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PATRIA Y HUMANIDAD

BÉISBOL VS FÚTBOL AMERICANO

BÉISBOL VS FÚTBOL AMERICANO

Luis Sexto

Es obvio:  El béisbol nunca podrá derivar en fútbol americano. Porque  ya no sería béisbol, sólo un remedo de violencia injustificada en un deporte que exige la inteligencia  del ajedrecista,  la precisión del piloto, la flexibilidad del acróbata, la saltabilidad  del danzarín,  la sagacidad del cazador,  la agudeza  del meteorólogo,   y la ética, ah, la ética que nos ha ido transformando en hombres y mujeres que conviven regulados por el respeto al semejante.

Algo han dicho nuestros medios. Y habrá que seguir condenando, y  sobre todo advirtiendo que lo  sucedido la noche del 17 febrero en el estadio Victoria de Girón en Matanzas, no supone una gota sobre la corona de la ola: fue  una zambullida en la espuma  de la violencia.

Me referí a ello hace unos meses: la indisciplina,  las conductas agresivas, la grosería, el irrespeto en los terrenos de pelota articulan  una réplica de la indisciplina, el choteo, la indiferencia, la impunidad que se manifiestan -ojalá no tan crecientemente como observo- en nuestras calles, en nuestros edificios multifamiliares, en nuestros espectáculos… Quién desconoce que la convivencia entre vecinos presenta ronchas enconadas. Quién ignora que  soluciones violentas dirimen por momentos esta o aquella polémica y tienden a usar manos a veces afiladas.  Las estadísticas sociales poseen un valor testifical, pero también falsean la vida, porque no recogen cada una de las múltiples caras de un proceso distorsionador que tiende a la hominización de la conducta ciudadana de un número imprecisable de cubanos. Sí, imprecisable, porque no puedo acogerme a la fórmula falazmente compensadora de una minoría. ¿Minoría, si hasta en los estadios de béisbol, templo donde Cuba se ha inclinado ante  el denuedo, la acometividad, la resistencia, el vigor y la honradez, algunos de nuestros peloteros se descomponen moralmente?

En efecto, no tan pocos como estiman unos, ni quizás tantos como creo, nos  hominizamos en vez de humanizarnos cada jornada; reducimos a notas inconvenientes  nuestro comportamiento ante las leyes y las relaciones sociales. Y podemos deducir que existen diversas maneras de corromperse. Porque la única no consiste en robar los bienes públicos mediante el abuso de cargos y funciones. Uno se empieza a corromper cuando justifica sus actos indignos. También cuando considera normal, justo, que si me batean un jonrón, luego puedo dar un pelotazo al atrevido que me botó la bola… Y lo más grave de esos hechos radica en que varios de sus protagonistas sean primeras figuras, que  no sólo  redondean un no hit no rum,  sino que además,  por la energía de su gloria,  destellan ejemplaridad, propuestas de imitación.

El necesario compromiso  con la cultura, con la ética, con la historia de nuestra nación, está siendo golpeado con esféricos detonantes. ¿A quiénes imitarán nuestros hijos:  acaso a deportistas intachables, ecuánimes que saben diferenciar el juego y la guerra, la rivalidad competitiva y la venganza;  o a  lanzadores ensoberbecidos;  a jugadores que intentan  golpear una cabeza de hombre con el bate que fue torneado para superar y enaltecer  la conciencia solidaria del juego y los talentos  físicos de cada pelotero? ¿ Y a quiénes invocarán los miles de aficionados que reasumen la ilusión de crecer ante el escenario de juego: a los  que tienen en el béisbol su vocación cristalizadora como ciudadanos, como exponentes  de las virtudes de un pueblo caracterizado por el  rasgo edificante de ayudar al caído? ¿O premiarán  el vocerío y los aplausos de las gradas a los que carecen de honra para admitir que  el jugar limpio y mejor acrece  y a la vez depura la conciencia para sí, y la transforma en conciencia para el otro y con el otro, aunque se nos pague por jugar?

Tal vez sea un espejismo de mi inquietud, pero ya  no veo, no escucho el nombre de este o  aquel jugador  de hoy como  peloteros exaltados al primer salón de la fama: el respeto y la devoción infantil. Hace años oíamos en el pitén callejero o en el terreno enmaniguado: Yo soy  Changa, o soy Alarcón, o Cuevas, o Chávez, y más tarde oíamos soy Lafitta, soy Vinent, Soy Isasi,  soy Muñoz, soy Padilla, soy… como cualquiera cuyo ejercicio beisbolístico oficiaba un culto a la ética y a los sueños del pueblo. Y el pueblo,  por ello, los convertía en héroes.

