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PATRIA Y HUMANIDAD

RONQUILLO

RONQUILLO

Por Jesús Arencibia Lorenzo

Los periodistas no hablan de los periodistas. He ahí un axioma no escrito que, sin embargo, se ha transmitido por generaciones en el acervo del gremio. Se basa en el principio ético de que los que hacen la noticia, no son noticia. Pero hoy yo quiero romper esa regla.

El hombre de prensa que me inspira es uno de los seres humanos más nobles que he conocido. Hidalgo que ha marcado en las maltrechas filas periodísticas cubanas un camino de rectitud, y que cada día impulsa a quienes le rodean a seguir nadando contracorriente.

Periodista —y antes maestro— por vocación de servicio público, este camagüeyano, aplatanado en Guantánamo por el amor de su Yanira y finalmente nacionalizado habanero, comenzó su despunte en tierras del Guaso, como corresponsal de Juventud Rebelde.

Seriedad y mesura, osadía reporteril y pantalones lo distinguieron desde entonces como guía en el oficio. De ahí pasó a la redacción central del diario azul, donde ha escalado desde la Jefatura de Corresponsales, pasando por la volcánica de Información Nacional hasta la actual, de Subdirector. Aunque más allá de los cargos institucionales —donde su rebeldía jamás le permitirá llegar a los puestos decisorios— el liderazgo que ejerce es esencialmente moral.

Ronquillo es de esos directivos que nunca ordena una tarea que no sea capaz de hacer él mismo con sobrada eficiencia. Que no grita y siempre se hace escuchar, que no impone y siempre se hace seguir. Su carro, el más destartalado de los del periódico, ejerce como ambulancia de JR y resuelvelotodo de sus compañeros. Que lo diga si no Agudo, el buenazo de su chofer, quien a cualquier hora está también disponible, conducido por la generosidad del jefe.

Nadie en los últimos 15 años de este medio ha parido más ideas para trabajos periodísticos (aunque algunas se estrellaran contra los muros de la tontocracia). Ninguno ha editado con mayor belleza y capacidad interpretativa un texto o aportado tan brillantes titulares como los que él regala, noche tras noche.

Los equipos creativos de JR, estructura organizativa para ahondar mediante series de reportajes en los dilemas sociales del país, fueron auténtica creación suya en la década de los 2000. Y llevaron a la publicación, hasta donde la angustiosa realidad nacional lo permitió, a la punta de los esfuerzos por devolverle al periodismo cubano su carta de ciudadanía, tan derruida por las mareas propagandísticas.

Esas mareas subieron y ya de aquellos equipos y sus logros poco queda, pero Ronquillo ha seguido ahí, explotando entonces con indomable afán su veta de articulista y poniendo sobre la palestra temas necesarios, como la ineficiencia económica o los vínculos religión-política en la Isla.

Pocos foros mediáticos existen en la nación donde su voz no se escuche. Y en el gremio su sola presencia levanta respeto y esperanza. Verlo como lo he visto durante una década perder el pelo, literalmente, y recoger, cada vez más cansado, pero nunca pesimista, la lanza de caballero, es de los aprendizajes más fecundos que el oficio y la vida me han regalado.

Así, podría pasarme cuartillas y cuartillas enumerando méritos, citando aquel premio, la otra distinción, el reconocimiento y fraternidad con que lo tratan los lectores; pero sé que él, auténticamente humilde, me tacharía este trabajo desde la primera palabra.

Cuando se escriba la larga y dura crónica del periodismo cubano posterior a 1959, algunas líneas habrá que dedicar a la probidad de Ricardo Amable Ronquillo Bello, un guevariano que se creyó y ha vivido para ejercer la utopía del hombre nuevo.       

RELACIÓN CREADORA: HOMBRES E IDEAS

RELACIÓN CREADORA: HOMBRES E IDEAS

 

   Luis Sexto

   Según pasa el tiempo, me voy convenciendo de que las ideas, por buenas que puedan ser, solo son mejores si mejores son los hombres y mujeres que las sostienen y defienden. Por sí solas, no andan ni pueden extenderse. Ese dicho de que la verdad se abre paso sola, tiene más apariencia que solidez de pensamiento. La verdad necesita de remolques y de empujes. Y para esa tarea no hay máquinas, son los seres humanos, convertidos en trabajadores de la política, de la educación,  de la cultura,  como agentes de la transformación más que en vigilantes de cuanto se transforma.

    La experiencia ha enseñado, que lo hayamos aprendido es otra cosa, la experiencia, digo,  nos ha enseñado que el futuro no admite arrastres:  arrastres de problemas, de dudas, de vicios y conductas impropias u obras incompletas. Porque, y parece evidente, significaría llevar lo peor del presente al mañana. Y por lo tanto el tiempo por venir vendría a ser parte de nuestro mal tiempo. O lo que es igual,  si no mejoramos, seguimos estacionados. Porque no basta con dictar leyes, modificar otras, aprobar estrategias y métodos, si carecemos de la capacidad y la voluntad de concretarlos, o los interpretamos como nos parezca o convenga, en un  acto de indisciplina que demora o paraliza la necesidad dialéctica del cambio.

