GENIOS EN EL ARTE DE ENCUBRIR, MENTIR...
Por: José Agapito Ramírez
¿Qué puede esperarse de una sociedad que ha sido gobernada durante mucho tiempo con falsos valores desde la mentira, la manipulación y el encubrimiento, y de arrogarse para sí el título dizque la mejor democracia del mundo; o de venderse hipócritamente como el Cid Campeador o como el adalid de la verdad y ejemplo del recto proceder? ¡Es triste, pero esa gran nación o mal nacido imperio, cae precipitadamente por su propio peso hacia el oscuro abismo de su propio infierno, sin que haya una luz en el túnel que los auxilie o los redima de sus genocidas y perversos errores!
Es lamentable que todo un pueblo dormido y engañado como lo es el pueblo estadounidense, se haya dejado gobernar por un enjambre de malos líderes de la peor calaña, y dejar que un onagro de la ralea de George Bush se haya hecho del poder mediante un proceso electoral fraudulento y de dudosa conquista.
Una de las más antiguas recetas utilizadas por la CIA para desinformar a sus propios ciudadanos, consiste en colocar una determinada noticia en un medio de comunicación extranjero y esperar tranquilamente a que llegue al propio país merced a la colaboración de periodistas amigos.
Dice el premio Nóbel portugués José Saramago: “La manipulación de las conciencias ha llegado a un punto intolerable…” Forma parte de una operación de canalización que es cultivada sistemáticamente. Revistas que antes eran de reflexión y pensamiento son ahora frívolas; la televisión, que puede ser un instrumento de educación extraordinario, se ha convertido en eso que algunos llaman muy bien “telebasura”…
Los gobiernos estadounidenses y más ahora con el no menos aguardentozo George Bush mienten, alteran y manipulan invocando el sacrosanto principio de la seguridad nacional. Los EEU durante muchos años han invertido grandes recursos en un sofisticado programa de guerra cultural, que aún cuando no ha estado dirigido a las grandes masas de la opinión pública, consiste en convencer a los intelectuales de los cinco continentes de las bondades de la causa norteamericana: “Lo que la Agencia CIA se proponía hacer, era formar personas que a partir de sus propios razonamientos, estuvieran convencidas de que todo lo que hacía el gobierno de EU era correcto”
Durante el mandato presidencial del fallecido actor Ronald Reagan (1981-1989), la sarta de mentiras y encubrimientos fueron muchas veces refrendadas o convalidadas por su Secretario de Estado señor George Shultz, en el que no estando su país en tiempos de guerra declaraba con sorna y cínica actitud que: “En tiempo de guerra, la verdad es tan preciosa que debe ser protegida por una sarta de mentiras”.
Ya en 1914, durante un desayuno en el pretigioso Club de Prensa de Nueva York, John Swinton, antiguo jefe del staff de The New York Time, hizo esta confesión espontánea: Si permito que mis opiniones sinceras aparezcan en mis escritos, antes de 24 horas mi trabajo se habría esfumado. El trabajo del periodista es destruir la verdad; mentir categóricamente; pervertir; vilipendiar; actuar servilmente a los pies de Mamón y vender a su país para ganarse el pan diario… Somos la marionetas y vasallos de hombres poderosos que actúan detrás de la escena… Somos prostitutas intelectuales.
Los últimos acontecimientos que han sacudido al mundo parecen haber dado la razón más que nunca al periodista norteamericano I. F. Stone, cuando en uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría dijo: “Todos los gobiernos están dirigidos por mentirosos, y nada que salga de ellos debe ser creído”. En el arsenal secreto del que dispone el gobierno estadounidense, la mentira es una de las armas más socorridas, sutiles y destructivas que existen, terminó diciendo Stone. (joseagapo@cantv.net)
28 comentarios
Fabian Pacheco Casanova -
Perejil -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Carlos -
Carlos -
Gualterio Nunez Estrada -
Ricardo -
En los medios de prensa de EEUU coexisten al mismo tiempo, aunque no en la misma capacidad o intensidad la verdad y la mentira. El problema radica en que la verdad solo es comprendida por una pequeña elite intelectual, mientras que las mentiras son consumidas y aceptadas en abundancia por un pueblo inculto y aborregado.
El artículo de esta bitácora peca de lo mismo que critica: de mentir.
Miente de forma impúdica y obscena. Utiliza palabras de Saramago a favor de la libertad de expresión y los derechos humanos que de ninguna manera son aplicables exclusivamente a los EEUU sino a todo gobierno sea del signo que sea, que coarta la libertad y los derechos humanos.
