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PATRIA Y HUMANIDAD

POLITIZACIÓN Y DESPOLITIZACIÓN

POLITIZACIÓN Y DESPOLITIZACIÓN

Una ecuación dialéctica

Luis Sexto

Al pretender escribir de política habría que empezar por definirla. ¿Qué es? Un término sumamente polisémico. En la historia de la filosofía hay diversas definiciones: entre otras, una se refiere a la teoría del Estado; aquella  a la del derecho y a la moral según Aristóteles; y esta se relaciona con el arte y la ciencia de gobernar, que comparto porque es la que nos corresponde en este artículo.

La vanguardia y el aparato políticos podrían estar preocupados por fortalecer al Estado, para convertirlo en el “estado fuerza”, como teorizó Maquiavelo, mediante la politización, con base filosófica, de la ciudadanía. Pero al ciudadano común le interesa más la política aplicada, el arte y  la ciencia del buen gobierno, cuya finalidad consiste en  construir y preservar  una sociedad ordenada, y proveer, en justicia,  los medios fundamentales de existencia.

Por otro costado, el término politización tiene también un significado peyorativo. Con frecuencia escuchamos: “En Cuba la politización es excesiva”. ¿Y en qué país del planeta  el ciudadano no se despierta y se duerme con mensajes en diversos dialectos políticos, como los anuncios comerciales o electorales, o los editoriales de los medios a favor de una injerencia militar,  o justificativos de tal  o más cual compromiso entre partidos?  Pero, ciñéndonos a Cuba, la excesiva politización puede tener su correlato en una despolitización que trata de equilibrar los excesos, trazando un círculo vicioso: te politizo porque te despolitizas, o me despolitizo porque me politizas hasta abrumarme.

A menudo, la política socialista ha recaído en la ritualidad; es decir, ciertos actos se ejecutan porque componen un imperativo, sin que tengan una explicación o una formulación que permita a los ciudadanos asimilarlos conscientemente. Y ello condiciona cierta despolitización, cierto desentendimiento de índole defensiva  ante el predominio de un mayor interés por fortalecer el Estado, y preservar incólume la capacidad decisoria y la invulnerabilidad de sus ministros, que por  exigir y proyectar  el arte y la ciencia del buen gobierno.

El interés de proteger al Estado de cualquier aparente debilidad ha servido, por momentos,  como comodín para justificar la insuficiencia y la deficiencia,  o aplicar un impolítico, y por tanto más expedito,  ahorro del ejercicio de la política. Por ejemplo, recientemente, en una intervención de un alto funcionario del gobierno ante el plenario de la Asamblea Nacional, entre otras informaciones, dijo –cito las ideas
y no las palabras- que nadie espere que como consecuencia de la inminente unificación monetaria, bajen los precios: serán los mismos de hoy.  El pueblo, en mayoría, ante esa formulación inapelable, demandará: Dígannos,  ¿para qué cambiamos?

Está clara la verdad del alto funcionario, a pesar de que no lo vimos ni lo oímos esclarecerla en la TV. Por tanto, lo que hoy cuesta 2.00 CUC en una tienda donde se venda en esa  moneda fuerte, el precio de un mañana previsto, pero sin día fijo, equivaldrá a 50.00 CUP,   para entonces la única moneda vigente, pero sin la fuerza del que será  ya el “extinto peso convertible”. Uno comprende el fundamento económico financiero de la medida. Mas, lo más espinoso de aceptar es el tono y el hermetismo de una decisión, técnicamente justa y necesaria, aunque sin explicaciones plausibles. O lo mismo: los términos empleados por el alto funcionario gubernamental se expusieron desde una posición  extraña a  nuestra política. Si al menos hubiera explicado que al bajar los precios, a causa de una sobrevaloración artificial del CUP, se trastornaría la relación ente oferta y demanda dentro de circunstancias en que la producción e importación de bienes de consumo  se someten a las  irregularidades, insuficiencias y deficiencias de la economía cubana.

Si lo hubiera dicho, o a lo mejor lo dijo y la TV no lo difundió, ni tampoco los demás medios, el ciudadano, en su parecer práctico, podría entender que la situación, sin revaluar el CUP,  no se mordería la cola. Lo contrario, es decir, si bajaran los precios por decisión voluntarista,  con una sola moneda  continuaríamos girando alrededor de los mismos problemas. Desde luego, tanto los diputados como al pueblo, mucho más que conocer una decisión técnica, urgen de la legitimación política,  de la explicación de por qué, aunque no lo parezca, la unificación  monetaria condicionará favorablemente la evolución de la economía en un plazo más prolongado.

