CRÓNICA DE UNA NOCHE ANUNCIADA
Luis Sexto
Apostillas ingenuas
No vi los fuegos artificiales echados a la noche, más oscura entonces por el norte aguado y frío que caracterizó el 9 de diciembre. No sé si desde 12, 5 millas, podrían verse desde el muro del Malecón habanero los artificios luminosos con que Ramón Sául Sánchez ha pretendido llamar la atención del mundo, sobre la violación de los derechos humanos en Cuba. ¿Los habrá visto el Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Y la OTÁN los habrá visto?
A decir verdad, el Consejo de Seguridad ha demostrado carecer de ojos. Ve por los empeños geopolíticos de los Estados Unidos. Y el humo que aún echan las ruinas de Libia le impide ver a la OTAN. Pero no les hace falta. Ramón Saúl Sánchez y su grupúsculo de pescadores nocturnos no necesitan que nadie los vea. Quieren provocar un incidente para que el gobierno norteamericano les abra la entrada triunfal en La Habana, sin exponer al Movimiento Democracia que los mantiene con un buen pasar en Miami. Quieren venir. Se han puesto viejos y añoran la tierra donde nacieron y apenas trabajaron, como tampoco trabajan en el exilio. Porque el exilio es para eso: para vivir haciendo los cuentos de los peligros pasados. Porque de peligros presentes, nada. Para eso, que los yanquis envíen varios drones. Nosotros solo les ofrecemos el pretexto. El nuevo Maine, o el nuevo Pearl Harbor.
Lo intentaron el 24 de febrero de 1996 al violar dos avionetas el espacio aéreo cubano. Hasta ese momento habían sobrevolado a La Habana varias veces, arrojando volantes. Como mosquito en casa propia, se adentraron en cielos cubanos y se fragmentaron lamentablemente como volutas de fuegos no artificiales. Lamentablemente. Pero el que se defendió no pudo ser el culpable, sino el que atacó e intentó burlarse de la dignidad de un país, un pueblo y un gobierno. La Fuerza área Revolucionaria tuvo que pararlos.
No creo, sin embargo, que los cuatro o cinco yates de buen vivir, al pairo a 12,5 millas de Cuba vayan a correr el riesgo de perder el seguro porque sus dueños no puedan reclamarlo.
Ramón Saúl Sánchez y sus adjuntos no van a exponerse. Ni siquiera cuando era uno de los hombres duros en la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU). Esta organización, dirigida por un hombre fe y malo, Orlando Bosch, ejecutó más de 90 ataques contra instalaciones cubanas en varios países. Incluso, la voladura de un avión sobre aguas de Barbados, donde murieron 73 personas. Habitualmente, las posibilidades de salir vivo de cada acción eran superiores al ciento por ciento.
Ahora pienso que el weekend nocturnal y caribeño del 9 de diciembre es una manera cómoda de gastar la parte del dinero que les toca a los aguerridos marineros de Ramón Saúl de los 20 millones de dólares aprobados por Obama para subvertir el orden en Cuba. Ah, si supiera el presidente norteamericano en qué se gasta… Lo que les sobra luego del paseo será, pues, para mantener los yates y entretener el ocio de la guerra ficticia en que entretienen sus días en tierra ajena.
Yo empezaría a reconsiderar mi postura y mi opinión sobre el exilio duro de Miami si tuviera la certeza de que entre esos grupos de veteranos de maniobras dominicales en los Everglades o en el terrorismo sin riesgo, hay a un hombre honrado. Uno solo. Como diez justos en Sodoma.
Repito: no vi los fuegos artificiales, ni comprobé si se vieron desde el Malecón. No me interesaron. Pero mi curiosidad tiene ansiedad por saber en que yate estaba Ramón Saúl Sánchez: ¿En el de más atrás? ¿Y cómo habrá pasado la noche en su breve flotilla de almirante sin cañones ni mar? Tal vez, hizo lo mismo que Basulto, cuando echó a sus hermanos de rescate hacia los cielos de Cuba y él, prudentemente se quedó atrás. Es que Ramón Saúl sabe, como Basulto, que los mártires no cobran.
14 comentarios
Carlos -
Ustedes se pasan la vida hablando de lo que pasa aqui sin siquiera la quinta parte del acceso a internet que tenemos nosotros y esta bien es su derecho. Pero paren de recriminar que nos fuimos hace tiempo y que no conocemos lo que sucede alla, porque no es cierto.
La frase comun de todo el que visita a la isla, y aqui todos tiene a alguien que la frecuenta , es "aquello esta cada vez peor" Esos que van y vienen no son los viejos exiliados, ni republicanos, ni enemigos de la revolucion, son los nuevos emigrantes como ustedes dicen, y todos dicen lo mismo: que Cuba se esta cayendo a pedazos.
El Morro -
La cabana -
El Morro -
Manolo -
invernal
López Gil -
Sexto -
Carlos -
Don Luis, jamas pense que usted pudiese justificar el uso exesivo de la fuerza bruta contra dos avionetas desarmadas. De que se defendio? de octavillas de papel, misiles contra octavillas? Que dignidad se esta defendiendo cuando se le teme a la palabra!
