CON LA BELLEZA DE LA VIDA
Por Yuris Nórido
Publicado en la página web del periódico Trabajadores
Las historias están en todas partes, esperando por alguien que las descubra. Cada uno de nosotros pudiera ser personaje de un drama, de una novela. Si uno se pone a ver, cada uno de nosotros puede ser el protagonista de una novela. Claro, unas historias serán mucho más entretenidas que otras… El asunto es que siempre habrá más historias que escritores. Así que hay que recibir con regocijo la obra del cronista que mira a sus conciudadanos, a gente interesante que anda por el mundo cargada de cosas que contar. Acabo de leer un libro maravilloso: El cabo de las mil visiones, de Luis Sexto, publicado por la editorial Pablo de la Torriente Brau. Un libro que reúne crónicas de gente común, a primera vista, pero que en realidad son criaturas peculiares, extraordinarias, que reúne también historias colectivas, que trenzan sin traumas los hechos verificables y la más pura leyenda.
El escenario es el Cabo de San Antonio, cuna de una exuberante naturaleza y también de un no menos pródigo caudal de fabulaciones, morada de soñadores, destino final de cazadores de tesoros.
El cabo de las mil visiones es un excelente ejemplo de buen periodismo. Y a la vez, de no menos linajuda literatura. Luis Sexto, dueño de un peculiar estilo, recoge las historias de lugareños, pasto de leyendas y las enriquece con su prosa sólida. Pero el espíritu original se mantiene intacto. El autor, con humildad y paciencia, salva para sus contemporáneos estos cuentos de buscadores de tesoros, de gente enamorada de la belleza cruel de este solitario pedazo de la isla.
Ojalá aparecieran más libros como este, tan escasos como estamos de volúmenes de crónicas y reportajes, de crónicas y reportajes de altura, que demuestren a tantos escépticos que el periodismo también se puede contar con la belleza de la vida.
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Fabian Pacheco Casanova -