EL PALO Y LA ASTILLA
Por Luis Sexto
Recuerdo, luego soy. La memoria es eso: reproducción recurrente del ser en fílmicos planos del pasado. Quien la pierde puede extraviarse en la demencia. Y si es un pueblo, tal vez se desoriente en la historia. Por lo cual el mejor antídoto contra las desmemorias colectivas son los archivos.
A los archivos, que suelen albergarse también en los libros públicos, acudo ahora cuando en Miami y Washington ciertos emigrados conciben, con más prisa y mayor odio, proyectos de transición de la sociedad cubana hacia el modelo político y económico que ellos, a tanta distancia, han puesto a hervir en la olla de la injerencia en el fogón de misiles y marines. La decisión del Presidente Fidel Castro de traspasar por razones de salud el ejercicio de sus cargos a Raúl Castro, primer vicepresidente del Consejo de Estado y Segundo Secretario del Partido Comunista, según lo establece el artículo 94 de la Constitución cubana, ha atizado la habitual histeria entre los grupos que aspiran a “reconstruir a Cuba” según la gobernaban y la usufructuaban antes del triunfo de la Revolución en 1959.
Entre los que hablan, argumentan, exigen la intervención militar norteamericana, se halla el congresista cubano americano Lincoln Díaz Balart. Si el cronista argentino Aldo Baroni, que por los años 20 y 30 del siglo XX conversó con dictadores y tiranos en Cuba y otros países de América Latina, fuese asistido por la verdad en uno de sus libros y el cubano fuera un pueblo de mala memoria, y si los revolucionarios no se hubieran ocupado de crear y conservar archivos históricos. el representante Lincoln Díaz Balart podría pregonar impunemente sus argumentos y diatribas, y algún ingenuo o desconectado de la Historia creerle las falacias.
Resulta, sin embargo, que es nieto de un abuelo llamado Rafael y de igual primer apellido. Y que fue en Banes, capital de la United Fruit Company, asesor legal de esta empresa norteamericana, usurpadora de las más feraces tierras de la antigua provincia de Oriente. Del cerebro norteamericanizado del doctor Díaz Balart surgieron invenciones matreras contra los derechos, incluso los humanos, de los trabajadores de la Company. Organizó los servicios médicos. La United descontaba el dos por ciento a los obreros para recibir atención. Pero, si era preciso ingresar al paciente en alguno de los dos hospitales de la empresa, cobraba una entrada de 25 pesos (dólares) y 2,14 diariamente por la cama y los alimentos, y exigía, además el pago de los medicamentos y las intervenciones quirúrgicas. Hablamos de épocas en que el salario mínimo para los braceros no superaba o a veces no alcanzaba esta última cifra. ¿Quién, pobre y mal pagado, podía enfermarse?
No es todo. En el archivo de el pueblo de Banes se conserva una carta reveladora. El doctor Díaz Balart recomendaba en ella a los mandones de la United cómo violar o suprimir derechos en la entonces recién aprobada Constitución de 1940. El abogado, de provechosa filiación a las ideas y actos de Fulgencio Batista y a los propósitos anexionistas, sugería a la Company: “Artículo 66. Fija la jornada máxima de ocho horas y el tiempo semanal de 44 con pago de 48. Aconsejo que se presione para derogarlo. Artículo 71. Este precepto concede el derecho a huelgas y al paro. Creo que tanto uno como otro deberían suprimirse.”
Si alguna necesidad hubiera de clarificar, develar, los fines de los Estados Unidos y sus instrumentos, la verdad refulge en la invencible permanencia del pasado en los archivos. La memoria escrita vincula a cuantos hoy se pintarrajean de paladines de la democracia, la libertad, los derechos humanos en Cuba, con cuantos en nuestra historia negaron, maltraron y violaron la democracia, la libertad y los derechos de los cubanos. Los liga el apellido, el dinero y los intereses de la potencia que sirvieron antes y ahora.El palo y su astilla, naturalmente, son iguales.
¿Por qué he de creer lo contrario?
13 comentarios
jackeline -
que me dus ques los nomders y
apeyidos y ciubab
PEPE GOICO -
Con cariño, Pepe.
Francis Elier -
¡Que mala orktografya!
Pero mas aún.
¡Que mal corrector ortográfico!
o mejor
¡Que poco fundamento pepito!
Fabian Pacheco Casanova -
PEPE GOICO -
Sr. Fabián, lo siento mucho pero usted y los que piensan como usted no tendrán espacio en Cuba jamás...Olvídelo..y mientras, para que se distraiga, lo invito a ver los dibujos animados de Elpidio Valdéz...
Con cariño, Pepe Goico
Fabian Pacheco Casanova -
PEPE GOICO -
Fabian Pacheco Casanova -
Ricardo -
Los cubanos radicados en Miami que durante años han apoyado, cuando no peor instado y alentado la política ilegal, inhumana y criminal de bloqueo hacia Cuba están desautorizados para participar en el futuro de la nación por sus ideas de odio, de venganza, y de confrontación.
No pueden ni deben participar los que durante años han contribuido al sufrimiento de sus conciudadanos. Los que han martirizado y asesinado al pueblo cubano, a esos ni escucharlos.
El destino de Cuba lo deben decidir solo los cubanos. Los que dicen ¡Viva Fidel! Los que dicen ¡Ya tu sabes! Los que dicen ¡No es fácil! Solo ellos
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Felix J. Breton -
Aqui, estoy, hasta las lagrimas. Espero que siempre sea asi. Que se mantenga, aunque los cielos se derrumben, de cara al sol, como lo proclamara el apostol.
Quizas nada material esto le deje, pero si la admiracion y el reconocimiento del mundo.
Adelante, hermanos, y que sepan los enemigos del pueblo, de la humanidad que siempre, siempre, siempre,
CIUBA VA, CUBA VA, CUBA VA..
Francis Elier -
En el año 1901, y sin ingerencia alguna de Cuba en su territorio, España Vendió/ Cedió/ Regaló/ Donó el territorio cubano (que ya no era propio) a USA con la fatídica Enmienda Platt
En los años 1990 el gobierno revolucionario cubano omitió, aún pesándole las acciones pasadas de España (Guantánamo), comercializó, cedió, vendió recursos a empresarios españoles (Dólares, que obviamente terminaban en bancos Españoles) ¿Qué hizo suponer que las cosas habían cambiado?
Estoy de acuerdo con usted que la revolución fue necesaria y no solo en Cuba, en Latinoamérica también, en esos años, se vivieron revoluciones, también se nacionalizaron industrias, pero ... el tiempo ha pasado, el mundo ha cambiado en 50 años (medio siglo).
Es momento (y no por la situación actual del jefe) de analizar nuevamente las situaciones, de pensar, de mejorar la vida del ciudadano cubano, pensar que ya todo esta hecho y que no hay nada más por hacer, es contrarrevolucionario, pensar que alguien no se equivoca es contrarrevolucionario, no pensar es la mayor de las acciones contrarrevolucionarias, no criticar (¡y no necesariamente con criticas constructivas!) es contrarrevolución. Pensar, suponer, decir que la revolución es eterna, es contrarrevolucionario. Pensar que tu vecino más próximo es tu enemigo, y no hacer nada por cambiar esa relación, no es contrarrevolucionario, es absurdo.