Ante determinaciones autoritarias que niegan el ejercicio del buen gobierno, o de renuencias  impopulares  a explicar, mediante el uso racional de la política, los propósitos de una línea de administración o de gobierno, el  ciudadano, como el hijo ante una absurda prohibición paterna, optará posiblemente por el bajo rendimiento, la indiferencia, o el descomprometimiento, y derivará incluso hacia la delincuencia u
oposición. El ciudadano, al no comprender,  podría experimentar una pérdida de fe, o una reducción de sus esperanzas de resolver carencias y satisfacer apetencias. Y experimentará la falsa conciencia de ser “la última carta de la baraja”, o de que ser cubano es un delito en Cuba, como ha expuesto en la web cierto comentario,  poco equilibrado y  sólo valido de argumentos anecdóticos.

Ahondemos, y comprobemos racionalmente que en cierto momento la despolitización es el nombre de una politización a contrapelo de la política vigente. Como diversa es la nación, diversos son también los distintos modos de asumir y entender  la política. Si digo que cierto sector de la juventud rechaza el modo de hacer  política en Cuba, no afirmo que por ello esté despolitizado ese conglomerado de jóvenes, sino que ha experimentado el proceso de manera distinta. No lo dudo, adoptar la  indiferencia ante un mensaje político equivale  a asumir una posición política.

Si aceptáramos que el valor supremo de la política es la honradez,  la reconocida devaluación ética de nuestra sociedad estaría indicando una despolitización en términos generales. Y si continuamos insistiendo en que las consignas y su repetitiva fraseología  componen  el mejor modo de unir, de hacer política a favor de los empeños nacionales y socialistas,  malgastaremos el tiempo. Con frecuencia, el discurso a base de automatismos expresivos y de lemas y consignas, deteriora el acto político: nada clarifica, nada propone, nada advierte,  y encubre, incluso,  con un código de doble moral, las acciones contra la honradez esencial de la política revolucionaria.

Como sabemos, algún grupo se ha politizado despegándose de los ideales a favor del socialismo y de una sociedad independiente, justa y próspera. Y consecuentemente  difunden otras propuestas desde  los extremos de la derecha o de  la izquierda. El sujeto político –en Cuba ha de serlo el ciudadano-,  a la vez objeto de la  política, refleja la vida, las relaciones sociales de diversas maneras; discrimina, elige una cosa por encima de otra. Todo forma parte de la ideología, y también de la política; por ello, al abjurar de una ideología y de su parte integrante, la política,  es casi inevitable albergar otra que, por lo común, suele manifestarse como opuesta. 

Mas, no siempre resulta así. Parémonos sobre otro punto de vista. La emigración opera  masivamente en Cuba como  solución personal a problemas colectivos. En esa opción hay también una base política. Pero ¿de qué política se trata: de la condicionada por las ideologías, o de la funcional,  de la que se expresa en reuniones, en postulados, en rendiciones de cuentas, o de la política que llevamos dentro  sostenida  por aspiraciones o intenciones de prosperidad personal?  En el emigrante posiblemente rija la política de lo que necesito, espero, y no obtengo. No podemos, por tanto, emparejarla a la toma de partido del exiliado, perdedor político cuya  revancha va en sus valijas hacia el extranjero. El emigrante  se marcha, y regresa cuando pueda o estime. Al exiliado, en cambio,  lo sostiene el afán de volver  con la nueva política que  impondrá cuando él sea parte del poder contrario y vencedor.

Las  relaciones  humanas son igualmente éticas y políticas. Aceptar lo que el otro dice es una actitud política; negarlo también. Como es también una actitud ética escuchar al otro, incluso ponerse en su lugar de modo que sus necesidades e intereses modifiquen nuestras actitudes. Ética y política, si hablamos de la ética y la política de la revolución, se implican mutuamente. Por ello, la política autoritaria y la democracia teledirigida obran contra los principios éticos de la tradición revolucionaria.

Y si nuestros valores históricos más firmes provienen del  pasado, incluso de las dos o tres décadas iniciales de la Revolución de 1959, algo positivo alienta en nuestra tradición que aún sus valores de solidaridad, libertad, justicia e independencia continúan ofreciéndose como fundamentos preservadores de la integridad de la nación.  Ahora bien, el país está precisamente cambiando, porque enjuicia a cuanto estorba proveniente del pasado inmediato, incluso del más lejano. En la literatura inaugural de la república intervenida de 1902,  ciertos cubanos hallan páginas con manifestaciones todavía presentes en nuestra sociedad. Por ejemplo, en Generales y doctores. Habría, por tanto, que meditar sobre el conflicto social novelado por Carlos Loveira, y precisar su pervivencia entre nosotros a pesar de medio siglo de revolución reivindicadora. Pero no blindemos el intelecto en actitud de rechazo. Estudiemos la propuesta. Porque la herencia histórica advierte que la dialéctica no es una asignatura que se aprueba o se suspende en la escuela; es, sencillamente, un método de análisis y dirección que, por vinculaciones  temporales, tendrá que considerar el pasado - lo que fuimos- para explicar las insuficiencias de lo que somos. Con ello, hemos de salvaguardar los principios éticos de la Revolución. Y  así la ética  funcionará  como  contrapartida  en la impostergable necesidad de  la política de sacudirse tanta rémora logrera y artificiosa, y  de mantener  su coherencia programática.