   Las instituciones son hoy el espacio donde la acción de mejoramiento ha de realizarse como una constante. Entre todos,  hemos de protagonizar este proceso. Como también sabemos, los carismas ya no abundan. Carismáticas han de ser nuestras aspiraciones, aún descontentas por estar a medias. Nuestras aspiraciones de justicia, de plenitud humana y ética y de satisfacción económica, deben ser severos ideales  que nos puncen la conciencia para acabar de admitir que el individuo es también maestro de sí mismo. Y si los carismas, esto es, el poder de atraer o de convencer no es frecuente en las personas,  debemos de convertir en generalidad otros dos carismas imprescindibles del ciudadano: la honradez y la creatividad.

    Y hemos de ser honrados y creativos admitiendo, primeramente, nuestra indiferencia ante los máximos problemas del país, reconociendo nuestra torpeza para evaluar y acometer la solución de tanta insuficiencia, de tanta decisión correcta aun sin fructificar. Cuando veo parte de nuestros campos aún sirviendo de  hospederos a la manigua, oyendo hablar de planes agrícolas en plena agonía y que la burocracia agraria anuncia como prósperos, uno se pregunta qué más hace falta para que cada año sirva para echar en la cuneta una carga de propósitos fallidos, de promesas incumplidas, y así seguir andando más ligeros de errores , y menos bloqueados por las neblinas.

   Que no nos pese admitirlo. Falta honradez en nuestra sociedad. Falta creatividad. Falta honradez para trabajar conscientes del espacio que en la economía ha abierto nuestra sociedad. Lo ha abierto para que el trabajo tenga sentido, y viva mejor el individuo y su familia, y mediante la correspondencia entre el individuo y la colectividad, vivamos todoso mejor. Pero, ya lo he dicho: trabajo sin creatividad queda en la rutina. Y para mí asumir el trabajo creativamente no es sólo aplicarse buscando intensidad y productividad, sino trabajar considerando el trabajo como la fórmula más humana del hombre honrado.                                                               

«La prensa no puede servir para que nos autoengañemos»

«La prensa no puede servir para que nos autoengañemos»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Carlos A. Rodríguez Martínez

 

 

El Premio Nacional de Periodismo Luis Sexto intercambió por más de dos horas con el público asistente al habitual espacio de debate La Caldera, en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Villa Clara. 

 Después de realizar un recorrido por toda su carrera profesional, Luis Sexto (General Carrillo, Remedios, 1945) protagonizó un debate sobre el papel de la prensa cubana actual. En el espacio de discusión,  auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz de Villa Clara, el columnista de medios nacionales criticó el «periodismo propagandístico, incapaz de crear o resolver conflictos», así como «la desprofesionalización y el carácter anodino y acrítico de la prensa cubana».

   Abogó por que se ejerza la crítica con conocimiento de causa. «La crítica solo tiene una exigencia: que los lectores lleguen a saber cuál es el lugar del periodista. Si solo se escribe para defender la posición del periódico, o de los que están detrás, el periodismo no tiene sentido», aseguró el reconocido cronista.

El Premio Nacional de Periodismo José Msartí 2009, profesor universitario por varias décadas, también se refirió a la formación profesional de periodistas. «Estamos llenando de cientificismo la enseñanza del periodismo y así estamos olvidando su componente romántico», dijo. «Si el periodista no está dispuesto a cambiar su rumbo ante el descubrimiento de una buena historia o un gran personaje, nunca podrá convertir las palabras en verdadero periodismo», aseguró.

   Interrogado sobre el papel de los medios de información en las circunstancias actuales de acercamiento a los Estados Unidos Luis Sexto dijo que «la prensa no puede ser una ventana por donde penetren influencias enemigas de la sociedzd, pero tampoco puede servir para que nos autoengañemos».

Al finalizar el debate el periodista santaclareño Yamil Díaz presentó el libro Hojas clínicas, primer volumen de cuentos publicado por Luis Sexto.

 

Enero de 2016

Clinton seguirá la apertura con Cuba; Trump, una incógnita por su caos mental

Clinton seguirá la apertura con Cuba;  Trump,  una incógnita por su caos mental

 

Patricio Zamorano, analista político, profesor universitario y trovador chileno,director ejecutivo del portal InfoAméricas.info  remarca que durante este primer año de restablecimiento de relaciones entre la isla del Caribe y Estados Unidos, el principal avance desde el lado cubano ha sido convertirse en un interlocutor de igual a igual con el gigante norteamericano, pero que aún quedan muchos temas pendientes para que realmente las diplomacias se normalicen.

Por Ricardo Pérez V.

Este miércoles 20 se cumplió un año desde que Cuba y Estados Unidos restablecieron de manera oficial las relaciones bilaterales, tras más de 50 años en que ambos países se miraban con recelo. En estos 365 días en  opinión de muchos, poco se ha avanzado.

¿Es muy temprano para exigir más en un año? ¿o los cubanos y estadounidenses deberán ser más pacientes para satisfacer sus demandas en el marco de esta nueva etapa?

Patricio Zamorano es uno de los más indicados para responder a estas dudas, pues lleva muchos años radicado en Estados Unidos y ha visto muy de cerca este proceso y es uno de los expertos en esta materia. Incluso, estuvo invitado hace algunos días a la ceremonia de conmemoración del año de relaciones bilaterales, que se celebró en la embajada cubana recién instalada en Washington. De paso por Chile, tuvo tiempo para responder a las consultas del diario La Nación y realizar un análisis de la situación actual entre la isla y el gigante norteamericano.

