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PATRIA Y HUMANIDAD

EL ECO DE LOS DÍAS

EL ECO DE LOS DÍAS

Por Luis Sexto

 Crónica

Si escribir fuera un juego: el vuelo dominical de unas barajas, el secreto alarde de unas fichas de dominó, la frente ceñuda de un ajedrez que a nadie perturbará en los finales… Si fuese un juego, qué podría cambiar en estas circunstancias en que un periodista chasquea los dedos esperando el duende que le dicte las palabras del día.

¿Por qué habré sido periodista, escritor que se dedica a recoger las incidencias que al atardecer fenecen junto con las letras que las comunicaron? Quizás, por eso mismo: para preservar los actos humanos de lo efímero, y conservarlos como palpitaciones del cosmos de la Historia. Y también para   irse quedando papel a papel, palabra a palabra.

Pocos, es tonto decirlo, permanecen invulnerables al olvido. Tras tantas lecturas, y unas cuantas cuartillas escritas, ¿se llega alguna vez a orientar, dirigir la verdad de la poesía y la vida, a suponer  cuál será el destino de cuanto uno ha escrito? Lo supe en la claridad filosófica de un cementerio. Fue en mi primer viaje a Camagüey, ciudad que, para quien no la haya nunca visto,  discurre modernamente dentro de un cascarón de primigenia raigambre colonial: tejados bajos, aplastados, y tinajones ventrudos que memorizan en barro la escasez de agua, distintiva de la ciudad. La tradición se muestra abierta, presente, persistiendo como lo más lúcido de la historia de la antigua Puerto Príncipe, ubicada entre dos ríachos lánguidos -Tínima y Hatibonico- y oscilando entre la patriótica y viril virtud de Ignacio Agramonte, héroe del cantar de gesta de la independencia; la caridad del ya Beato Padre Olallo, que lavó el  cuerpo sagrado de El Mayor antes de ser traducido a cenizas, y los poemas de Nicolás Guillén.

Calles estrechas, retorcidas, como trazadas a paso de borracho, por donde ni la gente ni los vehículos parecen tener prisa, me condujeron a  una calleja interior del camposanto, donde  se  atraviesa un pequeño hito, erigido en 1933, que exhibe uno de los epitafios más  famosos de Cuba.

La tumba pertenece a la hija de un catalán y una mulata criolla. Bella y pícara, alegre y adicta al lujo, se casó con  un oficial español luego de despreciar y maltratar a un joven mulato, cuyo defecto principal era el de ser barbero. Dolores Rondón quedó viuda muy pronto. Y se perdió entre los pliegues incógnitos de la pobreza, hasta fallecer  de tuberculosis en 1863, en el hospital del Carmen. La leyenda cuenta que el barbero, al enterarse del destino de la mujer de sus frustraciones, se ocupó de atenderla hasta el final.

Leyenda es leyenda: la interpretación poética de los hechos sin historia. ¿Quién puso el epitafio junto a la tumba de la mujer? Dicen que el barbero. Pero también dicen que apareció en letras negras pintadas sobre una tablilla de cedro, en 1883, veinte años después de la muerte de Dolores. Y aseguran que cada vez que la madera se deterioraba,  unas manos desconocidas la renovaban, hasta que el gobierno municipal construyó el monumento. La décima –sobradamente reproducida y que he de repetir, aún sobrecogido por la impresión de mi juvenil experiencia - está en consonancia con la delicadeza espiritual de los camagüeyanos, comarca de pastores y sombreros, según Guillén: “Aquí Dolores Rondón/ finalizó su carrera/ ven mortal y considera/ las grandezas cuáles son: / el orgullo y presunción, / la opulencia y el poder, /todo llega a fenecer/ pues solo se inmortaliza/ el mal que se economiza/ y el bien que se puede hacer.”

Y por qué he juntado tantos nombres, tantos recuerdos aparentemente caóticos. Ah, porque tenía la obligación de escribir para que el periódico -papel que se rompe y cristaliza- recogiera, como en un almacén soterrado, a prueba de riesgos nucleares,  esa sensación de caducidad que hoy, como en mi niñez, me oprime viendo el mundo pasar.

 

 

 

 

 

 

7 comentarios

Fabian Pacheco Casanova -

LLama la atencion a nivel mundial el estudio de la realidad cubana por 52 a~nos; pero a~nadiendo A ESTOS ESTUDIOS PROFUNDOS PRIMORDIALMENTE, EL RESCATAR LO CEREBROS DE UNOS POCOS, EN ESPECIAL DEL CACIQUE MAYOR, Y LLEVAR ESTOS CEREBELOS Y CEREBROS A LABORATORIOS ESPECIALIZADOS PARA SU ESTUDIO Y RECONOCIMIENTO DONDE EXISTE, SE DESARROYA, CRECE EL DESEO INFINITO DE MANDO Y DESTRUCCION DEL CACIQUE PRINCIPAL... SERIA POSIBLE?.. WASHINGTON DC. DE SEGURO ESTA INTEREZADO EN ESTO Y OTRAS GRANDES NACIONES... FABIAN PACHECO CASANOVA....EX-preso politico #27088. Torturado conjuntamente con mi familia...F/P/C/..

Carlos -

Igualmente usted a mi.

Luis Sexto -

Gracias, Carlos: su juicio me enaltece y me estimula; ya no puedo desconocer que usted es un conocedor de la lengua y de la estilística. Y por ello, comentarios como este y otros de usted similares, los conservo en mi archivo. Las distancias políticas no tienen por qué oponer las sensibilidades, ni negar la ciencia y el talento en los otros. Gracias. Me honra.

Carlos -

Lo he vuelto a leer varias veces senor Sexto y cada vez le encuentro algo nuevo, bello. Lo voy a usar en una clase de "Imagery" Imagen verbal, con su permiso.

Usted ha escrito un parrafo clasico, como decimos aca "textbook"

"Si escribir fuera un juego: el vuelo dominical de unas barajas, el secreto alarde de unas fichas de dominó, la frente ceñuda de un ajedrez que a nadie perturbará en los finales… Si fuese un juego, qué podría cambiar en estas circunstancias en que un periodista chasquea los dedos esperando el duende que le dicte las palabras del día."

Daria lo que no tengo por ese duende!!!

Fabian Pacheco Casanova -

Mulata limpia bien hecha
siguiendo la melodia
al sarandear tus caderas
tus nalgas con hironia.
Pasaras frente al barbero
que tu naturaleza admira
dejando la fuente fria
de salida con lamentos.
El nunca se despecho
y siempre te suspiro
al cementerio llevo
su pasion, pecho y dolor
su pena con avandono;
pesa mas el avandono
que la pesada traicion...

Fabian Pacheco Casanova

Fabian Pacheco Casanova -

El sol con sus nubarrones
prendido como un tizon
empobrece la vicion
del poder y la ficcion.
Dolores fuerte encomienda
el desprecio demostraste
queriendo ser estandarte
buscando fama y tropel.
dejando al amanecer
el barbero que te amaba
pensando siempre esforzada
en mantener el poder..
poder que al final recoge
de la vida las protestas
cuando el que va por la vida
dececha fe con lujuria
consiviendo el poder
sobre los muchos,
como el unico cartucho
del rico el de poseer...

Fabian Pacheco Casanova

Carlos -

Sin palabras!!!