12 comentarios

Saúl -

La parejita de Víctor r y Yelina cree en la despolitización de la vida cotidiana en la sociedad burguesa. Desde la invitación a vivir con un signo de exclusividad en el consumo, hasta los precios en las tiendas, el arte barato, la pornografía, todos son formas de politización de la vida cotidiana en las sociedades burguesas. El consumo y la aparente despolitización son afanes politizadores de quienes tienen el poder: desarman al pueblo. esa es buena política allí. Aunque es malo que lo ignoren.

victor/yelina -

Se da, desde los referentes actuales de las hegemonía burguesa global una ofensiva para la despolitización de la vida cotidiana. Parace que aquí mucha gente lo ignora. Eso es malo.

Daniel -

Una vez más, como siempre ha sido habitual en sus abordajes de la vida nacional, el tino y la ética le caracterizan. Suscribo cada palabra escrita y cada mensaje subyacente y me uno a las loas escritas por todos los comentaristas que me han precedido. Y reitero su manejo del término ¨política¨ en tanto arte...arte de gobernar. No por gusto el ingenio popular ha acuñado una frase fabulosa que dice No es lo mismo con guitarra que con violín¨...y nosotros en nuestro país a lo largo de las últimas cinco décadas hemos tenido personajes que pasan del ¨tres¨ a la ¨guitarra¨ y hasta pretenden tocar un ¨arpa¨ en una Orquesta Sinfónica...No, la maestría, el rigor y la excelencia no nos adornan en tantos campos...y la música no nos puede salir bien y satisfacer a todos...No...Yo trato de conocer y estudiar sobre casi todo y al final me doy cuenta que apenas conozco y domino un par de campos...muchos debemos repetir como Sócrates: ¨Tanto sé, que sólo sé que no sé nada...¨

El Oriental -

Buenas tardes maestro, Excelente articulo Ud. como siempre con esas escrituras magistrales. Solo voy a decir algo, no existen políticos, lo que existen es politiqueros de oficio, , que aprovechan, los resentimientos, la debilidades y las angustias de los mas desposeídos, para manipular y sembrar odio y rencores y esos politiqueros aprovechan oportunamente eso para mantener sus prebendas.

nsf -

JoLuBaro...mas alto , posible, mas claro lo dudo.

JoLuBaRo -

Luis, una de las ocasiones que más oigo la opinión de que aquí todo se politiza, es cuando por ejemplo se abandera a una delegación deportiva ¿Y dígame si no es así? Carteles y figuras políticas aparecen en casi todas las instalaciones deportivas ¿Es o no es así? Y no es que uno esté en contra de lo que pueda decir el cartel, pero es que eso no se ve bien. Por otro lado, es cierto que se dice que la mayoría de las personas que abandonan el país, ya sea definitivamente o no, lo hacen por motivos económicos. Pero yo me pregunto ¿acaso la economía no está regida por la política imperante en un país? O es que para clasificar como "emigrante político" hay que llegar afuera diciendo la ya conocida frase de que "me persiguen por mis ideas políticas". Una cosa sí que es cierta, ni los testigos de jehová de cualquier país pueden enajenarse de la política.

Jose Diaz -

Excelente su articulo Luis, hace tiempo no escribia, lo escrito por agapito es la pura verdad. Tal vez en otros 50 anos mejoramos, recuerda Revolucion es no mentir jamas y mira que se ha mentido

Agapito -

A mi modo de ver se esta produciendo un distanciamento entre los politicos ortodoxos cubanos y la gran masa del pueblo que calladamente espera un cambio en su status economico que no se acaba de producir,a pesar de promesas y experimentos.La gente nesesita cambios que sean apreciablees y a corto plazo,de lo contrario cada vez seran mas los que piensen que los que dirijen estan desvinculados de sus gobernados.Lo peor a mi juicio es que el objetivo de la direccion del pais sigue siendo controlar, mantener el poder y el status (y prebendas)al precio que sea nesesario.Los que hoy en dia no tienen(ni salario adecuado,ni transporte,ni viviendas,ni acceso a internet,ni adecuada alimentacion)por solo mencionar algunas de las mas comunes carencias,hoy en dia aspiran a emigrar y resover sus problemas individualmente a sabiendas de que han perdido demasiado tiempo confiando en quienes no los representan adecuadamente.