- En este primer año, ¿crees que se ha notado algún cambio relevante en la relación de ambos países? ¿Ha habido un avance concreto?

 -Ha habido un avance concreto en varias áreas, pero en muchas otras el progreso ha sido marginal. Yo diría que el principal avance desde el lado cubano ha sido convertirse en un interlocutor de igual a igual con Estados Unidos. La potencia del norte ha tenido que sentarse a la mesa de negociaciones y conversar sin precondiciones con su contraparte cubana. Eso es así y señala un triunfo importante de la diplomacia cubana. Pero al mismo tiempo le ha causado al gobierno del presidente Obama una gran tensión con los sectores conservadores de ultraderecha del Congreso de Estados Unidos, que no le perdonan haber reiniciado relaciones diplomáticas sin haber exigido más al gobierno cubano.

 “Sin embargo, aún quedan muchos temas pendientes. Pese a que las transacciones bancarias desde EEUU, tarjetas de crédito, creación de sucursales comerciales, apertura a las telecomunicaciones y el incremento exponencial de vuelos autorizados se ven bien en el papel, aún no se han concretado. Hay una montaña de expectativas, enfrentada a una realidad mucho más restrictiva desde el punto de vista legal, normativo y de capacidad técnica. Cuba no tiene capacidad aeroportuaria para enfrentar los 100 vuelos diarios que EEUU dice querer autorizar. No hay suficientes hoteles y Cuba enfrenta, en ese sentido, un gran desafío de infraestructura para los próximos años. Pero el diálogo en muchas áreas se amplía día a día. Hay reuniones constantes de equipos de seguridad aeroportuaria, de la guardia costera para enfrentar el narcotráfico y la seguridad marítima, se ha abierto por primera vez en décadas el flujo de correo postal. La Embajada de Cuba se llena en sus eventos de funcionarios del Departamento de Estado, de representantes de las fuerzas armadas, de congresistas. Todo un cambio de formas inimaginables un par de años atrás. Pero siguen pendientes tres áreas fundamentales, a mi juicio: terminar con el embargo estadounidense, cerrar la cárcel de Guantánamo y devolver este territorio a los cubanos, y derogar la llamada “ley de ajuste cubano” que incentiva el intento de pisar suelo de EEUU en balsas con todo el riesgo de vida que conlleva”.

 - A pesar de esta nueva etapa, se mantiene la migración de cubanos a EEUU. ¿Por qué?

 -Claro, todo esto relacionado con la pregunta anterior. Hay sin duda una constante migración cubana a Estados Unidos por razones económicas. Y Cuba ha dado todas las facilidades a los cubanos que ahora solo necesitan visa del país anfitrión para viajar a él, igual que cualquier otro ciudadano de cualquier país. Pero hay un tema que la opinión pública desconoce. Hay un acuerdo migratorio entre EEUU y Cuba, vigente desde Reagan, donde Estados Unidos se comprometió a entregar 20 mil visas a los cubanos cada año. Pero EEUU nunca ha cumplido esa cuota. Y sumado a la “ley de ajuste cubano” que señala que cualquier ciudadano de Cuba que pise territorio de EEUU puede solicitar la residencia, entonces se convierte todo esto en la combinación perfecta para incentivar el cruce irregular en balsas. Los cubanos se arriesgan a cruzar el mar Caribe porque la Embajada de EEUU en La Habana no les da visa. Los cubanos se arriesgan a cruzar a Estados Unidos por esta combinación viciada de una ley que les dará residencia si llegan a la costa. Esto debe acabar de una vez por todas, y EEUU debe comprometerse a realizar una reforma racional y humanitaria para regularizar el tema migratorio y evitar más pérdida de vidas.

-Algunos indican que esta nueva etapa sólo ha tenido algo de relevancia en términos comerciales, con el restablecimiento de vuelos y cruceros y la intención de inversión de empresarios de EEUU, pero que políticamente la relación sigue estando fría como antes…

-Hay algo de eso. En Washington DC las autoridades diplomáticas, y los funcionarios de la Cancillería en Cuba dejan en claro esa sutileza, sobre que se han reanudado las relaciones diplomáticas, pero bajo ningún punto de vista existe una normalización de las relaciones entre ambos países. Cuba ha dicho claramente que no considerará las relaciones normalizadas mientras exista el embargo ampliamente condenado en Naciones Unidas, y que se devuelva la zona de Guantánamo. El gobierno de EEUU a su vez insiste en que tampoco considera las relaciones normalizadas mientras no se reforme el sistema político cubano bajo una fórmula de democracia multipartidista, y mientras los hermanos Castro estén en el poder. Pero este es un tema fundamental que es el escollo para la normalización completa: Cuba pide que EEUU elimine presiones unilaterales que ejerce el país del norte contra la isla, y EEUU exige cambios dentro de la institucionalidad cubana. Pero eso es un escollo enorme que debe solucionarse desde los Estados Unidos pues Cuba no le pide a EEUU que cambie su sistema político. Cuba no mantiene un embargo contra EEUU ni controla parte de su territorio soberano. Esta distinción es súper importante, pues desde el punto de vista comunicacional y político da la idea de que Cuba debería cumplir con una especie de agenda de EEUU para seguir avanzando, y eso es la verdad irónico, pues la situación concreta es la opuesta: EEUU tiene una obligación fundamental de eliminar un embargo que es completamente ilegal según las normas del derecho internacional, y devolver un territorio que no le pertenece, el de Guantánamo. Cuando esas dos condiciones se cumplan, no cabe duda que EEUU podrá iniciar la influencia que estime conveniente para presionar a un cambio político. Por supuesto, se encontrará con la resistencia cubana, que con todo lo acontecido en todas estas décadas, aún no claudica. Si uno se preocupa de dialogar con la sociedad civil cubana se da cuenta que ‘Cuba es para los cubanos’, en el sentido de que entre todo el rango de posiciones políticas, hay un acuerdo tácito: la soberanía de la isla y los avances de la revolución en el área salud, educación y subsidios de las necesidades básicas no son transables. Excepto entre los disidentes declaradamente anticastristas y en contacto con las autoridades diplomáticas estadounidenses, es claro que la población cubana quiere el acercamiento con Estados Unidos, quiere iniciativa privada y quiere normalidad con el país del Norte. Pero al mismo tiempo no van a entregar la independencia institucional, cultural y política de la isla a Estados Unidos. Eso no se ve en el análisis en el corto o largo plazo.

