UN ESPACIO PARA LA MORRIÑA
Por Luis Sexto
Uno habla de Galicia y con el nombre llega una infinitud de remembranzas familiares: la silueta discreta y trabajadora de mis abuelos paternos, y de tantos abuelos de nietos criollos, y la presencia del gallego y lo gallego en la historia y la cultura cubanas. Porque si hay una región de España entrañadamente vinculada a Cuba esa es Galicia.
Ningún otro inmigrante llegó a la Isla en la cantidad y la cualidad de los gallegos. Tal vez, para no lastimar la justicia, tan querida del sentimiento gallego, los canarios puedan reclamar también el mérito del número y la influencia. Ambos vinieron aquí a trabajar. Cierta vez, recorriendo en un bote largo y estrecho los canales que atraviesan la Ciénaga de Zapata para facilitar la comunicación con el mar, supe que habían sido abiertos a pico y pala por inmigrantes gallegos. ¡Gallegos, cará! Sinónimo en Cuba de español. El español por antonomasia. Y por excelencia.
No creo que en nuestro país muchos gallegos se hayan vuelto ricos. La honradez y la solidaridad a veces no permiten crecer a la persona en fortuna. En virtud sí, hasta el punto de rozar el cielo con la húmeda estatura de la generosidad.
Xosé Neira Vilas, el escritor gallego que tantos años vivió entre nosotros, me regaló, hace tiempo, un refranero gallego sobre el vino, “recollido do pobo”. Y entre las cápsulas de sabiduría decantada por el tiempo y la voz del pueblo, me gusta uno que reproduzco en la música de la lengua de mis abuelos: “O que ten bo vino/ non lle faltan amigos.” ¿Necesitaré traducirlo? ¿Habrá algún cubano que no sepa captar el sentido de esos versos? Sabremos, en efecto, entender que a quien posee vino bueno los amigos se le enciman como moscas al azúcar. Pero, aunque no se equivoca, este refrán no es verdad general, exacta como la hora de un reloj. Porque Cuba no tiene buen vino. Al menos no lo fabrica en abundancia. Y, sin embargo, con cuántos amigos buenos, desprendidos, cuenta en cualquier rumbo del planeta. Sobre todo en Galicia. De donde vinieron los genes de muchos de nuestros mejores hombres y mujeres.
El más puro vino es el de la solidaridad. Y ante la solidaridad el cubano piensa en plural. Ya nuestra lucha no es sólo por nosotros. También por ellos: nuestros amigos. Esa es la forma más justa de la gratitud.
12 comentarios
Ricardo -
Según dicho autor, en Cuba, habría más de dos canarios por cada gallego. Si esto es así, parecería más normal llamar a los españoles canarios en lugar de gallegos.
De cualquier forma, como ignoro si estas cifras son verdaderas, me quedo con que el alma cubana es parecida a la gallega entre otras muchas cosas en morriñas y añoranzas.
Sobre todo por aquello de que el gallego en la escalera no se sabe si sube o baja. Y el puede ser, quizás ya veremos y la eterna duda gallega, es lo mas parecido a un ya tu sabes o un no es fácil.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Enrique R. Martínez Díaz -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -