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PATRIA Y HUMANIDAD

CUBA, MISTERIO Y REALIDAD

CUBA, MISTERIO Y REALIDAD

Por Luis Sexto

La insularidad asedia doblemente a Cuba: rodeada de agua por todas partes en la superficie, también el aislamiento la soporta en las profundidades del océano, porque su plataforma no se vincula a la masa continental de América, ni siquiera a la del resto de las Antillas. ¿Signo histórico? ¿O misterio?

Si aceptamos el misterio, su nombre es otro enigma. Aún se discute su significado en el término arahuaco del que se afirma proviene, si es piedra o cueva; o se estudia, según la última tesis, si el topónimo deriva del árabe en su acepción de cúpula. Tuvo además otros nombres que quisieron opacar su primer apelativo aborigen. Como Juana y más tarde Fernandina la bautizaron los adelantados de España al descubrirla para los ojos europeos.  Pero, aunque sobrevivió el más breve, pocos países, por extensos que sean, pueden presentar una lista tan variada de títulos que unir a su nombre. Cuba ha sido, en el curso de cinco siglos,  La siempre fiel, La llave del Nuevo Mundo, La llave del Golfo, El antemural de las Indias, La perla de las Antillas, La isla del  azúcar, La tierra del Mambí.

La isla de Cuba y las islas más pequeñas y los cayos que la rodean despertaron, en suma, la curiosidad del mundo desde varios siglos atrás. Más de 700 libros han sido escritos por extranjeros sobre Cuba en los últimos quinientos años. Desde el sabio Barón de Humboldt  hasta el médico norteamericano John G. Wurdemann; desde la poetisa sueca Fredrica Bremer hasta el historiador  mexicano Fernando Benítez; desde el pintor inglés Walter Goodman  hasta el ensayista italiano Saverio Tuttino; desde el periodista irlandés James O’Kelly hasta el politólogo ruso Oleg Darushenkov; desde el pastor norteamericano Abiel Abbot hasta el ex sacerdote católico Julio Girardi.

La Perla de las Antillas resonaba, pues, como la expresión de un mito comprobable, mágico y contradictorio a la par, como un universo mínimo pero infinito, como una ilusión palpable. El paisaje físico sedujo, en particular, a los viajeros, con la esencia edénica de la naturaleza insular: plástica e inofensiva.  Heinrich Schliemann, el arqueólogo alemán que extrajo del polvo y de la leyenda la ciudad de Troya, confirmando así el carácter histórico de la poesía de Homero, visitó a Cuba cuatro veces. En cierta página de su diario de viaje estampó la impresión de “hechizo y encanto” del paisaje.  Y precisó: “No hay monotonía en ningún lado...” 

En el cafetal de San Patricio, en la jurisdicción de la provincia de Matanzas, una poetisa inglesa apodada María de Occidente escribió lo que John G. Wurdemann calificó como “el  más imaginativo de los poemas ingleses”. Y sostuvo, también  en su libro Notas sobre Cuba –en la mitad del siglo XIX- una polémica con un crítico compatriota de la autora, cuyo juicio dudaba de que una obra así pudiera haberse escrito en una plantación cubana. El viajero norteamericano opuso la opinión de que un cafetal cubano  “es, en verdad, un edén perfecto”.

No he podido determinar el nombre exacto de la poetisa, en historias y enciclopedias, ni siquiera hallar  una estrofa del poema, titulado Zophiel.  Yo pongo aquí, pues, el cartel típico del Oeste estadounidense: Se busca una poetisa. Mil... gracias por su captura.

3 comentarios

María Elena -

Luis: Muy interesante su página, nos ofrece una amplia información de nuestra querida Isla, con datos valiosos. Lo felicito. A la vez le informo que necesito contactar con ud. para un trabajo vinculado con el Festival de la Prensa E. Gracias.

alberto -

Cuba

Escribir sobre Cuba es incomodo, incomodo porque aún intentando describir con palabras, comas y acentos, paisajes, parajes y olores, la política entorpece el paso, entorpece la letra, la duerme, la debilita y terminas escribiendo sobre la negra Matilde, que por decir que no estaba de acuerdo con el comandante, fue removida de su cargo y, entre el barro y el agua putrefacta de la Ciudad de Habana, sobrevive a los vaivenes propios de los des-heredados.

Cuba, la isla que en su momento, con pañoleta al cuello, bandera y busto de Martí, dejamos llamar irónicamente “La isla de la libertad”, y nótese que al hacer esto, enclaustramos, limitamos el concepto propio, de lo que debió haber sido una república y la degradamos a Isla, y como toda isla tiene un dueño, esta se la entregamos al innombrable. Respecto a esto último, Estando en vida José Martí, ¿Alguien dijo que Cuba era la isla de Martí?.

Cuba, llega el extranjero (más que de extraño, iluso) bolsón en brazo, agobiado por la carga del trabajo “que dignifica al hombre” propia de las sociedades de mercado, y le parece, a sus medios ojos ciego, haber arribado al paraíso, el frescor de la gente, el azul del cielo, el mambo y la guaracha, el poco trabajo y la sinvergüencería, acamados por un estado fraude, corrupto y (ilusoriamente) generoso.

Escribir sobre Cuba causa espasmos políticos, escribir de Cuba, más allá de su arquitectura, más allá de lo que representó, más allá de los piratas que en sus tierras desembarcaron, o de los Ingleses, o de los Españoles, o de los Chinos, es escribir sobre su gente, pero no de aquella gente que ..., sino de esta gente, la gente de ahora, los que viven en sus calles, y me acuerdo de mis vecinos del frente, en un departamento de tres habitaciones hacinados abuelo y abuela, hijas e hijos, esposas de hijos y esposos de hijas, y nietos.

Escribir sobre Cuba y decir que esta bien, es escupirle a la gente en la cara, es degradarse a tirano.

Gualterio Nunez Estrada -

Por experiencia propia les digo que La Habana Vieja, su entorno, su arquitectura, elevan el pensamiento de cualquier escritor a grados imponderables. La imaginacion se acrecenta en La Habana Vieja como en ninguna otra parte. Es algo increible como es entorno te llena de magia, te envuelve y te saca cuanto tienes de ti, pese a vicisitudes que vive el habanero por los problemas comunales no resueltos. Educarse en Santiago de Cuba y desarrollarse en La Habana ha sido mi experiencia mas hermosa en la vida al punto que sumado lo bueno, apabulla lo malo. Fuera de Cuba eso no existe en ninguna otra parte aunque tengas el dinero de Bill Gates. Para comparar, es la paz de Cayo Hueso, su familiaridad, su entorno, con respecto al resto de Norteamerica."Cuba que linda es Cuba"( "...que ojos humanos hayan visto." Afectos, Gualterio.