 -¿El bloqueo económico siguen siendo la gran piedra en el zapato entre Cuba y EEUU?

 -Así es. El bloqueo y el tema de Guantánamo. Eso desde el punto de vista cubano. Desde el punto de vista de Estados Unidos, desean un cambio de régimen, la salida del castrismo del gobierno de Cuba, multipartidismo y apertura política a la disidencia. Y ese es el problema: puestos todos estos factores en la balanza, son disímiles. No hay puntos de acuerdo en la agenda, es una agenda paralela, que vive en momentos y objetivos distintos. Y eso puede retrasar enormemente la “normalización de relaciones”, aunque no impide seguir avanzando en la profundización de las relaciones diplomáticas, que no es lo mismo.

 -¿Crees que esta nueva relación ha cambiado en algo las expectativas económicas, de vida y de desarrollo de los cubanos?

 -Sin duda. En 2013 fui a Cuba a realizar conferencias en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, y tuve contactos con varios estudiantes, académicos, intelectuales, periodistas y artistas, toda gente de la sociedad civil, y mi pregunta fundamental fue en torno a las reformas económicas, que han corrido de forma paralela al proceso de reanudación de relaciones diplomáticas. En cierta forma Obama elige este momento histórico para acercarse a Cuba también para aumentar la influencia de EEUU durante esta apertura a la iniciativa privada. Entre todas las personas con las que pude hablar absolutamente nadie compartió una visión negativa de las reformas. Flota en el ambiente, y las cifras lo confirman, que la creación de espacios para la iniciativa privada es fundamental para que el Estado pueda mantener el nivel de gasto social que ejerce y beneficiar a quienes realmente lo necesitan. En tres años que he estado visitando a la isla en proyectos académicos he visto una explosión de actividad impresionante. Restaurantes, tiendas de celulares, ampliación de puntos de WiFi e Internet. Restauración de La Habana vieja, restauración del malecón, encuentros semanales de trova con la nueva generación de cantores, el hip-hop y el funk pululando en las calles, nuevos bares, nuevas iniciativas personales de artistas, nuevos medios de comunicación independientes. Es palpable de forma real que la Cuba de antaño, la que sectores de izquierda más conservadores desean mantener como un ícono congelado en el tiempo, ya no existe. La Revolución se está revolucionando a sí misma, desde adentro, y eso creo implica también un fracaso desde el corazón radical de la derecha estadounidenses. Cuba está cambiando sin la intervención directa de Estados Unidos, y ese cambio no tendrá por tanto el sello estadounidense, sino el sello de la cubanía.

 -¿Crees que el gobierno socialista cubano se siente cómodo con esta nueva relación con EEUU?

 -No creo que se sienta cómodo en el sentido político, pero sí en el sentido estratégico. No es fácil crear confianza entre dos países que han roto relaciones diplomáticas por más de 50 años. Tampoco es cómodo sentarse a la mesa a negociar cuando ese país aún ejerce un bloqueo financiero contra la isla. No es cómodo para las autoridades de Estados Unidos sentir que se sientan a la mesa claudicando de la lucha contra un gobierno comunista que ha visto pasar a una cantidad enorme de presidentes que no lograron doblegar ni al gobierno ni al pueblo. Pero sí es cómoda la forma en que se ha concretado el acercamiento, por primera vez de igual a igual, respetando los tiempos, respetando las agendas de interés de ambos países. No hay ningún otro país de América Latina y del mundo ubicado al otro extremo del espectro ideológico, con excepción de la exUnión Soviética, que se haya sentado a la mesa con Estados Unidos al mismo nivel de diálogo, de tú a tú, con el grado de trascendencia de lo que se está discutiendo en estos momentos. Por eso digo que el gobierno cubano está cómodo desde el punto de vista estratégico. Desde lo político, es otra cosa. Hay muchos en Cuba sin duda, y en la izquierda latinoamericana, que se sienten más incómodos por ver este acercamiento, mientras al mismo tiempo EEUU crea nuevas sanciones contra Venezuela, por ejemplo. Desconfían de EEUU, de sus intenciones, de las consecuencias, temen que Cuba se transforme en un Vietnam o en una China que desarrolle un mal llamado “capitalismo de Estado”. Es muy temprano aún para extrapolar hacia donde derivará el proceso. Los sectores que más añoran la Cuba idealizada de décadas atrás, desearían mantener el sistema socialista inmutable, pero lamentablemente la realidad de las cifras macroeconómicas y de las necesidades diarias de la gente son mucho más urgentes, y algunos cambios son necesarios para mantener las columnas-base de la Revolución de 1959. Pero basta con pasearse por las calles de La Habana y hablar con la gente, y la verdad es que nadie en su sano juicio aceptará que se invente un capitalismo de Estado que barra con la salud, la educación, la protección social y cultural que ha costado tanto construir y que es un orgullo para los cubanos, porque pese a la gran pobreza en que vive la población, no es lo mismo ser pobre en Cuba que ser pobre en Chile, por ejemplo. Ya lo saben las miles de familias chilenas arruinadas económicamente por enfermedades catastróficas, en el inmoral ambiente comercial y financiero que se ha creado con el sistema privado de isapres.

