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PATRIA Y HUMANIDAD

BATISTA, EL GOLPE

BATISTA, EL GOLPE

Luis Sexto

Un nuevo libro. Comentario difundido en la sección Al pie de las letras, de Radio Progreso, La Habana

Del golpe de Estado del diez de marzo de 1952 nos separan  64 años. ¿Será tiempo suficiente para determinar los móviles, los intereses, los fines, y los promotores que en la oscuridad pudieron estar  condicionando y conduciendo aquel  cuartelazo que, si en sus efectos inmediatos,  parecía  retrasar el proceso histórico de Cuba, en un plazo mayor fue   un impulso para la superación de la república neocolonial?  Posiblemente la respuesta hoy no quedaría definitivamente completa  con un sí o con un no.  Todavía habrá personas e intereses empeñados en protegerse  o proteger a sus parientes y amigos de  un juicio definitivo.  Pero me parece que este libro titulado Batista, el golpe, de los escritores José Luis Padrón  y Luis Adrián Betancourt, nos entrega una investigación cuyas sugerencias nos permiten sacar alguna conclusión parcial.

 Por lo tanto, en Batista, el golpe,  publicado por Ediciones Unión en 2012, más que un empeño por escribir la historia, uno percibe un propósito de aproximarse a un hecho aparentemente único, pero  colmado de matices sombríos.  Visto así, este comentarista aprecia, ante todo, un proyecto de índole periodística que habrá de servir para precisar la historia.  José Luis Padrón y Luis Adrián Betancourt han escrito un libro para leerse, es decir, para leerse como un gran reportaje. La técnica de investigación y la estructura del relato acusan el método de los periodistas que revuelven el estercolero.  Penetran hasta donde las paredes se convierten en cajas fuertes. Esto es, llegaron lejos en su investigación, una investigación que revisa documentos, periódicos, y particularmente hallan  testimonios y testimoniantes  que los conducen a lugares nunca tenidos en cuenta para delinear la crónica global del golpe de Estado de 1952.

Por ejemplo, no se limitaron a citar los rumores que exponían que el entonces presidente Carlos Prío había concertado el cuartelazo con Batista. Padron  y Betancourt fueron más allá: hasta La Altura, finca  que Prío poseía en Bahía Honda, a orillas de la costa norte,  y allí comprobaron  que el rumor había tenido ojos que recordaban a Batista descender una  noche de  un yate, y reunirse unas dos horas con el presidente Prío.  El propio presidente ante la suspicacia de su época y las siguientes alegó en su descargo que él había sido un defensor de la constitución, y que para defenderla había ido  a Matanzas para resistir  a los golpistas con el apoyo del todavía leal  regimiento de  esa ciudad. Los autores de Batista, el golpe, averiguaron  que no existe ninguna fuente, ningún dato documental que confirme la coartada de Prío. A la ciudad del Yumurí no llegó.

Podría decir más de este libro. Podría decir la fluidez con que discurren sus capítulos. Encomiar podría lo inteligente de su estructura que va guiando al lector en una especie de suspenso, revelando un dato desconocido o poco mencionado aquí, o haciendo una pregunta allá, para ofrecernos una visión nueva, incluso opuesta, de lo que  otros libros y la prensa de aquella época y años subsiguientes han trasmitido. Por ejemplo, preguntemos: ¿Fue  Fulgencio Batista el jefe de la conspiración de los militares? ¿Fue él,  o a fin de cuentas  impuso  su astucia, sus virtudes camaleónicas, para  apoderarse del golpe y defenestrar también al jefe del movimiento conspirativo? ¿Dónde estaban los americanos en este episodio?  Mucho más pudiera decir. Busque a Batista, el golpe. Y encontrarán informaciones  como esta:   “La idea del golpe militar del 10 de marzo no nació ni en los cuarteles castrenses ni en la embajada americana. Los primeros indicios de que existía una corriente de pensamiento y propósito  de acción  en la búsqueda  de una solución  para el problema cubano, por la vía de un golpe  de Estado militar, surgieron  en los dominios de la Escuela Superior de Guerra, donde se educaban en el arte militar los oficiales de alto rango de las fuerzas armadas”.

1 comentario

El Oriental -

Buenas noches, muy interesante el relato tratare de buscar el libro para leerlo.