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PATRIA Y HUMANIDAD

ESCRIBANO DE AMOR

ESCRIBANO DE AMOR

Crónica personal

Por Luis Sexto

Más de cuarenta años  atrás, cuando estudiaba internado en una escuela donde los sonidos más cercanos provenían de los árboles, los pájaros y las gallinas, y de lejos solo percibíamos el picoteo de algún tractor sobre la tierra roja, redactaba cuatro o cinco cartas mensuales. Aunque  era una correspondencia muy rara, singular. Yo las escribía, y las respuestas llegaban para otros. Entre mis condiscípulos ejercía, gratuitamente, de escribano público, especialista en conflictos de amor. Me adelanté a la poetisa Liudmila Quincoses que en 1994 plantó en la sala de su casa, en Sancti Spíritus, una carpa para componer y vender cartas, preferiblemente de amor. Empezó en un juego, y siguió en una operación de escribanía muy grave, responsable, porque algunas personas descubren alguna vez que escribir una carta es a veces tan necesario como convivir.

Un lunes se me acercaba Peña, recién vuelto de una visita a su casa, y me contaba:

-Discutí con Rosa. Fue duró: la golpeé con la almohada.

(Éramos estudiantes adultos.)

El martes, firmada por Peña, partía una carta con las  palabras aplastadas en un acto de arrepentimiento, irguiéndose por momentos para prometer la cordura. A la semana siguiente, el cartero traía un sobre cuyo perfume no podía si no vocear el perdón.

En otra ocasión, Vilches, que había regresado de Bayamo, narraba una historia apenas iniciada en el ómnibus con una mujer de un temperamento... un temperamento... y callaba buscando dentro de su entusiasmo el término apropiado.

-Insólito.

-Fenomenal –corregía él, y enseguida se trazaba un propósito en un lenguaje más viril:

-Tengo que ligarla.

Yo me percataba que la operación de conquista me pertenecería; lo demás a él.

A los pocos días, Vilches me informaba en el receso previo a la comida:

-Usted es un bárbaro, compay. Me respondió, y por telegrama... Figúrate.

Terminándose el curso conocí a Zenaida, y entonces comencé a escribir solo para ella. Desde cualquier lugar adonde mi entonces profesión de topógrafo –como barco a marinero—me conducía. Unas cartas con matasellos de Puerto Padre o Camagüey; otras de Sancti Spiritus o Ciego de Ávila. Conservo un fajo, pero no las he vuelto a leer. Quizás por vergüenza. Pude haber dicho alguna exageración erótica que nunca, después de casados, he igualado con hechos. O porque ya me parecen ridículas. Uno, aunque se resista,  cede al fin a las modificaciones de la sociedad. Y hoy enamorar por correo postal resulta una técnica anticuada.

El teléfono suple al epistolario. Es más rápido, y la fatiga se minimiza en calorías imperceptibles. Mas, cuántas ideas, cuántos afectos quedan en la clandestinidad. Boca a boca las confesiones se amenguan ante el pudor, o la timidez, o la hipocresía. Sobre el papel, en cambio, se vacía hasta lo que repta en el inconsciente. La  distancia, ese intermedio entre el remitente y el destinatario, anima al pusilánime y fortalece al audaz.  Pero el teléfono también aventaja a las cartas, porque, al parecer, retrocedemos hacia la frivolidad en las ceremonias del sentimiento. El amor exige hoy menor asedio verbal. Es más práctico: menos insinuante y más directo. El circunloquio reclama una paciencia que nadie, ni mujer, ni varón, ya soportan.

Yo fui fiel a la época de mi juventud. Todavía uno compraba en las librerías rimeros de epístolas galantes. O poemarios en papel gaceta para aparentar que  era capaz de rimar amor con dolor, o noche con broche, alma con calma... Cuánto plagio ha de estar guardado en gavetas con atmósfera de naftalina. Y cuánta señora seguirá creyendo que su esposo, después de casado, extravió la inspiración. Conozco a una mujer que se percató de la estafa. Tuvo más de un novio. Y en la primera carta del segundo leyó lo mismo que en la segunda del primero. Como demostré más arriba, no adquirí ninguno de esos modelos. En lo concerniente a los escarceos amorosos me ceñí a la originalidad.

Mi primera carta de amor la escribí a los 13 años. Me había enamorado de María Amada. Vivíamos en el barrio de Arroyo Apolo en la capital, reconcentrada comunidad de obreros donde la decencia llevaba el nombre de cada uno de sus habitantes. Una pared dividía nuestras casas. Ella se paraba a su puerta; yo a la mía. Y nos mirábamos, nos mirábamos... Cuando lo recuerdo envidio a mi yo niño. Nunca más una mujer ha indagado tan microscópicamente detrás de mis ojos.

Murió joven. Tal vez antes de los 30 años. El cáncer profanó uno de “los clavos adelantados de su pecho”, como los evoqué en un poema adulto. No supo que la amé. Mi intrepidez se localizaba en los deseos. Decidí, sin embargo, escribirle. Empecé madura, patéticamente: “Dicen que el amor de niño no existe...” Lo demás permanece en el platónico espacio de las ideas irrecuperables.

-¿Pero le entregaste la carta? –ha preguntado mi hijo mayor mientras descarga el camión de arroz y frijoles habitual en sus comidas.

Me aterraba pensar en qué dirían mamá y papá de tan precoz e ilegal enamoramiento, y la escondí debajo del colchón.

Allí quedó. Semanas más tarde me llamaron a ocupar un pupitre y una cama en el seminario salesiano. Mediaba 1959.

Mamá la encontró cuando cambiaba las sábanas.