 - ¿Por qué se ha demorado tanto EEUU en cerrar Guantánamo?

 - Esta ha sido una de las promesas más incumplidas de Obama. Se ha comprometido varias veces a cerrar la cárcel, ante el escándalo mundial que se ha creado al saberse que se ejerce la tortura, como ha denunciado la Cruz Roja y Naciones Unidas. Y pese a que tuvo al Congreso de EEUU a su favor al inicio de su gobierno, no fue capaz, y ahora menos con un Congreso dominado por el Partido Republicano. El Congreso le niega a Obama ahora los fondos para expatriar a las decenas de presos que siguen languideciendo sin proceso, sin derecho a una defensa secreta, sin condenas. En las condiciones actuales, Obama ha amenazado con sacar a los presos y derivarlos a terceros países o a cárceles en territorio estadounidense usando sus atribuciones ejecutivas, por decreto, pero eso le traerá sin duda acusaciones constitucionales de los congresistas que no desea abrir en plena etapa electoral. La promesa trunca de Obama del cierre de Guantánamo será quizás una de las marcas más oscuras de su legado. Se le criticará por años.

 - ¿Cómo vislumbras la relación a futuro ante un eventual triunfo en las elecciones de Hillary Clinton o de Donald Trump?

 - Eso es una pregunta abierta. Clinton, no cabe duda pues lo ha dicho, mantendrá el continuismo de la apertura diplomática con Cuba. Lo ha dicho en sus libros, siempre apoyó finalizar el embargo, abrir embajadas, y todo lo que se ha realizado. En el caso de Trump, como todo lo que tiene que ver con Trump, es una incógnita basada en su caos mental. Desde el punto de vista económico, no cree en embargos, y desearía embolsarse un nuevo millón de dólares abriendo una Torre Trump en el malecón de La Habana. Pero tiene un grupo importante de republicanos anti-castristas que le exigirán, de llegar a la presidencia, desmantelar todas las medidas ejecutivas que ha realizado Obama saltándose el embargo. Pero eso ya es parte de un futuro sumamente incierto dadas las condiciones de las elecciones presidenciales más caóticas de las últimas décadas en Estados Unidos.

 

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CONVOCAN A CRONISTAS

CONVOCAN A CRONISTAS

 La Unión de Periodistas de Cuba en la provincia de Cienfuegos convoca al XI Encuentro Nacional de la Crónica que se efectuará del 10 al 12 de noviembre del 2016 en homenaje al escritor y periodista cienfueguero Miguel Ángel de la Torre, uno de los más destacados cultores del género en la primera mitad del siglo XX en Cuba.

 

El cuerpo teórico del encuentro contará de  talleres, conferencias y  paneles cuyas temáticas serán la vida y obra de Miguel Ángel de la Torre y el género crónica. Otras acciones colaterales constituirán la presentación de libros, visitas a centros de trabajo y estudio,  lugares de interés histórico y lecturas de crónicas.

 

En el concurso podrán participar todos los periodistas de la prensa escrita, digital, radio, televisión y estudiantes de periodismo, con obras publicadas entre el mes de octubre de 2014 y el 30 de septiembre del 2015. Los estudiantes pueden presentar obras inéditas. Este año se adiciona una nueva categoría: trabajos investigativos sobre la crónica.

 

En cuanto a las investigaciones, el remitente debe especificar el tipo de investigación (bibliográfica, monográfica, trabajo de tesis, o cualquier otra modalidad).  En cualquier caso, se acompañará un documento, no mayor de diez cuartillas,  con el nombre del autor,  el  Tema, Título, Objetivos Generales,  Metodología (breve explicación); resultados principales, conclusiones y bibliografía básica empleada.    

 

Se admitirán hasta dos crónicas, por concursante en cada uno de los tipos de medios en los que fueran publicadas.

 

La presentación de los trabajos será de la siguiente forma:

  • En periodismo impreso se remitirán original y dos copias, utilizando la valija de la UPEC o el correo postal.
  • Para la radio en CD, o en formato mp3 por correo electrónico a la siguiente dirección: cip307@cip.enet.cu.
  • Para la televisión en CD o DVD.
  • En la categoría de periodismo digital deben enviar la URL donde fue publicado o el trabajo por cualquier vía
  • Los trabajos investigativos podrán enviarlos por correo electrónico a la siguiente dirección cip307@cip.enet.cu

 

La dirección postal es: “Casa de la Prensa Calle 37 No. 5807 e/ 58 y 60, Cienfuegos.