Pedroso usted es un cinico al decir "...Los asiduos a la barra más grande del mundo, el Malecón habanero con sus más de siete kilómetros de largo-, ni se portaron por allí la noche de este viernes a consecuencia del impertinente oleaje y la díscola llovizna que impiden desde una caricia hasta el sostén de una botella de ron peleón sobre el muro de concreto..."
Usted sabe bien que la seguridad acordono 5 kilometros de los 8 que tiene el malecon y mas de 150 opositores fueron arrestados. Precisamente en la vispera del aniversario de la ploclamacion de los derechos humanos.
Ustedes todos estan enfermos!
Yo considero que Saul Sachez es un payaso como lo fue Basulto, ademas de pendejo. Pero el hecho en si de navegar en lanchas privadas, en aguas internacionales, sin violar las aguas de Cuba, no le hace dano a nadie. Ahora, ademas de a las palabras, tambien le temen a las luces?
Que pobre gente!
Pedroso -
Por Aurelio Pedroso, Porgreso semanal
Diciembre 9 de 2011
Cuando no se piensan bien las cosas y obviamos los pronósticos meteorológicos, cualquier empresa nos puede conducir al mayor de los fiascos. Y es lo que acaba de suceder con la tan anunciada flotilla de Luces para la libertad que desde aguas internacionales no lograron el efecto que esperaban de ser visibles nada más ni nada menos que toda la costa occidental de la isla gracias a la eficiencia de menos de diez embarcaciones.
Un mal tiempo con dos lecturas. La primera, relacionada con el clima, mientras que la segunda, vinculada al tiempo histórico, porque payasadas de esta naturaleza no conducen a ningún sitio en los momentos que vive Cuba.
Se aprecian más luces durante los días de mar en calma y cielo estrellado cuando la gente aquí sale en sus botecitos, algunos de remos, a pescar en el litoral, que esta anunciada noche en que esforzando la vista no vislumbrábamos asomos de fuegos de artificio.
Ignoro a cuánto ascendió la factura de la pirotecnia y quiénes, en medio de la crisis soltaron billetes de varias denominaciones para tan patriótico espectáculo. En buena ley de honestos, el dinero debe ser devuelto cuanto antes a los que apostaron a que con un enérgico volador rompiendo el espacio hasta más de mil pies de altura, la población habanera se lanzaría indetenible a las calles a ritmo de cazuelas.
El episodio que acabo de vivir desde un privilegiado penthouse que domina gran parte del la costa habanera hubiera servido de argumento para aquel memorable humorístico ya desaparecido de la televisión cubana: San Nicolás del Peladero. Los de Guamuta atacando psicológicamente a los de San Nicolás o viceversa. Para el caso es lo mismo. Y es que desde ambas orillas se agotaron los argumentos con tantas palabras y pareceres.
Una de las más tristemente simpáticas desde La Habana fue esa de que tanto fuego podría intranquilizar a la ciudadanía, como si esta ciudad fuese una gran sala de tratamiento psiquiátrico a ex pirómanos que se nos alteran los nervios con tanta metralla, como ocurre en mi natal Remedios en época de Parrandas. Y desde allá, pues que bastaba con tirar un anzuelito en la costa occidental para ver ese asombroso resplandor libertario.
Los asiduos a la barra más grande del mundo, el Malecón habanero con sus más de siete kilómetros de largo-, ni se portaron por allí la noche de este viernes a consecuencia del impertinente oleaje y la díscola llovizna que impiden desde una caricia hasta el sostén de una botella de ron peleón sobre el muro de concreto. Entretanto, los que fueron convocados por la oposición tuvieron que conformarse con esporádicas y escurridizas iluminaciones de algún lejano auto, sin descontar diversos incidentes violentos con agentes policiales plantados allí desde horas tempranas para frustrar cualquier intento de revuelta.
Fuentes de todo rigor me contaron que muchos opositores no lograron alcanzar la calle al impedírseles la salida. Fue el caso de las Damas de Blanco. De igual modo, la avería de la cámara de la agencia AP durante un incidente que los colegas pretendían filmar.
Mírese como se mire, el episodio del Movimiento Democrático, resultó intrascendente amén de un tanto ridículo y propagandístico porque a diez de últimas para protestar en las calles de La Habana en la víspera del Día internacional de los Derechos Humanos no se precisan de artificios luminosos para que condicionen que cada cual diga o grite lo que piense, desee y tenga con qué hacerlo. Las protestas importadas no son genuinas.
El vigía -
"Una flotilla de exiliados cubanos lanzó al cielo brillantes fuegos artificiales el viernes a apenas unas 13 millas de las costas de La Habana, en una desafiante muestra de apoyo a los disidentes de la isla que están luchando por la democracia y los derechos humanos."
Read more: http://www.elnuevoherald.com/cuba/#navlink=navbar#ixzz1g8qiPvPa
Sexto -
Eusebio -
Hermenegildo -
Demetrio -