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PATRIA Y HUMANIDAD

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

Por Luis Sexto

La cuartilla en blanco o el vidriado papel de la computadora, se presentan usualmente como la sádica sonrisa de un déspota, el guiño burlón de un misterio, o el guante tirado por un enemigo impredecible. Y los escritores, aunque no todos lo admitan, temen sentarse a escribir. Puede ello colegirse de confesiones y entrevistas. Cierto novelista holandés, que conocí en un hotel de Paramaribo y cuyo nombre se me perdió en aquellos días de diciembre de 1975, me definió la cuartilla en blanco como un edificio en proyecto al que hay que levantar. Y Norman Mailer, después de 40 años de frecuentarla la describió como una "señora muy fría".  Por esas dos definiciones y por la metáfora de García Márquez acerca de que escribir un cuento es como "vaciar concreto" y una novela, "pegar ladrillos", se evidencia que escribir no implica el ejercicio de un trabajo liviano, placentero. Tal vez porque algunos así lo estiman, personas poco dotadas o nulamente tecnificadas retan a la cuartilla en blanco. Y el resultado es eso: lo blanco, la nada. Se van en cero, como bateador sin jits en un partido de béisbol. 

He indagado en memorias y declaraciones de numerosos escritores extranjeros, y habitualmente les disgusta escribir, aunque aparenten en lo escrito que gozan de un juego hedonista. De un placer vivido a toda máquina. Escribir, por supuesto, no es un juego, ni ocupación de vagos. No juzgue mal a los escritores -periodistas entre ellos- que se aficionan a la conversación. Al hablar trabajan: limpian y tienden al sol sus ideas, o, en el intercambio, les suman perfiles complementarios. Tampoco rechace al que permanece silencioso, como alelado, o se aísla: sólo piensa, se concentra. Un libro, una crónica, se arman en la cocina de la meditación.

Cuando vea a un escritor doblado sobre un machete, una guataca, una escoba, no crea que trabaja. Simplemente, descansa.  Son variados y disímiles los modos de creación. Luego de recordar que Maiakovski advertía que no hay reglas para hacer de un hombre o mujer un poeta, Ilia Ehrenburg apuntaba: "Diferentes escritores llegan a la literatura por distintas vías, escriben de modo diferente y tienen diferentes maneras de experimentar el proceso creador." Sólo una regla permanece invariable y se ajusta a todos los temperamentos y las técnicas. La prescribió François Sagan y ella, temiendo le colgaran el escapulario melodramático de otros momentos, aclaró que podrá parecer "un poco folletinesco", pero "un libro se hace con leche, sangre, nervios, nostalgia, ¡con todo el ser humano, en una palabra!".  Y tales ingredientes suponen un esfuerzo, una aplicación demoledora. Flaubert construía lenta, escrupulosa, sistemática, obsesiva, terca, documentada, fría y ardientemente sus novelas. Y mientras escribía Madame Bovary –lo reveló Vargas Llosa-, "un buen día de trabajo" podía "significar media página definitiva". Aunque a veces estaba "loco de furor por haber pasado horas tratando de mejorar una sola frase". 

Otro fanático de la corrección fue Isaac Babel. "Hay -decía- quienes escriben algo y no soportan verlo más. A mí, en cambio, me cuesta escribir y me encanta modificar." Y añadía: "Podrán flagelarme en plena calle (...) pero no entregaré el manuscrito ni un día antes de considerarlo terminado.".  A Norman Mailer no le gustaba lo que escribía. Una vez le confesó a Le nouvel observateur: "Sólo muchos años después me digo: caramba, si esto es mejor de lo que pensaba. Por tanto no estoy impaciente por escribir. Reflexiono sobre un libro hasta que él se presenta de la mejor forma posible. Todo está en la preparación. Pero el hecho de escribir no es agradable." 

