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PATRIA Y HUMANIDAD

QUIERO LLORAR... PERO NO PUEDO

QUIERO LLORAR... PERO NO PUEDO
TESTIMONIOS DESDE MÉXICO

 

Por Leydi Torres Arias

Desde el 19 de septiembre no lloro. No lloro y lo que veo dan ganas de gritar y llorar y derrumbarse como los edificios. Yo creo que, como muchos edificios, estoy agrietada, pero no me derrumbo aun.

No puedo llorar, o más bien, no debo. Miro a mi alrededor y casi todos quieren llorar, pero no deben, o están bloqueando emociones, como yo. En los centros de acopio, junto a los carteles de clasificación: agua, ropa, medicinas, juguetes, pañales y comidas para bebés…hay personas sentadas con otros carteles: Terapia psicológica. Nadie se acerca a contarle sus traumas. Y no porque no tengamos qué contar, sino porque estamos muy enfocados en seguir moviéndonos como hormigas laboriosas y no paramos a pensar en cuán dañados estamos.

Ayer mientras me duchaba me descubrí moretones en los brazos y en las piernas que no tenía, o que tal vez traigo desde el 19 de septiembre, pero que no había tenido tiempo de mirar. También siento a cada rato que el piso se mueve, y me espanto. Y pregunto a los demás si ellos también lo sienten o solo yo estoy enloqueciendo. Y sí, todos sienten que tiembla, todos estamos aterrados de que vuelva a sacudirse la tierra. Aun así, nadie se detiene a llorar.

Creo que el mantenerse en las calles, quitando escombros o en centros de acopio, alerta al gobierno de que no queremos que paren las búsquedas, que nadie valora como posibilidad inminente que tiren los edificios que peligran o que quiten los escombros ellos con maquinaria pesada, cuando los familiares de desaparecidos aun los buscan. En este país ya ha habido demasiados desaparecidos que no han buscado, como para permitirnos abandonar nuestras posiciones. Sí, porque México ahora es como un campo de batalla con posiciones muy estratégicas que cada cual defiende.

Creo, estoy convencida, que el día en que el gobierno pare las labores de rescate y empleen maquinarias para remover escombros y terminar de demoler, ese día todos vamos a volver a llorar. Ese día sentiremos que el terremoto fue más fuerte.

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