DANDO Y BUSCANDO
Por Luis Sexto
Actuemos, no investiguemos. Esta frase puede resumir el estado de opinión de la porción más inquieta de nuestra sociedad. Y como programa de acción es aceptable siempre y cuando, antes de actuar… hayamos investigado. Es decir, la artillería dispara luego de saber las coordenadas del blanco. Palos a ciegas son generalmente fallidos, incluso injustos.
Me parece que, en efecto, los cubanos debemos actuar sobre los problemas e insuficiencias que nos aquejan. Pero la cautela tiene que regir nuestra acción. Porque el riesgo lo tenemos delante: intentar golpear solo las manifestaciones, dejando intactas las causas.
Entremos, pues, en lo hondo. Me he quejado varias veces de que la reflexión colectiva es poco común entre nosotros. ¿Dónde están los espacios? Y cuando aparecen es probable que alguien se escandalice por una opinión que no encaja entre las opiniones “aprobables”. Cierta gente se asusta. Y por lo tanto, siguiendo el pensamiento de Raúl en el XIX Congreso de la CTC, precisamos de hablar en el lugar apropiado y en el momento también apropiado. Y, en correspondencia, cuantos deben oír, han de oír sin espantarse. Nuestro país no peligra por la expresión, en el lugar justo, de una opinión. Tal vez nos hace daño la falta de opinión.
Por lo expuesto, estoy estimulado al ver a filósofos y sociólogos presentarse en las páginas de un periódico –como lo hicieron pace poco en JR- y emitir su criterio, científicamente fundamentado, acerca de algunos aspectos de la realidad cubana. Necesitamos, antes de actuar contra el maltrato, el hurto, el robo, la corrupción, determinar las causas que, en lo más profundo de la sociedad, condicionan esas conductas. Y ese trabajo corresponde, sobre todo, a los científicos sociales. Las decisiones políticas han de estar, incluso, nutridas por esas evaluaciones.
Podríamos ahora, por ejemplo, juzgar a cuantos delinquen desde un puesto estatal, sea un organismos una tienda, una cafetería. Y no recomiendo que no se les juzgue y condene. Pero, si actuamos reprimiendo, castigando, sancionando, habrá que preparar también una acción contra las causas que engendran, de modo tan inquietante, esas conductas insanas. Porque la historia ha demostrado que si lo que subyace y condiciona permanece incólume, los actos se repiten, aunque sean otros los agentes. La investigación tendría que dar respuesta a preguntas como estas: ¿Es acertada nuestra organización productiva y salarial? ¿Organizamos la propiedad de modo que produzca riquezas, bienestar?
No estamos en presencia de un desajuste normal. En toda sociedad existe un grupo que delinque, que se aparta de lo sociable para acogerse a lo antisociable. Las circunstancias en Cuba presentan otras características. Se trata de que causas objetivas están influyendo en la subjetividad ciudadana, y muchos, no sé cuantos, creen que maltratar, robar, incluso corromperse es como una especie de revancha ante las carencias y limitaciones actuales.
No quisiera exagerar. Pero algo de lo negativo en la vida cubana es obra de gestores soterrados, estructurales. Y por ello me parece que la indagación filosófica y sociológica ha de tener ahora su momento, para que no echemos salvas al aire; para que no apuntemos al Morro y le demos a La Cabaña. Lo peor que nos puede suceder es que no sepamos, además de las conocidas –como el bloqueo de los Estgados Unidos, por ejemplo-, qué otras causas y condicionamientos están alentando, desde el fondo, a todo cuanto hoy nos inquieta porque nos daña, nos desmoviliza y nos deforma.
La moral sirve. ¿Quién lo duda? La vanguardia se mueve por incentivos morales. Pero ¿no sería incorrecto estimar que todos formamos parte de la vanguardia? La realidad nos dice, desde un mostrador, una tarima, un taxi, una oficina, un almacén, una fábrica, un campo de boniato, que la vanguardia, en verdad y sinceridad, es patrimonio de los menos. El desafío consiste en acrecentarla. Y para ello habrá que levantar el piso.
2 comentarios
Evaristo Pascual -
Los medios de produccion en Cuba estan en manos del Estado.Existen algunos propietarios de tierras y trabajadores por cuenta propia que tienen un muy pequeno peso en la economia del pais.
Lo que causa el incremento de las actitudes delictivas son fundamentalmente dos problemas: la pobreza y el exeso de prohibiciones. Cuando articulos de primera necesidad estan fuera del alcance de la mayoria de la poblacion que trabaja , entonces el trabajo deja de ser una necesidad para convertirse en un impedimento.El tiempo empleado en el trabajo socialmente util y permitido no le permite al individuo cubrir sus necesidades,y por otras vias ,al mismo tiempo, cuando esas vias pueden ser el trabajo informal o complementario que esta prohibido , entonces algunos no encuentran otra salida que delinquir o emigrar.Eliminar esas prohibiciones significa en la practica abrir el horizonte de trabajo y cubrir muchas necesidades de productos y servicios que el Estado no puede satisfacer. Un ejemplo elocuente fue el cierre del mercado campesino en los anos ochenta .En aquel mercado un platano (banana ) costaba 25 centavos.Un kilo de carne de cerdo costaba 5 pesos . Ahora , el mismo platano cuesta 3 pesos y el kilo de carne 48 pesos . Ese es el resultado, de la prohibicon primero, y la perdida de confianza de los productores despues. No es lineal, pero el ejemplo es valido.
Recientemente se cerraron 13 "fabricas" clandestinas de objetos de plastico y otros . No seria mejor "legalizar" esas fabricas en lugar de cerrarlas ? Es evidente que aquellas aparecieron porque sus productos no pueden encontrarse en el mercado , y sus similares en el mercado de divisas , de productos IMPORTADOS, son demasiado caros.
Otra "prohibicion" olimpica es la que existe contra el intermediario, aquel que trae los productos agricolas del campo y los pone en le mercado. Su figura ha sido demonizada , se considera un parasito y el causante de los altos precios. Es una prohibicion miope . No puede existir la producion agropecuaria o cualquier produccion sin el intermediario.Es ridiculo pensar que quien trabaja la tierra pueda dedicar su tiempo en vender sus productos.El fin de esa "persecucion" contra el intermediario es obligar al campesino a venderle sus productos, a precios ridiculamente bajo, a la empresa estatal de acopios que ha demostrado reticentemente su incapacidad para tales menesteres.El Estado quiere que sea el campesino quien soporte la carga de los bajos precios de los producos que vende a la poblacion ( de origen nacional, no importados) y los campesinos responden sencillamente con bajas cosechas . Ese es el resultado de esas politicas.
Los ejemplos pudieran llegar a ser interminables.
Es evidente que para crear riquezas adicionales seria necesario darle un protagonismo economico superior a las fuerzas que hoy no producen o producen poco (con cuidado, pero tampoco lentamente porque no hay tiempo) , y si es necesario deben privatizarse algunas actividades ( no debe haber temor de la palabrita ) que demostradamente durante 50 anos el Estado ha sido INCAPAZ de controlar y hacerlas producir .
Un saludo cordial
Jimmy -
Con respecto a la pregunta: ¿Organizamos la propiedad de modo que produzca riquezas, bienestar?
considero que convendria consignar de que manera se organiza la propiedad en cuba actualmente para una mejor informacion y reflexion por parte del lector extranjero no iniciado en el tema.
Felicito su esfuerzo por difundir a traves de su espacio una cultura de reflexion y de accion responsables sobre los problemas de los cubanos. Aprendo mucho cada vez que reflexiono sobre su blog.