estados Unidos, George Washington, no creo que el objetivo de la misma fuera realizar cualquier acción, incluida las bélicas en nombre del Gran Arquitecto del Universo, como lo definen los masones.
Pero en tal caso no es de extrañar. Ya se sabe que el Ejército norteamericano es hoy día, el más poderoso del mundo y el mas dispuesto a atacar y de hecho siempre lo ha hecho--, con la venia de los Presidentes y el Congreso de este país, en donde se les antoje, como ya hicieron en Panamá, para sacar del poder al General Manuel Antonio Noriega. O en la pequeña Isla de Granada, en 1983 y como quisieran hacer en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba y donde quiera que los gobiernos les huelan a izquierda. Pero ojo, el poderoso Ejército de los Estados Unidos ha invadido a las naciones citadas de Libia e Irak, pero nunca se le ha ocurrido invadir uno mas cercano, vecino, porque la Florida, por ejemplo, esta demasiado cerca de Cuba y Venezuela no tan lejos de acá y porque lo mismo seriamos nosotros, la población, quienes estaríamos en la posición mas peligrosa: la de ser victimas inocentes en cualquier contraataque de respuesta. Y en ello si podemos utilizar correctamente la frase: Gracias a Dios.
Y del mismo modo hablo del Dios a quien le pedimos salud para nuestros familiares y para nosotros mismos en la misa, no al que utilizan muchísimos falsos profetas con imágenes que recorren la internet con la frase: Y Jesús dijo, si me niegas entre los hombres, yo te negaré ante mi Padre; ese no es el mensaje del Dios que yo conozco y respeto. Esa es la imagen de un Cristo chantajista, que no aparece en la Biblia, o al menos utilizado como se hace hoy día. Ni tampoco al que se le pide durante la misa no se en otros Estados o Condados, pero si de Miami--, por el pronto regreso de nuestras tropas , por la desaparición del comunismo , de ese comunismo que a pesar de todos sus defectos, hoy tiene a 23 millones de rusos en la miseria, porque el oportunismo derribó las normas de sociabilidad y de compartimiento de los recursos para que antiguos dirigentes políticos y administrativos se robaran el dinero del erario público para ubicarse muchos de ellos entre los grandes multimillonarios del mundo capitalista.
Eso justamente, a pesar de todas las imputaciones que se le hacen también en Cuba a su actual Presidente Raúl Castro, es lo que trata de atajar ahora: la cantidad de sinvergüenzas con altos cargos administrativos, incluso ministros, que están tratando de salvar su pellejo entiéndase, enriquecersea costa del pueblo cubano.
Lo que tenemos que pedir a Dios es que lo que hoy esta sucediendo incluso en los Estados Unidos con policías enfrentados a jóvenes que reclaman sus justos derechos, frente a Wall Stret no ocurra en Cuba. Porque en Cuba y lo admito, tienen que producirse cambios, pero no a la manera de la antigua URSS, ni como en Alemania, porque no tenemos muros que derrumbar, solo los muros de nuestro entendimiento, para que brote nuestra lucidez, tanto entre nosotros, los que habitamos acá y los de la Isla.
Siempre he pensado y lo mantengo, que los problemas de Cuba tienen que resolverse allá. Y no somos llamados a hacerlo nosotros, los que verdaderamente nos consideramos CUBANOS, que somos los que vivimos sin odios ni resentimientos aquí, sino los que siguen esperando por la invasión al estilo Libia o Irak. Y recordemos, para los que si creemos en la existencia de un Dios Justo, que Cristo también dijo según la biblia: dejen que sean los muertos los que entierren a sus propios muertos.
Una vez un colega, ya difunto, en una conversación repitió esta frase bíblica: Perdónalos señor que no saben lo que hacen , a lo que el añadió: Ni lo que dicen. Y si lo saben, perdónalos también.
Y pienso yo: Y que perdone también a los que siembran odios acá, porque al final solo recogerán tempestades
Luis Sexto -
Hamilton Verde -
Lorenzo Gonzalo -
Bajo la presión de las protestas Zine el-Abidine Ben Ali, presidente de Túnez salió del país y recibió complaciente refugio en Arabia Saudita. Tanto el Túnez de Ali como Arabia Saudita han recibido el beneplácito de Estados Unidos. Durante las protestas que pedían la renuncia y un cambio de gobierno, Washington se mantuvo cuidadoso para no molestar a quien había sido socio y aliado durante 30 años. Nadie ha vuelto a escuchar a un diplomático estadounidense pronunciando su nombre desde que recibió piadoso amparo de las autoridades sauditas en enero del 2011.
Con el presidente Hosni Mubarak de Egipto ocurrió otro tanto. Cuando se hizo imposible su permanencia en el poder, luego que la presidencia de Estados Unidos, en boca de Barak Obama, había clamado por calma, paciencia y cordura frente a las protestas de la ciudadanía egipcia y que las personas en las calles acataran las leyes, se fue a un lugar apartado de Egipto bajo custodia del ejército. Más tarde fue juzgado y desde allí no hemos sabido mucho más. Todo se hizo como mandan los sacrosantos principios de la Ley, tanto las nacionales como las internacionales. Porque lo importante es que quienes infringen leyes, ya sean estas nacionales o internacionales, tengan el derecho de un justo juicio.