Roberto -

Creo que Lenin dijo que la religion es el opio de los pueblos, yo creo que el verdadero opio de los pueblos es la politica por separar familias, amigos y pueblos en general, llevandolos a veces a cometer actos de violencia y hasta crimenes. Por su parte todos los politicos, sea cual sea su posicion, sin excepcion "sirven al pueblo", solo que la inmensa mayoria tiene un nivel de vida muy superior al pueblo al que "sirven" unos por puro oportunismo y otros porque terminan creyendose los unicos capaces de guiar y dirigir por decadas. Creo que la humanidad dara un gran paso de avance cuando encuentre nuevas formas de gobierno, tal vez los avances tecnologicos permitan algun dia librarnos de politicas y politicos.

Daniel Franco -

Sr. Luis, muy profundo su articulo de hoy, no se si lo comprendi bien.
Pero voy a dar mi opinion, consider que si se ha politizado demasiado todo en vivir del ciudadano, pero imponiendole una politica y una ideologia.
Al triunfar la Rev. en el 59, muchos pensaron que surgiria un gob. que echara fuera todo lo mal echo, pero mantendria vigente los logros que se habian obtenido a pesar de solo llevar 57 anos como nacion independiente.
Pero al borrar de un plumaso todo lo anterior incluyendo los logros, convertimos todo en la nueva politica que considerabamos que era correcta y aun cuando se ha demostrado que era un fracas en su mayor parte (economia). los jovenes se han distanciado de la politica y buscan otros caminos, aunque irremisiblemente los llevan a nueva politica.
Mientras no se escuchen todas las voces, ya que todo el que discrepa no es un mercenario, no enderezaremos la politica dentro de Cuba.

Modesto Reyes Canto -

La política es tan abarcadora y repetitiva a la vez, que en lo particular, después de escuchar muchas veces el cuento de nunca acabar, pero siempre con el mismo empezar, me dio por tratarla de definir.Aunque se que de una manera políticamente incorrecta. Aqui le dejo, Maestro y amigo, algo titulado, festívamente, DICIONARIO POLITICO. Saludos: Modesto Reyes Canto.
DICIONARIO PLOLITICO.


“La política siempre es la misma y lo único que cambia en ella son los rostros” (yo)


POLITICA: Es el arte que te enseña a romper lo que no está roto y desorganizar lo que está organizado y cuya herramienta principal para lograr los objetivos, es el nombre de la Patria.
PRESIDENTE: El mejor de ellos es lo que viene dentro de una botella de cerveza con el mismo nombre.
PACTO: Orine de los politicos para marcar territorio.
SENADORES: Un grupo de políticos siempre listos para ir a cenar donde quiera que escuchen el sonido de cubiertos anunciando buena cena y gratis.
ELECCIONES: Oportunidad que se le brinda al elector para que pueda ir a botar su voto.
PROMESAS: Parte principal en el discurso de un político en campaña electoral.
PARTIDO: Agrupación política creada con la finalidad de partir por el medio a todo el que le vaya a la contraria.
MINISTRO: Funcionario nombrado por el Presidente para tener alguien a quien echarle la culpa de sus brutalidades.
POLITICO: Ladrón que ya no usa pata de cabra y antifáz que le cubra el rostro cuando va a robar.
DIPLOMACIA: Lenguaje ipócrita que utilizan dos grupos de políticos con intereses distintos, cuando verdaderamente lo que se quieren es mentarse sus respectivas madres.
DISCURSO: Medio que utiliza un orador político para decir mentiras y esconder verdades.
ABUNDANCIA: Lo que promete un político en año de elecciones.
GUERRA: La que arman los viejos políticos para que la peleen los
jovenes.
PATRIA: Pedestal de los políticos oportunistas.
PUBLICIDAD: Medio en que se apoya un político en campaña electoral para que digan de él todo lo bueno que no es.
VOTANTE: Alguien que en la mayoría de las veces bota su voto.
BOLETA: La que se utiliza para emitir un voto y para que los políticos demuestren sus habilidades de prestidigitador.
DINERO: Sin ese no gana una elección ni un santo bajado del cielo.
Autor: Modesto Reyes Canto.

Al Mendron -

"Ni lo vimos,ni lo oimos esclarecerla en la tv"...Y mi pregunta es:Hasta cuando seguiran las sesiones del parlamento cubano siendo un secreto de estado.En cosas en que a todos concierne,no es mejor tener una abierta participacion al menos visual para los ciudadanos que son los que han"elegido" a esos delegados.De lo contrario seguiran levantando la patica a escondidas y a espaldas de los electores.