SOLAMENTE LA POESÍA
Por Waldo González López (Cubarte)
Dedicado a su esposa ‘Zenaida, a su hijo mayor, y a Víctor Manuel, que no está, y está entre nosotros, y a la memoria de Sigifredo Álvarez Conesa’, apareció poco tiempo atrás, por la Editorial de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), el segundo poemario del destacado cronista y profesor Luis Sexto Con luz en la ventana. En su prólogo (Este libro), el Premio Nacional de Literatura Cintio Vitier señala con justo elogio:
"Lo que tenemos en este libro no es un libro, sino un camino que se va acercando a sí mismo con su propia realización, pero no la persigue como un fin, sino como un medio para llegar a un silencio, a un instante que hubo en la vida del autor, que significa la trascendencia viva en el rostro de su hijo definitivamente callado y hablando de otro modo.
"Solamente la poesía, ese tantear de la poesía que es lo más seguro de ella, puede intentar acercarse a esa indescriptible consumación en que se abren las puertas y ventanas del alma, sin embargo caminante por la senda estrecha que da toda al horizonte.[…] Este libro pudorosamente no quiere parecer lo que es: una oración. Un libro único."
Este crítico conoció de primera mano la latencia del permanente dolor del colegamigo (porque no se puede mitigar el dolor por la muerte de un hijo, aunque pasen los años, incluso toda la vida), ya que tiempo después de fallecido el sensible adolescente Víctor Manuel (cuyo nombre debiera a la admiración del padre por el gran pintor cubano), sabe muy bien, pues leyó y opinó sobre los textos originales: de la hondura de estos versos, de su pródiga emoción contenida, de la sobriedad con que se trata el tema; que no quiso ser un flamante libro para llevarse los laureles en un concurso, sino acaso, tal dice Vitier, como un medio para llegar el silencio.
Y al centro de todo, la nostalgia, tema recurrente en el poeta. De ahí sus versos con suma melancolía, esa hermosa saudade que parte, vuela y retorna en bandadas, como el pájaro de la tristeza. Por ello, entre los varios textos de alto nivel, descuella ‘Este día’, en el que Luis Sexto despliega las alas de ese inevitable pájaro que suele regresar a sus poemas. Leámoslo:
ESTE DÍA
Cuando las horas cierren
Tus pétalos numerables
En la suerte animal
De lo que acaba,
Yo vendré a buscarte
En el vasto furor
De la vigilia.
Y volverás,
Si inútilmente te oigo,
Durante la apacible tragedia
De este día
En que ya no te hallo
Y donde sigues amando el desdén
Con que me sorprende el tiempo.
En otros momentos de su breve pero contundente poemario, Luis Sexto vuelve a la carta son ese sorprendente hálito de la saudade que ahora tras la lluvia, es aún más íntimo y recogido. Disfrutemos, pues, ‘Eco’:
Ha llovido.
Mi corazón se va
Tras el albo caer de la llovizna,
Hacia el impune sinsabor
De los charcos
Donde reposa el ausente,
Con la melancólica obstinación
Del agua.
Lo llamo aun en la incauta orfandad
De la deshora
Y sobre la teja del techo
El percutir de las gotas
Responde,
Como lenta,Atardecida resurrección.Sin duda, con su segundo poemario, Luis Sexto de nuevo penetra en el misterio del fabuloso reino de la poesía y nos entrega esta oración, un libro único por su sentir y su decir profundamente humano, demasiado humano, como quería el poeta y filósofo. (Publicado en Cubarte)
8 comentarios
Fabian Pacheco Casanova -
Anonimo -
Un día tocaron a su puerta. Era una trabajadora social, acompañada de un técnico de refrigeración, dos ayudantes y un policía. Un camión de la agricultura movilizado para este fin y cargado ya de otros viejos refrigeradores de las nacionalidades más disímiles, esperaba en la calle por el Philco.
Luciano quiso rebelarse contra la forzosa operación, pero la presencia del policía le bajó los humos.
Los ayudantes enrojecidos por el esfuerzo, lograron cargar la osamenta ferrosa y lentamente lo sacaron de la casa. Luego de un descanso y ayudado por el técnico y por el policía lo subieron al camión junto al rezumadero de trastes amontonados en sus aspectos míseros.
El técnico de refrigeración hizo un comentario que desoló aún más al viejo Luciano.
--Ese equipo aún tiene su máquina original y se ve que jamás ha tenido ni una falla en su mecanismo. Eran equipos construidos para no romperse nunca.
El camión arrancó con su carga y se detuvieron en otra vivienda, a continuar el saneamiento del consumo eléctrico. Con los ojos llorosos, Luciano veía a su Philco marcharse para siempre y un nudo le apretó la garganta, pero lo terrible estaba por venir todavía. La trabajadora social se le acercó con una planilla y le dijo:
--Firme aquí.
--¿Qué es eso? preguntó el anciano.
--Es el contrato para el pago del nuevo refrigerador.
--El pago? ¿Y cuánto es?
--Seis mil ciento cincuenta pesos dijo la trabajadora social.
Luciano abrió tanto los ojos que pareció que fueran a salirse. Y gritó con furia:
--¡Me quitan mi Philco que jamás ha pestañeado ni se ha roto nunca me traen otro que Dios sabrá cuánto me dure y para colmo tengo que pagar seis mil ciento cincuenta pesos ! ¡Qué clase de negocio es ese !
Carlos -
La respu esta fue que si todo el mun do viaj ara, el es pacio aer eo se colap saria?!!! Quien entonces de cide quienes dis frutan del espa cio aereo -hi jos de Alar con y demas ger arcas- y quienes se quedan aba jo para evi tar el cola pso - los de a pie.
Realmente tiene que haber sido una noche inolvi dable para Alar con; una noche que siempre recordara como el dia en que un estudi ante lo hizo lu cir como idio ta ante el mun do logico!
Po bre Alar con!
Carlos -
A la pregunta de por que no podia sal ir del pais a pa sear -con ocer la tum ba del Che- No Paris, No New York o Buenos Aires!
Benedicto -
Carlos -
A la pregunta de que por que un jo ven cubano con aho rros pro pios no po dia en trar a un hotel, el presi dente del parla mento contesto que cuando el era estudiante en la Habana, su padre no le daba din ero para ir a Tro picana. Increible!!! Es acaso una ven ganza?! Que tiene que ver la tacaneria de un hombre de clase acomo dada antes, con la liber tad de un cubano de entrar a un hotel hoy, si tiene el din ero. Ah proverbial Guillen: "No tengo lo que tenia que tener"
Carlos -
Fabian Pacheco Casanova -