Pero resulta que el cumplimiento de estas leyes es muy relativo y se aplica con selección marcada. Cuando veíamos las imágenes del asesinato de Muamar Gadafi, recordamos los bombardeos a Irak y Afganistán. También vino a nuestra mente el recuerdo del bombardeo a la tienda beduina donde este personaje, que parecía sacado de una novela milenaria, porque vivía en una coyuntura cultural prehistórica, salía con una de sus hijas en brazos, muerta después del bombardeo realizado sin previo aviso.
A Gadafi no vamos a defenderlo. Pero sí diremos que lo que fue bueno para los otros países bajo gobiernos dictatoriales o tiránicos o teocráticos o antipueblo, parece no haber sido nunca bueno para Muamar Gadafi. No hay que ir a la escuela para entenderlo. Gadafi nunca hizo buenas migas con los extranjeros poderosos, porque sabía que nunca le tendieron el brazo para quererlo sino para arrancarle el petróleo al más económico precio. Quizás Gadafi creyó que él era Libia, quizás lo hacía por Libia, pero lo cierto es que siempre manejó las riquezas nacionales como si fueran artículos de su persona y como no les dio a esos extranjeros, la importancia y los privilegios que recibieron de Túnez y Egipto, se convirtió en un indeseable. Sus crímenes, si los cometió, no eran tan buenos como el de los otros.
No enjuiciaremos el caso. Todo indica que fue asesinado, porque los videos lo muestran vivo a la hora de ser apresado. Ante la ira internacional que causa entre las personas y dirigentes de cierta sensibilidad humana, el gobierno provisional se defiende diciendo que murió de fuego cruzado entre adversarios y partidarios. Vamos a dejar las conclusiones en manos de los tribunales. Aunque dudamos que los tribunales aparezcan, así como no han aparecido en los casos de Ben Alí y Hosni Mubarak. Al primero se le han encontrado incluso pruebas de haber estado involucrado en el contrabando de estupefacientes. El segundo tenía o aún tiene, porque es difícil saberlo, 70,000 millones de dólares en un país donde el salario diario promedia es de dos dólares al día.
Todo es personal, decía Corleone, el personaje de la novela El Padrino.
El final de Muamar Gadafi no confirma la muerte de la represión y el autoritarismo, sino reafirma la presencia de la política del desprecio de las grandes potencias, hacia los pueblos y culturas que se niegan a organizar Estados por encargo de terceros.
Luis Sexto -
Hamilton Green -
perfecta pero siempre existe la posibilidad de reformarla eso lo demuestra la continuidad de un sistema
que perdura por mas de doscientos anos,en cambio ud que tiene que mostrarnos ?.Cuantos anos lleva ud votando por un delegado que a lo sumo tiene jurisdiccion sobre cuatro o cinco edificios multifamiliares y que no detenta poder ni para arreglar un banco del parque vecino y no recuerdo haber leido una sola letra ni un articulo suyo condenando esta eterna desgracia de que sus conciudadanos no tengan el maximo derecho que debe tener un gobernado es decir elegir a sus gobernantes,cuentenos cuantas veces ha votado ud en una eleccion presidencial?A lo mejor voto por Rivero Aguero,o por Marquez Esterling en el ano 58,pero de entonces aca ni la sombra de votar,por favor amigo un poco de seriedad al exponer sus puntos de vistas,sabemos que usted es un privilegiado del sistema,ud mismo nos dice de sus viajes a Europa y a este pais que tanto denigra,pero digame algo el resto de sus conocidos puede hacer lo mismo que usted?Le ofrecemos nuestro mas sentido pesame por la muerte de ese lider que ud tanto ha defendido en sus escritos,no se aflija todavia le quedan algunos amigos en este mundo
Walter Rosas -
pepe -
Luis Sexto -
Carlos -
SI, ES ASI, DON LUIS. ACABO DE VER UN VIDEO Y NO ES NADA AGRADABLE.
UN AVION CASA MIRAGE DEL EJERCITO FRANCES Y UN DRONE DEL US FORCE BOMBARDEARON UNA CARAVANA DE MAS DE 15 CARROS TRATANDO DE ESCAPAR DE LA CIUDAD DONDE EL ESTABA ESCONDIDO. APARENTEMENTE GADDAFI SOBREVIVIO Y SE ESCONDIO EN UN DESAGUE, Y DE AHI LO SACARON LOS REBELDES QUE LE ASESTARON UN TIRO CON UNA CALIBRE 9 MM EN LA SIEN.
"... que Dios, que el Gadafi llamaba Alá, lo perdone. Que lo perdone por haberle pagado a Berlusconi sus campañas electoreras, que lo perdone por haberle entregado el petróleo a Francia, que lo perdone por haber olvidado que cuando el revolucionario deja de serlo, deja también de ser creíble y fuerte..."
ESTO ESTA GENIAL!!!, PERO PELIGROSO.
"¿Y perdonará Dios a los que han convertido en ruina a Libia? Dios es inescrutable. Pero no sordo, ni ciego..."
Y A CUBA?! DIGO YO