Entre el acto de escribir y el momento de realizarlo se interponen a veces ciertas operaciones, manías más bien, que aplazan el acometimiento, el acople del creador y la máquina, la pluma o el lápiz. García Márquez las llama pretextos en una entrevista con La Gaceta de Cuba. "A mí, por lo menos, me da mucho terror sentarme a la máquina de escribir. Le estoy dando vueltas, viéndola ahí, y hablo por teléfono, prefiero leer primero el periódico; voy ganando tiempo (...) Entre la máquina de escribir y uno, uno va creando una cantidad de obstáculos que pueden volverse espantosos."

  Marcel Proust escribió sus libros en una habitación de paredes acolchonadas. A prueba de ruidos. Tal vez si le hubiera faltado semejante hermetismo, habría hallado el pretexto para tirar sus proyectos al limbo de los inocentes: el aplazamiento.  Probablemente, la Isla del Diablo que en lo inmediato le promete la cuartilla en blanco, compulsa al escritor a madurar la obra en la cabeza. Ezequiel Martínez Estrada dijo que hacia 1930, Horacio Quiroga escribía muy poco. "Pero aún no había madurado su aversión a hacerlo. Produciendo lentamente, construyendo mentalmente el cuento hasta en sus menores detalles; una vez encabado lo trasladaba al papel sin que tuviera que retocarlo mayormente.". 

 Juan Marsé intenta desligarse cuanto pueda de la construcción de la obra. Sortea el orden. Porque, al parecer, el orden esclaviza con la disciplina. Generalmente parte de recuerdos personales, o experiencias ajenas. "De alguna manera estas imágenes se relacionan entre sí o yo veo una posibilidad de relación para organizarlas." Y cuando nota que de ellas puede resultar una historia interesante, empieza a redactar de manera muy caótica. "Incluso puedo empezar por un capitulo final o por la descripción de un personaje que no sé dónde meteré luego. Voy acumulando material, se va estructurando el libro, se va haciendo por sí solo".

El escritor de ficción afronta una dificultad suprema según el criterio de José Revueltas. El creador elabora "con mucha lentitud" una vivencia que procede de una memoria ficticia. "Tiene que recordar lo que imagina, lo que no existe." Por ello, "amo profundamente el orden, sobre todo en el trabajo, y creo que nada se puede hacer sin la cabeza lúcida y que no hay peor contrariedad que pensar que se puede escribir con hongos alucinantes o con alcohol en la cabeza".  Juan Carlos Onetti piensa un tanto contrariamente. A la propia periodista mexicana que entrevistó a Revueltas -Margarita García Flores- le admitió que "generalmente bebo cuando escribo". Pero poco. "Casi siempre bebo como una incitación, porque soy muy perezoso para sentarme a escribir. Entonces saco unos tragos y, no sé, me despiertan la voluntad..." 

Pablo Neruda era también medio vago, según  Matilde Urrutia, la viuda. Sus poemas, por extensos y rotundos que fueran, no le exigían una labor larga, paciente, incómoda. "No trabajaba casi nada. Se sentaba a una mesa y escribía como si le dictaran. En 40 minutos o menos de una hora hacía su trabajo diario." La oda al abecedario la compuso en una reunión en la casa. Su esposa le recordó que aún no la habían enviado a El Nacional. Y el poeta le dijo: ahora la escribo. "Se sentó a una mesa en la que había gente tomando vino. Llegaba una muchachita y lo interrumpía, llegaba otro amigo que preguntaba algo, y Pablo escribía, escribía. Tomaba un trago y decía ¡salud! Y luego me entregó la oda para que la pasara en limpio. Parece muy elaborada y fue escrita en una reunión.". En esta técnica portentosa, además de un talento pulidísimo, se adivina la previa y demorada cocción mental del poema.