 

Se premiará la crónica que con mayor creatividad y eficacia se apropie del tema desde la subjetividad del periodista, en cada medio (prensa escrita, digital, radio, televisión y estudiantes de periodismo) y el trabajo investigativo más destacado.

 

La Revista Alma Mater se suma a la premiación del mejor trabajo entre los estudiantes de periodismo con libros, folletos y la publicación del texto en su revista.

 

Se constituirán dos jurados, uno de admisión que determinará los finalistas y el otro para otorgar los premios, integrados por periodistas de reconocido prestigio en la prensa cubana. En la sesión final se darán a conocer los premios, consistente en diploma y 400.00 pesos CUP.

 

Los ganadores del concurso 26 de Julio de la UPEC en el apartado de crónicas serán invitados al encuentro.

 

Las crónicas para el concurso deberán entregarse en la Unión de Periodistas de la provincia de Cienfuegos, antes del 30 de septiembre del 2015.

 

Para aclarar cualquier duda pueden llamar a los teléfonos 43-513371 y 43-551292 en Cienfuegos y por el e-mail: cip307@cip.enet.cu

 

 

 

 

EL RIESGO COTIDIANO

EL RIESGO COTIDIANO

 

Luis Sexto, @Sexto_Luis

Redunda decirlo. En Cuba y fuera de ella habitan  ciertos cubanos que darían la mitad de su lengua para que la enseñanza del inglés sustituya al español en las escuelas -como ha sucedido recientemente  en Puerto Rico-, y el país, transformado en desierto, sea cubierto de hormigón y asfalto por el  dinero extranjero, y el Malecón chispee mensajes de Exxon, McDonals, Geneal Motors… ¿Quién no se da cuenta de que  nunca antes como ahora han coincidido tantos malos deseos  para empujar hacia atrás? Desde las derechas en Washington, Miami y Madrid, hasta las derechas  y las “izquierdas” internas, pasando por  reivindicaciones que, justas en esencia, se deslegitiman por su lenguaje absoluto y por  el momento escogido para exigir lo que, al no considerar la creciente condición de  plaza sitiada de Cuba, fragmenta la unidad nacional y debilita el proceso de readecuación y transformación social. 

   A esos rasgos  se juntan pesimismo e indiferencia. Durante los debates masivos de los Lineamientos económicos y sociales presentados al Sexto Congreso del Partido Comunista, y único,  se patentizó la voluntad nacional de  hacer más participativa la democracia en Cuba, más transparente la gestión y más crítico el papel del Partido como garante del programa de actualización de la sociedad cubana. También en el reciente  séptimo congreso. Pero, a pesar de ese empeño de transparentar los fines y los medios, y en consecuencia proscribir el "secretismo", el cotidiano fluir del país  en sus planos medios y bajos revela que aún en algunos sectores no se oye un lenguaje público clarificador.

   Ha continuado  pesando, pues, la “vieja mentalidad”, generada durante decenios por un Estado excesivamente centralizado, cuya estructura  dependió de la línea vertical: un movimiento de arriba abajo sin que existieran, como resortes de equilibrio, las líneas horizontales, lados fuertes de un centro fuerte. Y también, por añadidura, parecen estar influyendo “viejas ignorancias”. Porque, en efecto, siguen proliferando la incapacidad para adoptar iniciativas, oír las quejas y articular explicaciones y respuestas convincentes.

   Desde mi óptica, la fórmula para evadir el mayor peligro de las aspiraciones socialistas se halla en Lenin. El líder de la Revolución de Octubre, que no vivió lo suficiente para rectificar los desvíos de aquel  socialismo,  dictó,  al menos,  un método para impedir la absorción de la sociedad por las superestructuras burocráticas y a la vez fortalecer el control popular: “El estado es fuerte cuando las masas lo saben todo, pueden juzgar de todo y lo hacen todo conscientemente. Y ese saberlo todo, juzgarlo todo y hacerlo todo conscientemente implica que los espacios democráticos existentes –entre otros, la Asamblea Nacional, las asambleas municipales y las de rendición de cuentas en las circuns cripciones-, junto con los medios de información, se extiendan y profundicen. Y sirvan de contención a la irracionalidad burocrática, negada por esencia a escuchar y a dialogar,  y proclive a  emborronar la letra y el espíritu de cuanto se decide para transitar de las necesidades a las soluciones más audaces y efectivas, como la vigencia de la ley del valor y su consecuente mercado.  Estos espacios democráticos, incluida la prensa, han de servir, sobre todo, como generadores de la participación popular, al saber los cubanos, regularmente, qué se hace, cuándo se hace y para qué se hace.

  No resulta oscura esta verdad: el diálogo, la información y la crítica, incluso la autocrítica, no dañan, sino, al contrario, son los antídotos para impedir que tantas  manos intenten empujar a Cuba hacia el desierto donde podría estar, según el decir del novelista Luis Sepúlveda, la obra maestra de los hombres. O de algunos hombres, cuyos perfiles ya he dibujado en estas líneas.

