UN 20 DE JULIO FRENTE A UN 20 DE MAYO
POR LORENZO GONZALO, periodista cubano
radicado en Miami
Por la solemnidad del evento y también por su significado, es de obligado cumplimiento hacer mención en el día de hoy, del acto de apertura de la Embajada Cubana en Washington, cuando se cumplen 54 años y seis meses de la ruptura diplomática entre Estados Unidos de América y la Isla.
Fueron aquellos los años de las cañoneras estadounidenses para imponer sus agendas políticas en el Hemisferio que un día el país del Norte había asegurado defender de toda intervención europea y que finalmente significó arrogarse ellos el derecho de imponer sus reglas.
Cuba no aceptó aquel status quo y cuando la dictadura del general Fulgencio Batista Zaldívar fue derrotada por las fuerzas populares de todo un pueblo, pretendió hablar de igual a igual con el país vecino, que por geografía e historia debíamos ser los amigos más fieles y cercanos. Pero los vicios de dominación se impusieron y la existencia de la Guerra Fría, que por aquel tiempo mostraba toda la musculatura de su juventud, puso punto final a toda posibilidad de acuerdo que no pasase por las armas.
Los años nos dirán muchas historias y nos harán ver cuántos quijotismos cubanos salieron al encuentro de aquella situación y cuántas barbaridades fueron ejecutadas por los múltiples centros de inteligencia y militares estadounidenses. También hallaremos en ese transcurso de búsqueda y recuerdos, las actitudes anti patrióticas, acompañadas muchas de inimaginables vilezas, de cubanos de origen que en la truculencia de pesadillas dantescas, se empeñaron en identificar los intereses de Estados Unidos con los de Cuba, como si se tratase de una misma cosa.
Pero hoy, 20 de julio se reúnen en Washington algunas de las más destacadas figuras de la política y la intelectualidad cubana y más de 500 invitados, para celebrar el inicio de unas relaciones diplomáticas que nunca se debieron romper.
La magnitud de la celebración no es sólo por haber hallado un punto de entendimiento entre dos vecinos tan cercanos en variados aspectos, sino porque por vez primera, desde que Cuba disfrutó de una independencia a medias a partir del 20 de mayo de 1902, hasta que las relaciones se deshicieron el 3 de enero de 1961, jamás las relaciones fueron de igual a igual. Esta es la primera vez en la historia que esto sucede y todos los factores de la Isla apuntan y defienden con dientes y corazón ese principio. Estados Unidos de América, su aparato de Estado lo sabe y algunos capitales, quizás borrachos de sus éxitos pensarán que así será hasta que compren las voluntades de quienes van sustituyendo a los nuevos Padres Fundadores de la Patria cubana, los llamados históricos. Pero el tiempo les mostrará, que Cuba será la diseñadora de su propio desarrollo, el cual servirá para profundizar sus concepciones sociales, insertado esta vez en las realidades de una economía que hoy sabemos tiene aspectos inviolables. Los capitales que piensen otra cosa deben recordar la experiencia China, la cual nada tiene que ver con la cubana, pero que puede servir de claro indicador, para entender que el Estado cubano trazará su propio rumbo.
Ese es el punto central de la gran algarabía alrededor de una celebración convertida en fiesta nacional, porque señala por fin que Cuba, el Estado cubano, su gobierno y especialmente el pueblo hecho historia, ha ganado la batalla definitiva de una independencia que todos dudaron, excepto las mayorías de aquel bastión antillano.
Hoy, junto a los 500 invitados están en espíritu todos los que el 20 de mayo de 1902, sintieron la humillación de aceptar una independencia a medias, luego de haber luchado por más de medio siglo para obtenerla entera.
En hora buena para Cuba, mi País, mi Perla, mi Gente y mis Sueños más encarecidos, por los cuales muchos hemos estado dispuestos a dar la vida por defenderlos como símbolo y realidad de justicia.
Este 20 de julio es el Jordán que lava el cuerpo ultrajado que naciera un 20 de mayo de 1902.
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