LA HIGUERA DEL CHE
Apuntes de viaje
La Higuera cabe en un monosílabo: Che. Y así la geografía cede sus derechos para que el nombre, el apelativo de una persona, ocupe la identidad del espacio físico y represente sus valores. La Higuera es un caserío donde apenas diez familias se distribuyen el oxígeno escaso de las montañas que la encajonan.
Hace más de 35 años, ni los mapas se detenían ante su irrelevancia de estribación andina. Un 8 de octubre comenzó a ser la Higuera del Che. Desde entonces abandonó la nimiedad de un destino incapaz de mejorarse. Y es hoy la más pequeña capital del mundo. El punto primordial donde se cruzan los caminos y convergen las esperanzas.
Estuve allí en mayo del 2002, después de dejar a Pucará como una estampa medieval con su techumbre de tejas en torno a la torre de una iglesia, y subir 17 kilómetros sobre el lomo de una camioneta que a veces pretendía volar y solo cojeaba. Latía en mi ánimo, y también en el de mis compañeros –los periodistas cubanos Guillermo Cabrera, Ana Teresa Badía, Herminia Rodríguez, Roger Ricardo, Tomás Rodríguez(Tommy) y Félix Arencibia-, la unción del peregrino. Íbamos a cumplir el mandato de un acto de fe. Qué cubano que visite a Bolivia, renunciará a visitar a La Higuera.Predomina allí la soledad. La soledad de lo remoto, de las distancias. Pero el casi apagado caserío persiste en mostrar su naturaleza de sitio único, elegido por la Historia como el punto donde un hombre único murió su vida y continúa viviendo su muerte.
Nadie se extrañe. La Historia es contradicción. Porque quienes lo asesinaron a sangre fría, paradójicamente en el salón de una precaria escuela, pretendieron echar sobre su nombre toda la soledad y el olvido de aquel sitio olvidado. Ahora, aunque con menos pobladores, hay más vida, más pasos. Centenares de peregrinos llegan allí, ponen una flor ante un busto enorme que el ejército se cansó de destruir, porque al otro día se erguía de entre sus fragmentos, y escriben en las paredes escasas que el Che vive, vive, vive...
No hay mucho más que ver. Ya la escuelita de La Higuera no existe. Sobre su planta, la Fundación Félix Varela de Cuba edificó un consultorio médico que, cada 15 días, recibe la visita de un doctor boliviano. Pero la disposición es la misma. Y allí, junto a la puerta, una ráfaga insensible y temerosa despojó al Che de la vida común para sembrarlo sobre la fronda del símbolo. Cabezas gachas. Respeto. Pecho oprimido. Imaginación que se desorbita reconstruyendo aquella escena donde el guerrillero, de barba y cabellera de león, miró con ojos imperturbables a su matador. Che: hombre consecuente hasta la muerte. Así lo aseguro en una carta a sus padres.
Después, al regreso, nos detuvimos. Hacia abajo, por lo menos a dos kilómetros, la Quebrada del Churo nos invitaba a hermanarnos con la naturaleza histórica del sitio. Bajamos. Crescencia Yasgra, propietaria de la finca donde hirieron en combate al Che, nos habla en el camino del Señor Ernesto Che, “muy milagroso” él. La mujer cuenta desde su memoria campesina y desde el símbolo popular. Nadie ignora allí que aquel hombre perseguía el sueño de servir a los pobres, como lo reconoció en enero de 1998 el Papa Juan Pablo II. Y a veces se encomiendan a él en sus penurias, como si el fusil inutilizado por balas de “soldaditos bolivianos”, como los llamó el poeta Nicolás Guillén, pudiera continuar con sus disparos redentores.
Abajo, cerca del río, que sentimos por el murmullo de la corriente, está el peñasco solitario donde el Che cubría la retirada de varios de sus compañeros. Aun en la caída era fiel a su ética: primero para pelear, primero para morir. Junto a la piedra crece una higuera, árbol que abunda en aquellos parajes. Subimos luego trabajosamente. Y recordamos que por la pendiente casi vertical, la soldadesca obligó al Che a trepar, a pesar de estar herido en una pierna y en el codo. Una cristiana como Crescencia no podría evitar el símil: como un vía crucis ascendió hacia su muerte. O hacia su vida.
Atrás dejamos La Higuera. El decursar de casi cuarenta años le quitaron la mitad de sus pobladores. Pero la enriquecieron al convertirla en el punto más alto de la justicia con que sueñan los libertadores. En una bolsa nos llevamos un puñado de su tierra. Queremos, con ella, calentar la higuera que no debe secarse en nuestro corazón.