Como prueba de lo que digo el periodista oculta las palabras de Saramago de marzo de 2003 cuando criticó a los dirigentes cubanos con ocasión del encarcelamiento de periodistas independientes en Cuba y el fusilamiento de tres cubanos sin delitos de sangre.
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
alberto elier -
Los unos porque la justificación del socialismo cubano se basa en lo malo del capitalismo (razón mas que infantil) y los otros, porque la razón del error del socialismo cubano se basa en las bondades del capitalismo (otra razón infantil).
Y así se pasan los años, los unos queriendo que se acabe de morir el dictador, los otros, tratando de que no se muera.
Los unos, tratando de que nunca se vea la porqueria que se esconde debajo de la alfombra, los otros, tambien. (Al menos en eso los unos y los otros estan de acuerdo, hay mucha mierda debajo de ambas alfombras)
Saludos,
Gabriel -
Muchas veces da la sensación de que sólo se repiten consignas; cuando deberían de emplearse argumentos hilvanados con lógica a lo largo de varios párrafos.
Pido un poco de "frescura" a las contribuciones a este blog.
Un saludo a todos.
Gabriel
Anónimo -
Machetero -
Luis Hernán -
Nada más que eso.
Los alienados funcionaros cubanos, por cierto, se retiraron...qué más van a hacer los pobres infelices, si les están diciendo la verdad en la cara ....
Espadachín -
Zenia Obsequiado -
Gualterio Nunez Estrada -
chcuho -
a Juan Antonio García Borrero acerca de una discusion que se origino en un blog de participacion en el cual ambos discreparon. Esta muy interesante, pero desde luego no toda la historia esta aqui por falta de espacio.
"Juan Antonio García Borrero acaba de colgar su respuesta a mi carta abierta. Él aclara que esta es su su posdata final, y yo aprovecho para hacer lo propio. Aunque sigo discrepando, no replicaré nuevamente, pues lo que tenía que decir está dicho. Solo espero que esta breve polémica haya sido, de alguna manera, provechosa para nuestros lectores. A ustedes les digo una vez más: ha sido un placer. Y ahora sí, de una buena vez, echo el cierre. SERRADO ASTA NUEBO ABISO, como diría uno de esos carteles antológicos que también son parte de nuestra memoria colectiva. Aunque, para ser rigurosos, el "nuevo aviso" sobra: segundas partes nunca fueron buenas.
Publicado por Duanel Díaz Infante a las 14:30 6 comentarios
viernes 6 de julio de 2007
Carta abierta a Juan Antonio García Borrero
Juan Antonio:
También yo he seguido con mucho interés tu blog sobre cine cubano, y no puedo negar que tienes razón cuando dices que en el noventa por ciento de las oportunidades no coincidimos en la forma de mirar e interpretar los hechos. Así quedó claro cuando manifesté mi discrepancia de tu interpretación del pavonato, y antes, de forma tácita, al ofrecer pruebas del dogmatismo de Alfredo Guevara. Ahora, tu carta abierta hace aun más evidente cuán irreconciliables son nuestras respectivas posiciones sobre la "cuestión cubana".
Dices que mi percepción de la Revolución es apocalíptica; yo no te diré que la tuya es integrada, pero sí que es bastante frágil; como te comenté en una ocasión, estar con los indios y con los cowboys es casi imposible en este caso. La Revolución no admite esa crítica de fondo que pasaría por el señalamiento de un hecho evidente: es una dictadura y, como tal, no deja espacio para el debate y la libertad.
Nuestra discrepancia, Juan Antonio, no proviene de nuestras respectivas miradas primigenias. De hecho esta mirada no existe: ambos escribimos desde la altura histórica del presente, e interpretamos forzosamente desde ella. Yo no olvido que 1959 fue una fiesta, que entonces el triunfo de la revolución pareció el cumplimiento de aspiraciones y promesas varias veces frustradas. Cuando reproduje el interesante testimonio de Piñera, escribí: Leído hoy, ese "minuto sagrado" en que el pueblo se apoderó de la ciudad fue el momento único en que la nueva dictadura no había comenzado pero ya se forjaban sus mitos: esos anacrónicos capitanes que parecían salidos de otros tiempos más románticos, batallas legendarias y cuadros de grandes pintores. Insospechadas serían, para todos, las consecuencias de aquella portentosa inundación del 1 de enero de 1959: como Saturno, la Revolución devoraría a sus propios hijos, arrasando, al fin, con el propio Piñera, que habría de experimentar en carne propia una "muerte civil" mucho peor que la indiferencia que rodeaba a los escritores en la República. Pero eso sería después; en los primeros días de enero, cuando Piñera reivindica la utilidad de los escritores, la Revolución era, para muchos, una promesa de vita nuova, en la que no se adivinaban los círculos del infierno.