LOS DETALLES, AH, LOS DETALLES

Luís Sexto, @Sexto_Luis

   El apego al facilismo o a las conveniencias personales nos han habituado a mirar solo el bulto, el molote, las equivalencias en volumen más que en calidad. Metamos la mano en nuestra conducta común para percatarnos de que poseemos «el poder» de echar a perder lo más útil y exactamente construido o concebido. Y digo echar a perder, pero ese término tan absoluto significa también retrasar, distorsionar, desanimar, restringir, porque esquivamos un detalle básico o le incorporamos uno o más de nuestro patio o inspiración.

   La atención a los detalles, o a ciertos detalles, nunca será suficiente porque su relevancia podría exigir tanta que nunca alcanzará para satisfacerlos. Y juicio tan definitivo es solo una afirmación de índole filosófica o psicológica para encarecer el papel del detalle. Porque a esta categoría cotidiana habrá que mantenerla bajo observación, calibrándole la naturaleza para precisar cuándo es solo un detallito, la huella de una mosca que tapa la corbata, o es el desgarrón que ni el saco logra cubrir.

   Por otro lado, y ello me parece lo primordial, uno no sabe a veces si la desatención a los detalles por más o por menos es una natural incapacidad humana, o es en cambio una actitud, un vivir superficial de modo que nunca veamos el fondo. Sabemos que el ser humano es una mezcla de positivo y negativo, y a las insuficiencias de la inteligencia, se les puede adjuntar la anemia en los valores éticos. Y quizá resulte deshonroso o inefectivo, por tanto, darles aire a ambiciones o a encomiendas que el sujeto no pueda alcanzar con las capacidades propias.

   Ahora podemos entrar en el espacio práctico. Porque, en ocasiones, uno aprecia que quien ha de tener la capacidad para atender a los detalles en determinada posición, no se demuestra precisamente como el más apto, sea por insuficiencia intelectiva o por deficiencia ética. Vamos, caigamos en la cuenta de que el detalle en la selección de las personas que habrán de atender a los detalles de la vida social, económica y política, merece un juicio demorado, hondo. Fijémonos en que la improvisación se reduce, la mayoría de las veces, a la falta de rigor al decidir sobre el conjunto sin prever las consecuencias, sin atender lo que una vez un periodista de Bohemia llamó la cultura del detalle, detalle a su vez de la cultura general, cuya extensión tanto nos enorgullece, y que ha de empezar, en lo más característico, por saber valorar y respetar lo singular dentro de la sociedad.

   La cultura del detalle, pues, repara en lo que parece pequeño para medirle la verdadera dimensión, y facilita fijarnos, por ejemplo, en que existe una contradicción entre nuestro sistema de salud y el hecho cotidiano de que en carnicerías o en tarimas de los mercados agropecuarios corten y despachen el jamón con la misma mano que se contamina al tomar el billete del pago. Qué bobería, ¿verdad? Esa sería la reacción del que no aprecia las inconsecuencias. ¿Habremos averiguado cuántos pacientes llegan a los centros asistenciales por esa minúscula falta de higiene?

Y es solo una referencia, mínima, en efecto, para recordar que ninguna acción humana queda sin generar o condicionar otras acciones. Por tanto, el descuido de un detalle —la gotera en el techo o la respuesta tardía a la duda o malestar de un ciudadano—, prepara la arrancada para que otros detalles, concatenados, empiecen a desvirtuarse. Y si la desatención a lo pequeño estropea las relaciones en centros de trabajo, o quiebra un matrimonio, o convierte a amigos en enemigos, qué no ocurrirá cuando nos acerquemos a las esferas decisivas.

   Tengo en cuenta, sin embargo, que algunos de nosotros hemos pasado por alto este o aquel detalle con justificaciones tan manidas como «no se puede» «no hay recursos», «más adelante». ¿Negaremos acaso que las carencias financieras, los límites productivos existen? Aludo a que antes y también ahora, han abundado comodines para dejar de hacer o actuar. La inhabilidad resulta, circunstancialmente, hábil para enmascararse y pasar por auténtico lo falso, o por verdadero lo fingido.

   Y estas certezas, que la impunidad suele confirmar, nos han de obligar a pensar que cuando las decisiones son correctas y se frustran, sucede así por haberse equivocado aquellos para quienes insistir en un detalle de más o de menos, significa una nadería hasta en el rasero con que ellos mismos fueron medidos para estar ahí, equivocándose.

   Como equivocándose siguen –usemos un gerundio benigno- cuantos permiten que la mercancía de importación se pudra en los almacenes de los puertos,  porque no les inquieta que el país malgaste su bolsa pagando estadías de buques, y invierta recursos en importaciones que, al fin, rendirán menos que su costo por el excesivo almacenamiento portuario.