Lo fundamental de la creación se resuelve en las horas cuando aparentemente uno permanece sin hacer nada.  Ese trabajo silencioso apuntala, consolida la intuición que luego irrumpe en minutos.  Son pocos los ejemplos. Pero no dudo en aseverar que son universales. Con más o menos intensidad, con cambios entre uno y otro que no lastiman la regularidad, los escritores se comportan con similares actitudes y normas ante la cuartilla en blanco. Hace unos 12 años indagué entre cubanos, y las respuestas, que publiqué en Bohemia, se mezclan, se cruzan con las de los autores extranjeros recién nombrados.

Termino. Dejo estas cuartillas en la redacción. Y empiezo a calentar, en las circunvoluciones de mi habitación interna, la crónica del domingo próximo. ¿Habrá alguien que se atreva a afirmar que los escritores y periodistas no trabajamos...? 

 

15 comentarios

jiji -

aburrido

Fabián Buelvas -

Señor Sexto:
Es primera vez que lo leo. Por suerte, ví este artículo en la revista El Porta(L)Voz, en la cual escribo crónicas y cuentos.
No soy periodista, pero sí intento ser escritor, y su artículo es contundente. La desesperación y la angustia que se siente es tremenda y, al parecer, compartida por muchos de muy diversas formas, y eso lo hace alentador.
Espero leerlo más seguido. Un saludo desde Colombia.

Fabian Pacheco Casanova -

La quinta rueda esta en el camion tractor, donde una plancha acerada del trailer se posa sobre el tractor asegurada por el king pin al tractor... El trialer con 60,000 libras de carga sigue el tractor guiado por el ducho motorista, llevando la razon y su carga a su destino....En Jackson la capital del Estado de Mississippi en las afueras del Inter-state 20 teniamos o tenmos un Truck Stop que se nombraba La Quinta Rueda y usalmente detenia mi tractor alli... La comida era magnifica y mis verdades fuera de Blogia se escuchaban; De segura Blogia y su buena tecnica no determinan por la razon del que el trailer GUIA seguro a todos los confines........Fabian Pacheco Casanova...

Fabian Pacheco Casanova... -

La quinta rueda esta en la plataforma acerada del tractor que suspende con firmesa el trailer y gira sobre el KING pin, soporta casi 60,libras de carga gross, y dosilmente sigue las directivas del timonel del camion tractor, y asi llevar, llevar las cargas y LAS VERDADES ATRAVEZ DE QUIEN SEA AL PUBLICO Y PUEBLO AVIDO DE LA RAZON....Usual mente me gustaba hacer escala cuando en esa zona estaba en un truck stop que se llamaba o llama La Quinta Rueda en las afueras de Jackson la Capital del Stado de Mississippi, en el Inter-state 20... Fabian Pacheco Casanova....Ex-preso politico # 27088 ...........

perejil -

parece que la disponibilidad la da el dominio, es decir, blogia, que nada tiene que ver con el gobierno de Cuba. Eso suele pasar, por alguna razón técnica. Por favor, no sigan buscando la quinta rueda. El camino está lleno de equívocos.

Fabian Pacheco Casanova -

>>> Hermano Gusano:-, Todos desean servir al pueblo, todos desean hacer su trabajo; lo dificil es hacerle el pico y que coma al pichon de la paz, de la verdad y el patriotismo.. Que triste cosa tan seria, sea un actor mediocre mal informado el que entreviste o se deje entrivstar el mandamas, y no por un un valeroso e desinteresado periodista cubano..........Fabian Pacheco Casanova....Ex-preso politico # 27088....

100 % Gusano -

A mi en lo personal, me decepciona mucho que un Sean Penn le haga una entrevista a Raúl Castro donde diga cosas como esta: ”La base (Guantanamo) es nuestro rehén. Como un presidente, digo que EU deberían irse. Como un militar, los dejo quedarse”.

Una entrevista de ese tipo debió ser hecha por un periodista cubano, no por un actor norteamericano.

Y le doy a los periodistas cubanos el beneficio de la duda en cuanto a que quizás Raúl no se dejó entrevistar por ellos... pero: ¿Cuánto lo intentaron?