Es justamente ese proceso posterior en que Fidel Castro se deshizo uno por uno de sus antiguos compañeros de lucha que resistían la deriva comunista, e incumplió todas sus promesas de libertad y democracia, lo que pasas por alto cuando afirmas que 1959 es el año que convierte en tangible una esperanza colectiva desde hacía mucho tiempo acariciada. Para mediados de 1961, estaba claro que los intelectuales soportarían un control ideológico que nada tenía que ver con la censura de los tiempos de Batista; un año atrás, en abril de 1960, habían sido nacionalizados todos los periódicos y las revistas, incluyendo a Bohemia, que era antibatistiana y que no miraba sólo al Vedado: recuerdo en las excelentes Bohemias de los años 50 varios reportajes sobre los barrios marginales de La Habana, mientras que la anodina revista que hoy lleva ese nombre presenta semana tras semana un país de fantasía. Antes, en los primeros meses de 1959, habían sido los fusilamientos, indiscriminados y televisados.
Que la mayoría del pueblo, incluyendo a los intelectuales, haya apoyado al régimen entonces no lo hace menos dictadura: la democracia es, como recordaba Rosa Luxemburgo, el respeto a la minoría. Y pronto se hizo evidente que el discurso del igualitarismo encubría la hegemonía de una casta de dirigentes y funcionarios -esa nueva clase radiografiada por Djilas-, que bien vive en las zonas congeladas mientras el pueblo soporta hambre y necesidades de todo tipo. Obviar esa historia de miseria y represión que aun dura es, en mi opinión, ideología en el estricto sentido marxista del término, pues enmascara las verdaderas relaciones de dominación.
Como es ideología afirmar que lo peor que ha podido pasar ha sido la paulatina clausura del espíritu crítico en la esfera pública, por miedo a entregarles armas al enemigo. No, Juan Antonio, el enemigo no ha sido más que la coartada perfecta para militarizar al país, eliminar la sociedad civil y perpetuar a un solo hombre en el poder. No sólo se ha clausurado el espíritu crítico; se ha reducido todo opositor o desafecto a categoría infrahumama, tal como ocurrió en la Unión Soviética bajo Stalin. En Cuba ha habido campos de concentración (la UMAP), campos de trabajo (aquellos a donde mandaban por dos años a los que presentaban la salida), pueblos enteros trasplantados, cientos de presos políticos.
El inconveniente que le veo a esa visión apocalíptica que aplicas al período post-59, es que da por sentado que todo lo que había antes estaba bien, y todo lo que ha llegado después, ha estado mal., dices. Pero fíjate si nunca he dado tal cosa por sentada que en la primera entrada de mi blog, una reseña crítica de lamentable película de Andy García, escribí: La ciudad perdida nos deja una importante lección: no se debe oponer una verdad de la República a la verdad de la Revolución, pues este legitimismo, frontalmente opuesto a los contenidos del discurso oficial del castrismo, termina repitiendo sus formas. Mitifica a la República como se sacraliza, desde el bando contrario, a la Revolución. Ciertamente, la Revolución que muestra esta película una oscuridad en el mediodía luminoso de Cuba, dice uno de los personajes se parece bastante a la República que en la escuela primaria nos definían con tres rotundas palabras: hambre, miseria y explotación. Y la República no es, ciertamente, ese Mal absoluto, pero tampoco es este cabaret, esta casa familiar llena de lujos, esta Habana llena de coches americanos nuevos y relucientes como luces de neón.
La ausencia de matices propicia el riesgo de pensar a Cuba como un engendro que hay que resetear de manera drástica para comenzar de cero., dices. Por mi parte, percibo en estas palabras tuyas esa confusión de Cuba y la Revolución que es el dogma central de la ideología oficial, eso que, utilizando una frase cara a Lezama, podríamos llamar el proton seudos, la mentira original, la falacia maestra que ha legitimado tanta violencia por casi medio siglo. Admites que Cuba puede ser ese engendro que supuestamente yo presento, pero en todo caso lo (ves) como un municipio de ese infierno mayor que es el mundo en su totalidad. Aquí discrepo de nuevo; en todo caso, digo yo, sería un municipio especial, con leyes muy distintas: ¿en qué otro país de Occidente hay que solicitar a las autoridades un permiso de salida y de entrada, no puede uno vender la propia casa, y dan cada tarde por televisión una mesa redonda donde todos los tertulianos coinciden en todo?