Había, por supuesto, razones: cuánta perseverancia  invirtió Changa Mederos para corregir su descontrol, tratando de colar la bola por el hueco de una sábana convertida en receptor; cuánta insistencia la de Alarcón para trazar, como un delineante mágico, esa curva que parecía enrumbarse contra el bateador y de pronto caía posándose  de estrai sobre el jom; cuánta autocrítica, cuánta fuerza de  aprendiz empleó  Cuevas para adoptar su  plástica posición de titán en la caja de bateo. Esos hombres, imperfectos en su naturaleza humana,  pudieron perder alguna vez la compostura. Sin embargo,  uno los recuerda como tenaces servidores de la ejemplaridad deportiva vuelta virtud cívica.

¿Otros tiempos? Sí, otros tiempos a los que  les podríamos encajar el verso clásico de Manrique: Todo tiempo pasado fue mejor. Mas, me niego a renunciar a que lo mejor deba ser el presente y sobre todo el futuro. Y para que mejor sea el presente, no tendremos que esperar a que la economía se recomponga. La economía se recompondrá.  Pero, si tardamos en actuar, cuánto demoraremos  en reducir la rebaja del decoro,  y rellenar las grietas en la conciencia histórica como miembros de un pueblo pequeño, vencedor de desastres naturales, y de la opresión y explotación extranjeras o locales; de un pueblo nutrido, aunque a veces hayas faltado comida,  de valores espirituales.

No parece haber otra respuesta que  pintar el rigor con la luz roja de los  semáforos. El rigor sin atenuantes.  Está la roja: nadie pasa, sea quien sea. ¿Por qué hemos de proteger el crédito y la carrera de quien no  cuida de sí mismo?  Los intereses éticos y cualitativos  del deporte nacional no han de pasar sobre cálculos de competencias, de triunfos, de  campeonatos. Si se pierde un torneo porque el deportista básico no compitió por haber violado la disciplina, ganará la nación al curar una llaga en su costado vital. Cura de caballos, según el campesino sabio. Porque el deporte  se ejerce y se dirige con abnegación.  En particular,  los directores. A veces los llamamos mentores. Y algunos no merecen ese título. ¿Mentor? Mentor significa guía, consejero, educador. Es palabra demasiado exigente para prodigarla a quienes  no prevén el desorden y  no atajan el daño.

Y de los llamados mentores por la crónica deportiva, pasamos a los árbitros, a los que imparten justicia, según el lenguaje de los medios.  Lo único que les podríamos recomendar  es que, como diría Luz y Caballero refiriéndose a los maestros, si quieren respeto deben respetarse a sí propios. Podrán equivocarse en una apreciación efectuada durante la chispa de un relámpago. Es comprensible. No lo es, sin embargo,  que sean también  incapaces de prever y atajar. ¿Miedo, incompetencia? ¿Algo más, como también preguntaría uno cuando ve a jugadores enardecidos grosera o violentamente por una decisión? ¿Algo más que no sea deportividad enferma…?  ¿Habrá que ojear al graderío, mirar debajo de los asientos y escudriñar bolsillos?  

Concluyendo, la indisciplina es un desvalor que se agrega a los desvalores técnicos y tácticos del béisbol cubano. No nos ilusionemos: el buen béisbol nos invita hoy desde el deseo. Y si queremos recuperar lo perdido, rectificar lo fallido,  impongamos la estrategia de la masividad; retornemos  a aquellos años liminares e iluminados en que un comisionado municipal de béisbol, fabricaba en su casa las pelotas y los bates para que los niños jugaran en un terreno rústico. ¿Cuántos dirigentes beisboleros actúan como aquel que andaba a pie, carecía de zapatos deportivos y no vestía traje?  Desde luego, no hemos de  andar en cueros. En cueros, el alma; el alma despojada de ambiciones ilegítimas. Porque de  aquel antiguo fervor, además de la tradición,  brotaron las glorias que hoy añoramos. Consagración, ética, rigor. Y un espíritu deportivo instalado en cada uno de todos cuantos han de ver en la pelota la cristalización individual y colectiva. Esto es, jugar como si al no hacerlo, o hacerlo mal, perdiéramos el sentido de la vida tras una pelota que rueda, rueda y nos deja atrás.