-¿Qué dijo? –pregunté a uno de mis hermanos entre temeroso y abochornado un domingo en que me visitaron.

-Nada, bobo.

Mientras la convertía en opacas lentejuelas, mamá comentó (abuela estaba cerca):

-Este parece que va a ser escritor, vieja.

(Todo comentario ajeno al tema propuesto en este artículo será eliminado)

 

 

7 comentarios

Carlos -

Don Luis, que decirle? Yo tambien escribia cartas de amor, pero solo para mis amores. Gracias nuevamente por brindar algo tan agradable a la lectura con tanta belleza de estilo y poesia interior.

En tema aparte, me gustaria que le hiciera llegar a la redaccion de cubaperiodistas.cu una pequena critica sobre un articulo muy interesante que lei acerca de los homos y la evolucion humana. Parece ser una traduccion del ingles, pero ahi aparece un mal uso plural del impersonal haber que un poco le resta integralidad a la version. ""Incluso hace 100.000 años, habían varias especies humanas en la Tierra y eso es algo que, en la actualidad, nos puede parecer raro..."
Yo se que a usted no tengo que explicarle la regla de la singularidad de esta forma impersonal, pues sabe perfectamente que al ser impersonal, no tiene sujeto, por lo que no puede ser plural. Afortunadamente el error en el pasado simple "hubo" ya casi se ha erradicado, pero otras tiempos como el futuro "habra" o el imperfectivo "habia" o peor aun los compuestos como "ha habido" siguen siendo violados con la forma imperdonable del plural. Con mucho respeto hagales llegar mi inquietud a la redaccion.
Gracias.

Fabian Pacheco Casanova -

En ajedres las posibilidades en las combinaciones son multiples y variadas, las variantes despues del medio juego es casi imposible que se repitan, entregas un cabllo, das de manso un alfil o visil del REY que se lo tiene que retomar el contraio, das jake con un peon que tiene que retomar el contrario, habres la linea de la torre para dar el jake que pone en mate al individuo, entras caballo jake y el rey contraio que da acorralado, MATE....Fabian Pacheco Casanova....

Fabian Pacheco Casanova -

Dos palomos se posaron
distriados con desgano
en MI balcon mananero
rosiando con tercipelo
el color de mi ventana..

Mirando con nerviciosmo
las dos aves engalanan
mi pecho corazonadas
posar nuevas mi morada.

Aves risuenas tu libertad
me asombran me hacen reir
como poder YO vivir
sin el zuzurro de Uds.
perdido en el cielo azul
el color de mi morada,
partiendo YO una mana
de mi tierra idolatrada..

Te buscaba ave infructuosa
tu belleza me admiraba
viendo como la ma~nana
se va sin un porvenir
de mi tierra veo partir

El zinsonte con su canto
palomos hazme reir
tu libertad es mi llanto...


Fabian Pacheco Casanova
...



Fabian Pacheco Casanova -

!PROLETARIOS, CAMPESINOS INTELECTUALES DEL MUNDO UNIOS!

HOY HAN ENTRADO EN EL BLOG DE UD.. CASI 180 CIUDADANOS DEL MUNDO... FELICIDADES... Fabian Pacheco casanova...

Fabian Pacheco Casanova -

Luis; gente de calidad INTELECTUAL, humildes y pensadores entran leen y reconocen los meritos de su blog; seis o siete anos atras mi Virgencita me decia sigue no desmayes el Profesor sera remunerado, todos escucharan el replicar de las campanas, este blog sera de punteria, la cubanidad como pueblo sera' amor, los potros cerreros de un lado y el otro que criticcaban se acostumbraran, los inteligentes reconoceran y el pueblo los aplaudira a Ud...Esto dejo de ser una novedad para convertirse en necesidad intelectual, las ideas se desarrollan los criterios iluminan y la sensates se multiplica...Estoy orgulloso y el gran respeto que siento por Ud. es de buenas proporciones. La cubanidad es amor, !Cuba para los cubanos... Sinceramente, Fabian Pacheco Casanova...

Luis Medrano -

Estimado senor Luis Sexto,como le dije anteriormente en otro mensaje me felicito por haber encontrado su bitacora,en esta jungla a veces impenetrable que es hoy en dia la internet,que Dios lo provea con muchos anos de fertil trabajo en el campo de las letras y que nosotros los cubanos que vivimos dispersos por este mundo podamos seguir disfrutando sus escritos y articulos con placer y nostalgia,nos separan un mundo de posturas e ideologias pero cada trabajo suyo nos acerca mas cada dia. Dios lo bendiga a usted a su familia y a todo nuestro pueblo que como cubanos amamos de todo corazon

Fabian Pacheco Casanova -

!Cuanta belleza e imagenes en ese escrito del profesor!...Cuantos reuerdos llenos de vivas ensenanzas de la pubertad... Un compnero muchisimos anos atras me pide que le escribiera a una amiga la cual queria conquistar para cuando ganaramos la libertad... Resulta que no tenia sobre, Yo le facilito un sobre, lo dificil de esta situacion que el sobre tenis como remitente mi nombre mi apellido y numero de celda y la muchacha llamada Olimpia me siguio escribiendo a mi cuando se percato el que escribia hera Yo.... Mi amigo les enseno las cartas y le digo. mira lo que esta pasando Sard...No mi importaya tengo otra, que me escribe desde Manzanillo, Oriente; luego te traego su carta para que me la conteste, pero no me des el sobre Fabian, Ya yo tengo sobres hechos por mi con papel de bolsas de esas que usan o usaban los bodegueros en mi pueblo....Fabian Pacheco Casanova...