¿DÓNDE ESTÁ EL ADMINISTRADOR?
Luis Sexto
Hace poco, pedí un refresco en la cafetería de un CUPET, común "servicentro". Le mostré al dependiente un billete de cincuenta pesos. Un billete de pesos cubanos comunes, y el dependiente me dijo: No, todavía no. Pero, le repliqué, ese cartel que tienes en el mostrador dice que aquí se puede pagar en CUP y en CUC. Y no dice que todavía no. Dice que aquí se puede pagar en las dos monedas, hoy, ahora mismo. Enseguida le pedí que llamara al administrador. Y como es casi habitual en nuestro país, el administrador no estaba.
Entonces, este periodista, sabiendo lo que se traía entre manos, dijo en voz alta. Qué lástima, porque le tendré que mandar saludos desde Juventud Rebelde, o desde Radio Progreso. Y estas palabras fueron como una fórmula mágica. En segundos, apareció el administrador con un qué pasa. Le expliqué, y le preguntó al dependiente, muy joven, quién le había dado esa orientación. No supo, o no quiso el dependiente explicar. Y el administrador le ordenó: despáchele el refresco al periodista. No, no, ya no quiero el refresco, dije. Si pedí hablar con usted fue para decirle que en su unidad se está violando lo dispuesto por el Gobierno. Y aunque estoy defendiendo mis derechos de cliente o consumidor, estoy sobre todo defendiendo el derecho de las personas que, presumiblemente, pasaron por aquí y no pudieron beber un refresco o comer un bocadito gracias a la orientación de no sabe quién.
He citado ese episodio porque me sirve para hacer recordar que los administradores suelen no estar. Cuando usted quiere quejarse por algo que no sabe bien, posiblemente el administrador haya salido, o esté reunido, como si desde las oficinas o en la calle el administrador de un establecimiento comercial o recreativo, o gastronómico, pudiera atender su negocio. Y uno pregunta: ¿No está el administrador porque quiere no estar, o no está estando, y no desea responder una queja, una inquietud de sus clientes? ¿O acaso los que despachan y cobran acuden a tan efectivo recurso para rehuir una reprimenda por su mal trabajo? Posiblemente, unas veces porque no está o no quiere estar, y otras veces porque a algún trabajador del establecimiento no le conviene que esté, resulta muy difícil encontrar a los administradores.
Y si no está, cómo un administrador podrá mantener el orden, cómo un administrador vigilará por que el buen servicio se presté y el control interno se aplique. Quizás, piensa uno, al administrador le convenga no estar, aunque esté. Porque así no tiene que fallar en un litigio entre clientes y dependientes. Y así quizás, no estando se hace el de la vista gorda, esa visión tan común y productiva. Haciéndose el de la vista gorda, el administrador ejerce una complicidad que no lo complica, al menos en lo inmediato, con la subida ilegal de los precios, con la estafa en la caja, con la venta de mercancías vencidas, con el mal servicio…
En suma, puede ser una complicidad tan protegida que aparentando no estar, permite que otros cometan fraude o roben. Y si deja hacer es como si hiciera, al menos podría beneficiarse temporalmente. Quizás cuando llegue la auditoría, una auditoria que no tema complicarse haciendo justicia, llegando al fondo, entonces posiblemente cuando llamen al administrador para responder, alguien podrá decir:
-¿El administrador? Ah, no está.
Será entonces cierto. Ya tal vez no esté porque esté respondiendo por sus errores.
(Difundido por Radio Progreso, programa A primera hora)
6 comentarios
Leonel Solo -
Coincido plenamente, pero a veces la culpa no es del administrador. Cuantas veces el administrador solo puede responder con "es lo que tenemos orientado"? Y es verdad, las "orientaciones" que vienen "de arriba", un lugar intangible al que el cubano de a pie no tiene acceso, muchas veces no tienen sentido o son simplemente reprochables y hasta inhumanas. Le pongo un ejemplo: hace dos semanas mi suegra falleció en Cuba y ante la imposibilidad de llegar a tiempo para rendirle un ultimo adiós mi esposa y yo pedimos a la familia que hiciera lo posible por preservar el cadáver y posponer el entierro hasta nuestra llegada tres dias después. Eso se pudo lograr, pero ya en el viaje a recoger el cadáver en la morgue la administradora de la funeraria me confesó que cuando ella consultó con "los de arriba" se le permitió la preservación del cadáver solo porque también se esperaba la llegada de otra de sus hijas que cumple misión médica internacionalista por el gobierno. O sea, que se entiende que una hija quiera dar el ultimo adiós a su madre solo si su supuesta filiación política es comunista. No existe esa posibilidad para los "traidores" que han abandonado el país. Usted cree que esto es iniciativa de un administrador de Comunales, o de sus jefes administrativos o partidistas? No vendrá acaso de mucho "mas arriba"?
NOEL -
El Oriental -
A.Terrado -
Daniel Noa -
julian -