 

11 comentarios

Pedro Hernández Soto -

Estimado Luis:
Excelente comentario. Va a las raíces de los problemas no solo del beisbol cubano, sino a los aquejantes de nuestra sociedad actual. Muchas gracias por esta oferta.
Un abrazo,
Pedro

julian -

Completamente de acuerdo contigo Luis. Yo ya peino canas, y aunque estuve tiempo fuera, ahora que estoy de nuevo, veo con tristeza como la grosería, las malas palabras, y las malas, malísimas acciones son cosa casi común (que no normal) en los estadios de pelota.
Yo recuerdo con mucho, con muchísimo cariño a numerosos peloteros tanto de industriales como de otras provincias, no importa porque al final todos somos cubanos. y no vi jamás una falta en ellos, y si las tuvieron, ni por asomo se parecen a las de ahora.
Voy a poner sólo unos cuantos nombres, glorias de nuestro pueblo. tal vez los peloteros actuales cojan ejemplo de ellos:
ANTONIO MUÑOZ EL GIGANTE DEL ESCAMBRAY (Y DE TODA CUBA DIRIA YO)
AGUSTIN MARQUETTI EL TOLETERO DE ALQUIZAR
RODOLOFO PUENTE
PEDRO MEDINA
ALEJO ORRELLY
ORESTES KINDELAN
ANTONIO PACHECO (CAPITAN DE CAPITANES)
FERMIN LAFFITA
BRAUDILIO VINENT (EL METEORO DE LA MALLA)
ANGERL LEOCADIO DIAZ
JAVIER MENDEZ
JUAN PADILLA
GERMAN MESA
CHANGA MEDEROS
FAUSTO ALVAREZ
LOS HERMANOS SANCHEZ
JORGE LUIS (TATI) VALDES

MUCHOS, muchos, muchísmos.Tantos, que no me se los nombres de todos, y eso es bueno, buenísimo.
NO DEJEMOS QUE ESO QUEDE EN EL OLVIDO COMPATRIOTAS.
VIVA POR SIEMPRE NUESTRO BEISBOL, CON MUCHO, EL MAS NOBLE Y HUMANO DEL MUNDO. NO DEJEMOS QUE UNOS CUANTOS MANCHEN EL HONOR DE LA INMENSA MAYORIA DE NUESTROS PELOTEROS.

Daniel -

Nuevamente mi felicitación por su habitual tino. Tiene usted sobrada razón al insistir en la falta de rigor...que es falta de ética, de disciplina, de decoro, de dignidad, de profesionalidad, de dedicación, de respeto al semejante, de olvido o irrespeto a nuestras mejores tradiciones -no solo beisboleras-, estas conductas como bien reitera usted, ya son habituales en casi todas las esferas...Me parece atinado igual el comentario de Guido Rumbaut mencionando el filme ¨Conducta¨exhibido recientemente, donde los aplausos atronadores del público en casi todas las salas de cine...y hasta en las de las casas, son prueba de consenso acerca de las ideas planteadas en casi todos los diálogos...La costumbre es fuente de derecho y, por ende, debemos evitar a toda costa que esa falta de rigor se torne costumbre y los que la practican se crean tener ¨Derecho¨a hacerlo...

Guido Rumbaut -

Este es el tercer articulo que en pocos meses el senor Luis Sexto nos presenta,relacionado con problemas de diciplina en los estadios beisboleros.El dedicado a la renuncia de uno de nuestros mas calificados ampayas es mas que un llamado de alerta ante las evidencias de poca conducta deportiva en peloteros y directivos que infingen los principios que deben regir toda competencia,mas su voz no ha sido la unica,baste rememorar los cientos de comentarios de los aficionados ante el pobre desempeno del equipo Villa Clara en la serie del Caribe.Es un secreto a voces:Tal paraece entonces como que una mafia se ha aduenado de la direccion del beisball cubano.Por lo menos la opinion de los aficionados no vale un pito.Hasta cuando tenemos que seguir sufriendo los exabruptos de Victor Mesa y la incompetencia de Higinio Velez.con estos lideres solo fracasos recojeremos .La violencia es una forma de expresar la frustracion.Los malos habitos de conducta,la chusmeria,la guaperia.La poca o ninguna educacion es hoy en dia el denominador comun de nuetras vidas en nuestro pais.No hay mucho que decir al respecto.La nueva pelicula Conducta,es la realidad,lo otro que se afirme es un cuento.

Jose diaz -

Jesus J Marquez no me considero gusano aunque si criticar lo mal hecho y llamar las cosas por su nombre me da ese calificativo bienvenido sea. Te aclaro no vivo en Miami y a los opositores y damas de blanco no solo las insultan las golpean tambien. Ya Frei Betto dijo si la revolucion se cae como dices es culpa de los de adentro, tu retorica no convence yo hace mucho me libere y puse mar de por medio y no levanto la mano unanimemente ni vivo con doble moral ni aparento lo que no es tal vez esa sea tu confusion. Grita socialismo o muerte creo te lo mereces.