12 comentarios
Cesar Isidro -
www.fabianpacheco@bellsouth.net -
Fabian Pacheco Casanova. -
Fabian Pacheco Casanova -
alberto -
Tanta información que maneja usted y tan fidedigna, me pregunto si sabrá, por ejemplo la distancia que recorre el sol en torno a la luna. Ya ve usted, tanto odio destilan sus dedos, como el que destila su lengua, tanta información que maneja usted, que se le escapa como un soplido turbio, le seca el pensamiento, y le ha secado el corazón.
Y ahora, quizás tenga algo de raciocinio, se de la vuelta, y cual can maldito, ruegue a los pies de sus moribundos (persona y mundo).
Enrique R. Martínez Díaz -
De los libros que han escrito esos traidores acá se conoce mas de lo que ud. supone, y también cuanto les pagaron, y quienes.Nada hay secreto bajo el sol, y menos para los que tenemos tantos amigos: mire la Asamblea general de la ONU el 8 de noviembre próximo y lo sabrá
Fabian Pacheco Casanova -
Enrique Martínez Díaz -
El 99.9999 por ciento de los fusilados al principio de la Revolución tenían las manos manchadas de sangre; por hablar tonterías no se fusiló a nadie, ni por hacer oposición política; si eso hubiera pasado, muchos de los que hablan por radio ó malescriben en los blogs no habrían hecho el cuento. No había sed de sangre, sino de JUSTICIA, y eso fue lo que se aplicó. Claro que JUSTICIA REVOLUCIONARIA, con TRIBUNALES REVOLUCIONARIOS.
El pensamiento del hombre es universal; va de desde nuestras raíces, cubanas, hasta las mejores ideas de todos los hombres progresistas del mundo; por ello se puedE hablar de la vigencia de las ideas de Martí, y de las de Marx, y Lenin, y de Fidel, y del Ché. Y somos COMUNISTAS, a mucha honra; el ideal comunistas es el de la igualdad y la confraternidad entre los hombres; desgraciadamente, algunos lo han manchado, pero cualquiera que estudie Historia con un mínimo de veracidad, comprobará que la comparación de los crímenes de algunos aprovechados que mancharon nuestros ideales, con los crímenes del imperio y de las clases que han oprimido a los pueblos durante milenios, es como comparar un grano de arena con la Cadena de los Himalayas.
Los que no han tenido jamás ideas son los mercenarios y los sirvientes de la sacarocracia cubana. Resignense, perdieron, y serán solo eso, perdedores.
Y no denigren al pueblo de Cuba; por algo por tantos años ha venerado al Ché, como venera a Fidel y la REVOLUCIÓN; y no crean que uds. inventan nada; cuando las Guerras de Independencia, quienes mas ofendían a Martí, Maceo, a Máximo Gómez eran los mal nacidos en Cuba que defendían la bandera de España: reformistas, anexionistas, etc; de esa misma cloaca han salido todos los batistianos, auténticos, liberales y otras variedades de estiércol político . Ustedes son esclavos de los yanquis, y lo seguirán siendo, porque tienen esclava el alma.
Fabian Pacheco Casanova -
Enrique Martínez Díaz -
La lucha contra el imperio y los yanquis ha sido dura, y en medio de un enfrentamiento tan violento, cuando el enemigo pone bombas, bombardea ciudades, vuela barcos y aviones, desembarca mercenarios, crea bandas de criminales para asolar los campos, ataca centros escolares, turísticos, tiendas, etc, y todo el enorme rosario de crímenes de la contrarrevolución, apoyada y alimentada por los yanquis, no se puede pedir que los revolucionarios regalen margaritas a sus enemigos.
La Revolución tiene el derecho de defenderse, se ha defendido y se defenderá, y ustedes saben bien que ha sido generosa, mírense cada día en el espejo, tóquense y solo piensen que hicieron sus colegas con el Ché en Bolivia; lo que hicieron el Bambi y Bosh en Venezuela, en Salvador y otros lugares; veamos quien fue hidalgo, caballeroso y generoso en la victoria.
Recuerden estos versos:
"Finje con fiero orgullo
la sonrisa del Fuerte,
alma tímida y débil,
para siempre vencida;
Después de haber vivido
la mitad de la muerte,
hay que seguir muriendo,
lo que queda de vida.
Cuba seguirá siendo Libre e Independiente, porque el pueblo cubano, el que la ha defendido durante 47 años de los yanquis y sus lacayos, la seguirá defendiendo; y nos seguirán guiando las ideas de Martí, de Maceo, de Marx, de Lenin, del Ché , de Fidel y de todos los Revolucionarios que siguen vivos, física ó espiritualmente; no de los blanqueados sepulcros y de los infames, que llenan sus panzas en el norte y en los Pen Club internacionales.
www.fabianpacheco@bellsouth.net -
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