Fabian Pacheco Casanova... -

>>>El Blog de Yoani Sanchez gano' el primer premio en la categoria de REPORTEROS SIN FRONTERAS. Felicidades Yoani...Fabian Pacheco Casanova....

Fabian Pacheco Casanova... -

>>>La disponibilidad del blog quien la DETERMINA; seria interesante saber si los que tiemblan al escuchar los tambores masivos, al unisono del pueblo son los responsables......Fabian Pacheco Casanova...

100 % Gusano -

Es cierto, el blog no estuvo disponible.

Fabian Pacheco Casanova... -

>>>>Por mas de 30 ahoras su blog Luis, fue silenciado, o al menos Yo NO podia entrar en el buscando nuevos escritos...La alarma la deje saber en otro weblog indepediente y democratico el multi premiado universalmente blog de YOANI SANCHEZ y enseguida su blog volvio, retorno con vida... Sera que estan probando para los duchos en la CENSURA acorrarlo a Ud. y ponerlo dentro del CORRALITO de los mas dociles?.... O que Paso'?.....Fabian Pacheco Casanova...

Fabian Pacheco Casanova -

...>>>Aun en libertad sentimos miedo escribir, aun mas lo escrito no sea lo tecnico o suficiente dotado el escribiente; No obstante me hubiese gustado saber alguna experiencia de autores como Cabrera Infante, Padilla, Reinaldo Arenas, Lisama, etc.. El sudor del Nativo escritor, periodista, novelista dentro lo precario y obsoleto para decir y escribir con relacion a su medio ambiente que lo absorve todo, determina en parte lo escurridizo para sentarse frente a la fria y serena pantalla receptora...Si hubiesemos dicho algo de los patriotas antes mencionados el bateador no se fuese sin HIT en todo el juego de base ball...Buenos Dias Tristesa de Francois Sagan en ocaciones nos biene bien a todos....Fabian Pacheco Casanova...Ex-preso politico # 27088.....

100 % Gusano -

Y hay otros "periodistas" que la tienen más fácil aún: hurgar en los diarios de Estados Unidos (u otro país que en el momento tenga diferencias con Cuba) y sacar un refrito de los chismes del día.

Lo mismo da si es el suicidio de un adolescente o el cambio de manos del dinero de Wall Street, al final cualquier cosa les sirve para ilustrar lo mal que anda "el monstruo".


100 % Gusano -

Bueno, hay una larga lista que realmente no trabaja. Escribe cualquier basura plagada de "no es que esté en contra de______ pero ________", lo calzan con adjetivos, le ponen un título que nada tiene que ver y lo mandan. Esos no trabajan.

El trabajo a que te refieres, el trabajo en sí, es eso que llevado a una industria sería el control de calidad, o la búsqueda de la excelencia.
Igual hay pintores que nunca terminan un cuadro.

En toda obra humana hay puntos a mejorar. Si no los notas eres poco exigente. Si no los corriges eres un chambón. Y si nunca terminas de arreglarla entonces eres un artista.

Jimmy -

Pienso que el tipo de escritor que usted aborda en el artículo es el escritor artista por excelencia, aquél que escribe para tratar de comunicar al mundo su sentir muy particular sobre la vida, que a fin de cuentas, y tal vez, sea verdaderamente incomunicable a los demás. Y por otra parte existe el escritor de oficio como el periodista, el investigador, el ensayista, el académico o el intelectual que escriben con fines científicos o críticos sobre la cultura o sobre el arte.

Creo sinceramente que a usted le corresponde el mérito de desempeñarse con gran prestigio como intelectual y académico, forjador de valores y conceptos culturares, pues con cada lectura de sus artículos y crónicas se aprende algo sobre el mundo de la cultura o la vida intelectual cubana o extranjera. Creo estar en lo cierto al afirmar que todo cubano le debe tanto por su larga y distinguida carrera académica y docente como por sus incisivas reflexiones críticas y su extensa labor periodistica un gran tributo de agradecimiento y honor.
Con mis saludos va muy modestamente el mío.