¿INFORMATIZAR LA SOCIEDAD O SOCIALIZAR LA INFORMATICA?
Por Dr. Antonio Martínez Fuentes,
Presidente de la Sociedad Cubana de Antropología Biológica
Las expresiones de alarma ante las graves crisis que vive el planeta no son exageradas. En el último siglo el desarrollo científico y tecnológico nos ha propulsado hasta pretender la conquista del espacio extraterrestre cuando aún nos queda mucho por hacer en la Tierra. Los avances han sido grandes pero la gran paradoja son los peligros a que nos exponemos o que se derivan de esos propios progresos sobre todas las forma de vida.
La evolución humana continua, ahora sobre todo por la cultura. El ser humano es una especie biocultural. La ciencia y la tecnología son cultura, la cibernética es producto de la cultura humana Cuando escucho, por ejemplo, hablar de la informatización de la sociedad me aterro. Tal parece que vamos a ser seres informatizados, robotizados, cuando lo que aspiramos es a realizar un uso racional de la informática. Hay que evitar a toda costa que comencemos a producir “seres humanos” dominados por el desarrollo tecnológico que desemboque en un “repliegue neuronal”, ¿Haremos uso de los avances de la tecnociencia o será ella quien haga uso de nosotros?
¿Estamos preparados como especie para asumir esta avalancha de la carga tecnológica? El cerebro humano es de una gran plasticidad, así lo muestran los estudios de nuestro origen y evolución, pero hay que ponderar en que medida esos avances compiten con esta propiedad.
¿Hasta qué grado impacta toda esta evolución en la vida cotidiana? ¿Preferimos leer libros digitales que sentir el aroma del clásico libro viejo? ¿Preferimos sentarnos a comer con un Iphone, Blackberry, un tablet, o mejor con las personas con las que estamos conviviendo? ¿Creemos tener la capacidad de estar conversando, tomando un café y a su vez estar verificando las actualizaciones o comentarios en las páginas de nuestros amigos cibernéticos?
La tecnología evoluciona al grado que ya desde los celulares se puede estar navegando, e incluso pronto estará en uso un modelo que permitirá determinar si se es VIH positivo en solamente 15 minutos.
Me aterra el saber que ya muchas personas viven apegados y pegados al celular, a internet, twiter, a las redes sociales, incluso la comunicación de padres e hijos llega a ser a través de correo electrónico.
No expreso que estoy en contra de este importante desarrollo, pero si contra la carencia de límites y la repercusión en nuestro mundo si lo concentramos todo o casi todo en un celular y en los comentarios de una red social, olvidando con ello la calidad en el tiempo de la convivencia familiar, o de la amistad y da lo mismo comer con alguien, que comer solo.
Estamos en la época de la tecnología, ella nos invade totalmente. Se está creando una nueva especie humana: Homo ciberneticus, ¿Un nuevo ser humano pendiente de las tecnologías y esclavo de ellas?
El avance científico-tecnológico presupone un adelanto en el conocimiento y avanzar creándonos nuevas condiciones de vida, de sentir, de bienestar, de ser y actuar.
Por otra parte la ingente cantidad de conocimientos que viajan, que se intercambian, permiten conocer lo que esta sucediendo en casi cualquier lugar del planeta en tiempo real o relativamente breve. Hay otras muchas ventajas, pero vamos al peligro, que nace de su misma esencia.
Se llenan las vidas de decenas de aparatos para resolver cientos de supuestas necesidades humanas y corremos el riesgo de depositar en ellos nuestra felicidad y bienestar, no sólo físico, sino psicológico y moral.
Es el espíritu pragmático y materialista del Homo ciberneticus que se impone: un problema, una máquina. Pero el peligro es extender este esquema, bastante simplista al mundo de las relaciones sociales, la familia, la pareja, las relaciones padres-hijos, las relaciones profesionales.
Podemos y debemos utilizar el progreso para nuestro bienestar, para facilitar nuestras vidas, nuestra salud, el trabajo, el ocio y el descanso, pero no podemos permitir que las máquinas sustituyan a nuestros congéneres en las relaciones sociales.
No creo que debamos pretender INFORMATIZAR LA SOCIEDAD, SINO SOCIALIZAR LA INFORMATICA, HUMANIZARLA. Debemos humanizar el progreso tecnológico apostando por aquella tecnología que esté verdaderamente a nuestro servicio, que sea universal, ecológica, pacífica, ética, convivencial y humanista
¿Dominamos la tecnología o la tecnología nos domina? ¿Seremos autistas cibernéticos?
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