Jesús J. Márquez -

Estoy confuso. José Díaz nos recomienda ver un documental titulado Gusanos sobre opositores al gobierno cubano. Dice que a las damas de blanco las insultan. Están mejor, por tanto, que los manifestantes de Wall Street, o en Madrid, o en cualquier otro punto: allí los apalean. Pero me sigue intrigando el documental Gusanos, ?documental sobre gusanos hecho por "gusanos"?. Bueno,habría que preguntar al defensor de esos "gusanos" si él también lo es, y que piensan ellos hacer si el gobierno revolucioanrio se cae. por la experiencia, larga experiencia que tenemos en Cuba, no creo que nos traten con palabritas de más o de menos. Una vez desde Miami pidieron tres días de licencia para matar. Claro, licencia con sueldo, porque muchos cobran par amenazar, y algunos como Posada Carriles y otras culebras menores, cobran o han cobrado para matar.

Jose Diaz -

Berlamino Garcia me encanta su optimismo, usted me recuerda a los ex-comunistas sovieticos que el comunismo se estaba acabando y decian todo marcha bien. Me gustaria escuchar su version oficial de lo sucedido. Terminaron los mitines de repudio, no me diga y que sucede con las damas de blanco y la oposicion en Cuba. Lo invito vea el documental " Gusano" y despues me cuenta.

Berlamino García -

El problema no es para que el mundo se tire de los pelos, como si Cuba fuera el centro del mundo. El problema es serio, pero menos serio que las matanzas ocurridas alguna vez en los estadios de fútbol de Europa. No haya que exagerar, señor José Díaz. Además, la causa de fondo quizás no sea la que usted dice, ni tampoco acierta usted cuando dice que el Estado promueve mítines de repudio. No sé si usted vive aquí, pero hace años que en Cuba no se dan mítines de repudio. Hay que actualizarse, salvo que usted quiera hacer de una cara mala del pasado una cara del presente.

Jose Diaz -

Excelente escrito Luis Sexto, el mundo vio con horror lo sucedido y se pregunta "que sucede en la pelota cubana". Valores nos faltan valores esos vientos trajeron estas tempestades. Nos dedicamos a crear buenos revolucionarios y apoyamos la chusma revolucionaria sin medir consecuencias. La guaperia, chusmeria, apatia, oportunismo y PROTAGONISMO es pan de cada dia en nuestro pais, nadie escapa Luis. El estado promueve los mitines de repudio con malas palabras, chusmeria sin valores civicos y ahora nos quejamos. Esa es la realidad.

Hiram Cuervo -

En una pieza de asombro e incredulidad quede hace unos dias cuando el canal 10 se la television de la Florida,interrumpio su programacion para airear las imagenes del violento episodio en que un pelotero cubano con un bate en mano agredia fisicamente y de gravedad al jugador del otro equipo,golpeandolo en la cara y la cabeza,asi como el molote siguiente.Ya nada nos sorprende.Esta agresividad y otros hechos son un reflejo de un deterioro en la sociedad,no solo en el deporte.Algo penoso.Pero su voz no es la unica.Son muchas las voces que claman por un cambio drastico en los que dirigen este deporte en nuestro pais.Pero como dicen los foristas de la seccion acuse de recibo.Al final todo sigue igual,nada cambia

Daniel Franco -

Muy buen analisis Sr. Luis, tenemos que recuperar la disciplian y la educacion.
No es possible que todo se quiera resolver por la fuerza y que esta situacion llegue a nuestros campos deportivos.
Los cubanos tenemos muchos ejemplos de peloteros que fueron todo unos caballeros dentro del terreno de juego.
Recuerdo la sana rivaldad deportiva entre Alarcon y Marquetti, sin que nunca hubiera un altercado entre ellos.
Recuerdo que muchos lanzadores cuando por algun motive golpeaban a un bateador, este era el primero que coria para comprobar que no tenia un dano mayor.
Pero como Ud. dice hay mentores que no debian tener ese cargo.
Victor Mesa es reconocido internacionalmente como el director que mas ofende y apabulla a los peloteros de su equipo. Durante el ultimo clasico fue criticado por la prensa internacional que siguio el desarrollo de este clasico, ahi todos pudimos ver la forma tan grosera como trataba a los peloteros. Como ejemplos como ese, que esperar de los demas.
Es necesario una revision a fondo de todo lo relacionado con el base-ball, particularmente consider que Iginio Velez perdio el control sobre la pelota cubana y no podra resolver todos estos entuertos.