El cierre de mi blog tiene que ver un poco con esa incapacidad personal para lograr un equilibrio que concilie en mí la certidumbre de que Cuba es muy mejorable (sobre todo en términos de libertad de expresión del ciudadano), y la aplastante convicción de que esta no existe en ningún lugar del mundo., dices en tu carta. Desde luego que Cuba es muy mejorable: a tan ruinoso estado la ha llevado las décadas de dictadura comunista que con solo abrir un poco la economía mejoraría la vida de la gente. Pero es evidente que hasta que no muera Castro eso no va a ocurrir.
No, no son iguales todos los periódicos ni todos los poderes. La libertad de expresión existe en algunos sitios y falta en otros. No hay parangón posible entre Granma y el Nuevo Herald: en el Nuevo Herald se tratan muchos más asuntos que interesan al ciudadano de a pie que en Granma, en el Nuevo Herald se debate, en el Nuevo Herald hay columnistas con distintas posiciones políticas (Armengol y Echerri, por poner un ejemplo), en el Nuevo Herald se publican cartas donde los lectores discrepan de los artículos aparecidos en el diario. En La Habana, por defecar públicamente encima de un ejemplar de Granma, un artista fue a la cárcel, mientras que en Estados Unidos cualquiera podría hacerlo sobre uno de El Nuevo Herald o de cualquier otro periódico sin sufrir represalia alguna. He ahí la diferencia entre democracia y totalitarismo; entre libertad de expresión y dictadura.
Dices: Hablamos de que en Cuba falta libertad para acceder a Internet (yo eso no lo voy a negar, aún cuando sé que técnicamente es imposible ahora mismo establecer ese servicio en todo el país), pero ¿alguien hace referencia a esa comunidad de cubanos en el exterior que teniendo la oportunidad de producir o consumir críticamente en Internet, prefiere seguir levitando como la plumita de Forrest Gump, quiero decir, donde le lleve el viento?. Pero, Juan Antonio, la libertad se usa de muchas maneras, que cada cual consuma (internet, telebasura, revistas del corazón o lo que sea) crítica o acríticamente según sus preferencias. Quizás sea cierto que La mayoría de estas personas confunden la opinión con el pensamiento, el comentario soez con el coraje intelectual, pero mucho más lo es que aquí tienen libertad para expresarse y posibilidad de conectarse, y en Cuba no.
Dices: Creo que los sueños de justicia social engendran pesadillas individuales que es preciso corregir. Hay que darle voz a quienes sufren el peso de las utopías. Pero ya de antes estaba entre nosotros esa incapacidad para hacer más llevadera la convivencia social. Perdóname, pero de nuevo tengo que discrepar, porque la pesadilla ha tenido una dimensión tan colectica como la esperanza que mencionas: dos millones de cubanos fuera; proporcionalmente, la mayor población penal del mundo; más de ocho mil muertos. Y nada de ello tiene que ver con ninguna incapacidad idiosincrática: antes había polémica, "antes" había periódicos, "antes" había ciertas libertades, "antes" había una sociedad civil. Fue el régimen castrista el que clausuró todo. La pesadilla -gigantesca, interminable como los discursos del dictador- es consecuencia del sistema más que del cubano.
Un abrazo,
Duanel Díaz
Fabian Pacheco Casanova -
Gabriel -
Acabo de leer su nueva anotación en primera página y me he llevado dos alegrías.
La primera: que usted está perfectamente y puede expresarse sin ningún temor. Así debe ser con todos.
La segunda: que nos lee con atención.
Tengo opiniones muy distintas de las suyas. Sin embargo, le garantizo por mi parte un diálogo civilizado.
Un abrazo
Gabriel
Gabriel -
Disfruto mucho con sus escritos.
Sin embargo, este último lo encuentro excesivamente recargado de retórica.
Me gustan más los anteriores, donde va directamente al grano, sin recurrir a estereotipos y lugares comunes.
Un abrazo
Gabriel
Fabian Pacheco Casanova -
García Márques -
Señor, yo no sé qué esperar de la dictadura cubana de Fidel Castro que ha hecho lo que Ud. menciona en su pregunta.
Yo personalmente buscaría la manera de lograr que el dictador Fidel Castro renuncie y pida perdón al pueblo cubano, por todas las mentiras, manipulaciones, engaños, asesinatos, tortura y persecucuiones cometidas.
Péglez -
Un abrazo. Péglez.
Fabian Pacheco Casanova -