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PATRIA Y HUMANIDAD

APTITUD Y ACTITUD

APTITUD Y ACTITUD

Luis Sexto

En algún momento nos damos cuenta de que el pasado pesa, retiene el ir hacia delante. Y de vez en cuando uno abre escaparates, gavetas, y revisa libreros, sobres, carpetas,  y se deshace de lo que ya no sirve para vestir, o para leer, ni para que siga ejerciendo como testimonio palpable de una etapa.

Hemos, pues, de echar algo atrás definitivamente. Es como una imprescindible operación de limpieza, de desembarazo. Pero no todo se ha de eliminar. La madurez de un individuo o de una sociedad se afinca en saber elegir: elegir desde amigos o aliados hasta escoger qué ha de ir al contenedor de los desechos o qué merece seguir junto a nosotros.

Hasta ahora, lo dicho compone episodios de la vida común. Son verdades tan evidentes que algún lector protestará por que le recuerden lo que sabe: Periodista, todos hemos vivido. Cierto. Mas, ¿hemos sabido vivir y en consecuencia dejar atrás lo caduco? Recientemente, visité la escuela donde estudié durante mi adolescencia. No fui a despedirme de ese edificio y de esos días deshojados hace más de 50 años. Mi escuela de Arroyo Naranjo, en Las Cañas,  aquel ámbito junto a un río, entre palmas persistentes, no será una de las cosas que deje atrás. En ciertas ocasiones regreso a mirarla. Lo que allí aprendí, es la base de cuanto soy. Podría haber sido peor, sin haber estudiado y jugado en aquel contrapunteo escolar entre la libertad y la disciplina.

De ese viaje a lo vivido deduzco que  evocar y sostener las normas entonces asimiladas,  no es lo mismo que pretender regresar a la adolescencia  cuando uno se acerca a momentos cruciales de la existencia: la vejez pesarosa y el posible  cercano final. Volví para reafirmar de dónde vengo y repasar todo lo andado con los medios básicos construidos en esa mi escuela decisiva, para determinar exactamente hacia dónde voy.

En lo social, el pasado tampoco podrá ser una rémora, ni una poceta de aguas estancadas. Pero, posiblemente, nos esté entorpeciendo. A ciertas personas se les figura que la sociedad cubana rema en la canoa de la confusión. Y me pregunto si esa dificultad para ver claro de noche se deba a quienes son incapaces de alumbrar y persuadir a los confusos de que Cuba necesita modificar su arquitectura interna y que, necesariamente, aprender a administrar exige la conjunción de la flexibilidad intelectual y la beligerancia de la vergüenza legada por la historia de nuestra nación.

El presente –quién podrá ignorarlo-  es la base del futuro. Pero a esa dimensión temporal sin estrenar en los almanaques, no puede ir ni lo inepto del pasado, ni lo inhábil de hoy. Ya sabemos qué es lo peor de ayer: lo infectivo, lo absurdo, lo improvisado, lo irracional. ¿Y lo peor del presente? ¿Lo conocemos? ¿Hemos reflexionado sobre nuestra conducta individual y colectiva para preguntarnos si cuanto hago y hacemos es lo justo para trascender esta época de modificaciones, sin atascarse en una fallida buena voluntad que, en vez de contar  con cada uno de los ciudadanos, los  aleje?

Una vez hablamos en este espacio de la urgente vigencia de los aptos y de los más aptos. Y uno a veces cree  que la falta de acometividad en algunos y su inclinación a aplazar riesgos inevitables, convertirán las pruebas actuales en  los riesgos del mediano o largo plazo. ¿Y qué se gana alargando soluciones, conviviendo con problemas?  Evaluando el costo de cada período, me parecen más costosos los riesgos cuyo afrontamiento se ha suspendido hasta más tarde. Porque, al llegar la hora demorada, quizás ya no podamos hacer, lo que ahora se ha de hacer. Si lo menos útil del pasado ha de echarse en los desagües y extirpar así en nuestra mentalidad los condicionamientos retardatarios, tengamos en cuenta que el futuro no admite deudas sin exigir severos intereses.

La mejor aptitud del momento, pues,  reclama una actitud ética. Ya vamos reconociendo que la ética está entre lo más dañado en nuestra sociedad. Y ese es el mayor riesgo en el país donde el Che denunció que quien, valido de su posición considerara estar por encima de las leyes y del respeto a los bienes del Estado y a las personas, obraría contra el poder que representaba, y distorsionaba los empeños nacionales. En dos palabras: se corrompería. 

