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PATRIA Y HUMANIDAD

REQUIEM POR BARCELÓ

REQUIEM POR BARCELÓ

Por Luis Sexto

 Hace unos días, el 27 de mayo,  murió en Córdoba, Argentina, el escritor y fotógrafo cubano Tomás Barceló Cuesta.  Murió de modo inverosímil, según las noticias: una reacción alérgica a una inyección de dipirona.  Tomasito, a quien alguna vez la posibilidad de la muerte lo inquietó un tanto hipocondríacamente, tal vez no la esperaba en ese momento en que asistió a un cuerpo de guardia  de hospital para remediar una gripe. Tenía  60 años ágiles y creadores. 

 

Debo, pues, pagar una deuda moral con el amigo y el compañero. Debo despedirlo, aunque haya fallecido lejos. Lejos, pero no desentendido de su patria ni de sus amigos. Yo tampoco lo olvidé. Comenzamos juntos el ejercicio del periodismo. En 1972, coincidimos en el departamento de divulgación de la dirección provincial del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), en la ciudad de La Habana. Tomasito empezaba a practicar la fotografía; yo intentaba aprender a escribir. Juntos vivimos nuestra primera misión periodística de importancia: un campeonato nacional de lucha –libre y grecorromana- que se efectuó en Nueva Gerona,  cabecera de la entonces Isla de Pinos, al sur y por el occidente de la isla mayor de nuestro archipiélago.

 

Nunca, ni en nuestros últimos encuentros cada vez que venía de visita, luego de radicarse en Córdoba en 2001, casarse y haber experimentado la paternidad de una segunda hija; ni siquiera en tantos años de andar juntos en misiones reporteriles, hablamos del chasco en que terminó nuestro primer trabajo de mayor responsabilidad. De mi texto,  el semanario deportivo LPV publicó 15 líneas para justificar el gasto del viaje, y de las fotos de Tomasito, una. Esa vez fue también la primera en que viajamos en avión: diez minutos sobre las aguas del golfo de Batabanó.

 

Meses más tarde,  en 1973, me trasladé hacia el propio Semanario LPV  y él buscó acomodo en el entonces incipiente periódico Trabajadores, órgano de los sindicatos cubanos. Pasaron cinco años, y en 1976, volvimos a coincidir en ese periódico por unos diez años. Ya Tomasito era un sensible y certero fotógrafo; lector avezado y empeñado en acompañar, de vez en cuando, alguna de sus fotos con textos que fueron haciéndose  cada vez más sabios. Más tarde, en distintos momentos nos desgajamos de Trabajadores y, al cabo, confluimos nuevamente; esta vez, en Bohemia, la revista más antigua de América Latina, colmada de una tradición periodística que entonces se imponía a cuantos entrábamos en su nómina. A mí me pareció que me recibían en el Olimpo. Algo de ello debió pensar Tomasito.

 

No puedo ahora si no admirar a Tomasito; encomiar su constancia en hacerse mejor. Se fue armando día a día. Y su apego a la cultura desentonaba entre los fotógrafos. Y con ello no quiero desmejorar a los gráficos, pero la tradición venía imponiendo entre nosotros una norma: fotógrafo es fotógrafo, y periodista, periodista: dimensiones diferentes. Tomasito es de los primeros que modificó esa ecuación. Se graduó en la escuela de periodismo de la Universidad de La Habana y publicó crónicas que sentaban de un tirón  a los más atentos lectores. Ya, en Argentina, su vocación literaria irrumpió triunfante. Ganó un concurso de cuentos en España; publicó una novela y un volumen de cuentos–que hablan, como todo lo suyo, de Cuba- y para los días en que le tocó morir se había anunciado la presentación de la segunda novela.

La noticia de su deceso me la dieron, me parece el mismo día por la noche. La portadora me preguntó si yo era hipertenso, porque la noticia era mala. No importa, noticia mala es mala aunque estés sano. Dímela, le pedí. Y uno sabe que el hilo del teléfono no pudo trasmitir el estremecimiento. Morir fuera de Cuba, suele ser común: miles de cubanos residen en el extranjero. Pero la muerte de Tomasito circuló en un vértigo de pesar. Había emigrado, pero permanecía entre nosotros. Ahora se nos adelantó en ese otro viaje, en ese vuelo que para él y para nosotros fue inesperado por despegar a destiempo. Voló. A dónde. La pregunta por ahora no tiene respuesta objetiva, salvo la de la fe. Para mí, su vida útil, solidaria, sincera merece el vuelo del águila: hacia las cumbres.

7 comentarios

Fabian Pacheco Casanova -

PEREGIL; Sigues con tu baboseria usando la semantica incompleta para confundir. MIRA Perejil, Posible cualquiera de los combatientes que nos encontramos fuera, queremos, anoramos, respetamos mas la tierra y nuestra patria que Uds. los amantes de tiranos y dictadores. Las Anoranzas de poder pasear en libertad por nuestro pueblo, de tomar un guarapo de ca~na de azucar sin intimidacion ni colas, y que el pueblo sepa que el que los dirige es por mandato directo de el (ese pueblo), donde el elegido tenga que dar cuenta de sus pasos y gestiones buenas, regulares y la que mal salgan a su pueblo que lo eligio libremente...No digo que Ud. No quiera a su tierra, Pero porque Ud. confunde cuando al que YO y nuchisimos lo que no queremos son los que se han perpetuado en el poder de por vida y A LA FUERZA BRUTA...Patria es una cosa perejil Y tiranos es otra, YO y todos estamos contra el tirano NO contra nuestra tierra o nuestro pueblo. Fabian Pacheco Casanova....

Teresita -

Lamento profundamente la muerte del periodista del gran fotografo Tomas Barcelo Cuesta,
hombre de gran sensibilidad y
pasion, llegue hasta sus familiares, especialmente hacia ti, Luis Sexto, amigo y compañero mis sentidas condolencias.
Teresita

anonimo -

Cuidado Perejil que vas a infartar. En ves de estar combatiendo las ideas diferentes con tanta intolerancia, dedicate a buscar jama que me han dicho que estan pasando tremenda hambre por alla.
Nosotros no odiamos a Cuba. Nosotros odiamos a los dictadores que llevan mas de 50 anos sometiendolos a ustedes y convirtiendolos en energumeros desinformados. Yo no se si tu te crees todo lom que pones aca, espero que no y que solo sea doble moral y una forma de poder mantener tu computadora y acceso a "INTRANET" o el internet "limitado de los cubanos" Espero que sea asi y que realmente no suentas lo que dices, pues entonces si hay que preocupaese del futuro de Cuba post-castro si se han enjendrados semejantes tontos en la poblacion.

Perejil -

Verdaderamente, cuánta estupidez, cuánta falta de respeto. Este señor era un emigrante que, por el contrario a ustedes, se mantenía vinculado a su tierra; no la odiaba, como la odian ustedes. HP

anonimo -

De que era de los enviados, ponle el cuno, sino no pudieran hablar de el. Pero de todas formas por una razon u otra murio fuera del terruno y eso siempre es triste.

Fabian Pacheco Casanova -

Abandona Cuba, se hace recidente y mas tarde ciudadno Argentino. El gran fotografo, columnista escritor No estubo abligado a la doble moral, a no ser que querria volver como turista a Cuba, esto es de pensar, No obstante diria YO este donde este militando sentimos su muerte, a no ser que fuese enviado como tropa de choque al pais vecino... E/P/D/. Fabian Pacheco Casanova.

Fabian Pacheco Casanova -

Uno Mas Que muere en el extranjero. E/P/D/...Fabian Pacheco Casanova.