   Tal vez haga falta gritar con todo el aire que  los pulmones retengan, una consigna parecida a aquella pronunciada, si recuerdo bien, en 1959.  Sólo cambio el vocativo: Revolución, sacude la mata…  

CONDUCTAS DE FALSO TECHO

CONDUCTAS DE FALSO TECHO

 

Luis Sexto, @Sexto_Luis

   ¿Percibimos la gravedad de los términos en que lo viejo se resiste a lo nuevo? Habitualmente la dialéctica del desarrollo social se ha afincado en la contradicción –antagónica o no antagónica- entre lo que necesariamente empieza a ser  y  lo que es, y se niega. Dicho así, en lenguaje habitual,  todo parecería un proceso inconsciente, un litigio automático. Mas, lo espontáneo no cuenta tanto. Porque en los entramados burocráticos, influyen también intereses que condicionan actitudes de “defensa propia”. Es decir, me niego a renunciar a mis comodidades. Y aunque resulte muy escabroso probarla, esa actitud de resistencia en las circunstancias de Cuba quizás implique la “no inocencia” al entorpecer la solución de las necesidades nacionales.

   Desde luego, no acuso ni alecciono. Sólo recomiendo andar y ver, ese doble secreto del oficio del periodista y de la política. Y si andamos, y nos decidimos a ver detrás de los informes, nos damos cuenta de que la vieja mentalidad sigue sosteniendo que gobernar o administrar equivale a ordenar y mandar desde distancias intransitables, sin gestionar una atmósfera de confianza y creatividad. Según mi experiencia, una de las viejas fórmulas consiste en acatar las nuevas leyes, y  ponerlas en práctica en este o aquel sitios de modo que se adecuen a los métodos y hábitos convocados a actualizarse. Esto es,  que lo viejo siga viejo.

   No volteemos la vista. Y confirmemos que los aparentes acatamientos del formalismo continúan activos. Para esa conducta de falso techo, las ideas e iniciativas de las masas carecen de validez, y lo prometido no es deuda, ni el contrato un documento de inexcusable obligación. Por esas razones, algunos de cuantos, como mínima acción, deben explicar, nada  explican. Y por extensión a nadie persuaden, a nadie infunden ánimo. 

Líbreme el buen sentido de exagerar o de ser injusto. Pero esos son rasgos que uno observa cuando anda por el país, y recibe quejas o cartas pidiendo soluciones a problemas que no se resuelven en la localidad, ni siquiera reciben allí una explicación racional, pormenorizada de las causas. Por ejemplo, recientemente un artesano en posesión de su licencia, me escribió quejándose de que una ordenanza del gobierno municipal de Cárdenas, le niega el derecho a vender sus obras en Varadero. El remitente, vecino del municipio de Perico, asegura que él no vende a turistas, sino a vendedores autorizados en el populoso balneario. Es decir, donde el artesano reside su mercancía no circula: carece de compradores. Sin embargo, en Varadero, los que ofertan suvenires artesanales necesitan comprarlos a productores –digamos-  al por mayor. Y uno, inquieto, se pregunta qué pretenden los autores de esa medida local,  que puede estar facultada por la ley, pero al parecer no resulta razonable. ¿Qué intentan lograr medidas prohibitivas como la descrita: estimular o desestimular el trabajo por cuenta propia?

   Dirijamos ahora la cámara hacia la calle. La vieja mentalidad en nosotros, ciudadanos comunes, aún añora los años cuando pretendíamos que para prosperar sólo era necesario un sésamo: quererlo. Y por tanto se niega a aceptar que ya no seamos iguales a la vieja usanza, es decir, que aptos y menos aptos, eficientes e ineficientes  nos emparejemos en el salario y los méritos, y que la seguridad social, en país pobre, siga sustituyéndome en mis  obligaciones de hijo o de padre. También nos molesta pagar tributos fiscales. Recientemente, un campesino se me lamentó: Fíjese, me exigen un impuesto por la tierra. Esa misma tierra -le dije en un segundo de lucidez- que usted ha recibido en usufructo gratuito.

   En cierto sentido, más provechoso que identificar los rasgos de la vieja mentalidad, sería operar contra la insistencia de seguir tocando las aldabas en puertas clausuradas por su obsolescencia y esconderse tras sus astillas.

¿Y cómo, pues, habríamos de obrar contra la doblez, esa postura de pregonar con las manos en la espalda que todo está en orden? Habría que embanderar en cada lugar habitado, en cada terreno cultivado, en cada fábrica y proyecto de mejoramiento, en cada silla, en cada mano alzada o en cada aplauso, una disyuntiva sutilmente inapelable: sirvo o… sirvo de verdad. Porque las apariencias, como el maquillaje, rejuvenecen sólo por un momento. Si no aprendemos a valorar las demandas de transformación de nuestra sociedad, embarazada entre obstáculos propios y limitaciones avivadas por voluntades ajenas, y en consecuencia no deponemos con honradez tendencias envejecidas, privilegios y comodidades, coadyuvaremos culposamente a la pérdida de lo  que hoy es más urgente y precioso para la nación: el tiempo y la oportunidad.  

   Resumiendo, pues: La experiencia enseña, primeramente, que  cambiando la economía, la vieja mentalidad no se transforma automáticamente. En segundo término, sin rigor externo, esto es, de provincia o del gobierno centra,l que influya en el rigor local; sin cambios de los cuadros políticos o administrativos  renuentes a servir dentro del cuerpo social, mezclados con los problemas, y sin la búsqueda de líderes locales que no estén dispuestos sólo a mirar hacia arriba,  sino a generar soluciones ligados con las masas, porque lo único que poseen es el futuro, será poco probable que la actualización modernice a una sociedad que continúa atrapada por la rigidez, precisamente allí: en las estructuras que han de flexibilizarse.