Veamos claro, por tanto, que los actos sin ética contienen  también otro peligro: la decepción, la indiferencia  de los que piden señales lumínicas para orientarse en sus dudas y en cambio perciben sombras. Ojalá todos podamos volver a  nuestra escuela inicial y releer las lecciones de ayer bajo una luz más pura y luego repartirla.

 

5 comentarios

Tigre de la Malasia -

A mí me gustaría saber que espinosaz me dijera en que lugar del mundo se consulta a la gente para todo. No sé si él vive fuera de Cuba, pero si trabaja en una empresa en ele extranjero me gustaría saber si el gerente o el propietario le consulta cualquier decisión, incluso si le consulta paa dejarlo cesante. Por mamá, si tuviera que consultarle a Espinosa, me lo ahorraría, no creo que sirva nada de lo que pueda decir, y de verdad que soy irrespetuoso,pero esas generalizaciones no parecen apropiadas para buscar el entendimiento.

Leonel Besos -

Ey, espinosa, pero usted está haciendo todo lo contario a lo que aconseja. Usted se está calentando los metales y de mala manera, porqueno dejar que otro se los caliente en un análisis que es mejor que el suyo, porque usted solo denuncia lo que usted cree que es parejo, sin diferencias, sin excepciones, pero uno sabe lo que le pasa. Sus metales se calientan con otra candela, no con la querer mejorar a su tierra, bueno, usted también tiene derecho.

Espinosa -

La madurez de un individuo o de una sociedad se afinca en saber elegir...La pregunta a colacion implica saber cuando vamos los cubanos poder elegir porque hasta el momento nuestra opinion nadie la tiene en cuenta ni siquiera se molestan nuestros dirigentes en brindarnos la mas minima explicacion en asuntos que son de interes nacional y que a todos afectan.El ordeno y mando continua siendo la regla y nunca la excepcion.Para que calentarse entonces los metales pensando y divagando si las cosas fueran diferentes,cuando sabemos que nada ni nadie los va a apartar del camino conocido y transitado que tan buenos resultados les ha traido.El que no le guste que espante...

francisco -

La sociedad cubana de hoy en mi humilde opinión se caracteriza por lo siguiente:
1.- Funcionarios burócratas y corruptos, para mi el primer grado en la carrera de un corrupto es ser un buen burócrata. Estos funcionarios se crren impunes y se creen, y muy en serio, que están por encima de la ley.
2._ La Asamblea Nacional no gobierna tal y como debe según la constitución. Eso se aprecia a las claras cuando ministro dice en la asamblea: "se ha decidido" o "vamos a hacer un receso". Ese ministro o funcionario no puede decir ahí que se ha decidido, la asamblea es el máximo órgano de decisiones en Cuba.
3.- Las ideas de los que muchos de los que están dirigiendo los cambios estructurales son muy semejante a las ideas neo liberales, lo que equivaldría a que esas personas van a intentar llevar a Cuba por el camino de la reconstrucción del capitalismo.
4.- El surgimiento de sectores de la población que son el germen de la dentro de poco tiempo la clase capitalista.
5.- La clase obrera y su aliada natural, los campesinos, tienen sobre sus hombros la carga mas difícil y son los que menos reciben del pastel social.
6. - Ahora tenemos como nunca una sustancial emigración económica.

Emelina -

Lo peor del presente es la conviccion generalizada de que no habra a corto plazo una mejoria evidente de las condiciones materiales que imperan hoy en dia.El que haya sido testigo en cualquier aeropuerto de lo que tienen que cargar los viajeros cubanos que regresan a la isla podra imaginarse lo precario del vivir de los cubanos.Uno arrastra una banadera,el otro un motorcicleta,aquel dos ventiladores y un fregadoro y el de mas alla una silla de ruedas y una jaula para criar pollos,y asi hasta el final de la linea,y un amigo extranjero me pregunta,es que acaso los cubanos no tienen tiendas alla?.No es eso le explico a mi amigo,es que lo poco que venden es tan caro y de mala calidad que la pobre gente no le queda otro recurso que cargar con lo que se pueda cargar.Si en algo nos parecemos hoy en dia a los sirios es en eso.Hasta los que trabajan en el extranjero le han dado la posibilidad de cargar con "menajes de casa".Asi no es raro encontrarse con un doctor o un cientifico que carga con dificultad un aire acondicionado y dos neumaticos de auto.Curiosa vida la de los cubanos ,no cree usted?