EL ATEÍSMO COMO RELIGIÓN
Por Luis Sexto
De Montano, hereje del siglo II después de Cristo, sobrevive en el cristianismo cierto gusto por el martirio. La iglesia Católica Romana, en particular, suele sentir gozo bajo el statu de “iglesia perseguida”. Paralelamente, de los socialismos utópicos o primitivos de los siglos XVIII y XIX pervive cierto complejo de “verdugo”. Y, así, existen pocos cristianos que en momentos difíciles no se regocijen por la oportunidad de evocar carnalmente las épocas del circo romano, ni ateo militante que no se sienta llamado a ejercer de “león”, al menos ideológica y discriminatoriamente, sobre la conciencia de los creyentes.
Viendo el cuadro, uno se percata que la ley dialéctica del retraso relativo de la conciencia social con respeto a la Historia se apega a las verdades del hombre y la sociedad. Los términos predominantes en este litigio, en lo que a las fuerzas revolucionarias atañe, parecen estar detenidos en estaciones de dos, tres o más siglos antes. El análisis y juicio de la religión se concentra en dos o tres aparentes verdades: Todas las religiones conspiran contra el Hombre; todos los creyentes son ingenuos o tontos y todos los sacerdotes e iglesias son farsantes e hipócritas. Por supuesto, habré de decir que esos enfoques poca o ninguna relación los une al marxismo o al leninismo, aunque ciertos “marxistas” o ciertos “leninistas” les gustaría fundar una internacional contra la religión y los religiosos.
La experiencia de los últimos 100 años nos revela que lo menos marxista de Marx resulta posiblemente alguna porción de sus adeptos, que le estrujan sus páginas con aplicaciones e interpretaciones encartonadas, tan dogmáticas como los principios de ciertas iglesias. Alguien ha dicho que el peor marxismo olvidó que el hombre es también materia. Pienso, paralelamente, que el marxismo menos humano y menos preciso fue el que olvidó que el Homo Sapiens coexiste con el Homo Demens, es decir, el hombre de la subjetividad, de la fantasía, de la soledad, la angustia, del que siente y experimenta, según Spinosa, que “es eterno” porque si no la vida significaría solo una toma de oxígeno sin sentido. ¿Por qué somos, de donde venimos, hacia dónde vamos? Se preguntan el filósofo y el poeta, y también, a su modo casi inconsciente, entre neblinas, se interroga el hombre común. Pero cuando lleguemos a la sociedad perfecta y pasemos “del reino de la necesidad al de la libertad’ –sueño de los revolucionarios-, ¿habremos con ello eliminado las pasiones, las frustraciones, la angustia, la fragilidad de cada individuo? ¿Encontrará la persona humana el consuelo en sí misma; dejará de punzarlo la inexorabilidad de la muerte y por ende no necesitará “la fantasía” de Dios?
Vivir en Cuba me ha dado múltiples privilegios, entre ellos de ver o sufrir el error y después alegrarme por su corrección. A principios de los 60 del sigo XX, el episcopado católico, casi todo de origen español y de resonancias políticas vinculadas a la Falange y al régimen de Franco, se enfrentó a la recién triunfante revolución de Fidel Castro. Y como secuela de esa pugna, se extendió por la conciencia revolucionaria del país el rechazo y la desconfianza hacia todo cuanto mostrara signos de religiosidad. Del combate político contra manifestaciones contrarrevolucionarias dentro de las iglesias, se derivó a la lucha ideológica. El cristiano, en particular católico, se trocó automáticamente, mediante una falsa conciencia, en sinónimo de enemigo de la revolución. Pocos pudieron combinar su apoyo a la causa del pueblo y su fe religiosa. Hubo –sea dicho honradamente- una conducta injusta desde el lado revolucionario. Las creencias religiosas invalidaban para ciertas carreras universitarias, ciertos trabajos, incluso para militar en el Partido Comunista. Muchas de esas limitaciones no aparecían en leyes ni documentos: las condicionaban actitudes individuales que contaban con anuencia social.
El primer congreso del Partido resolvió política y teóricamente la dicotomía. La resolución sobre la religión, la iglesia y los creyentes determinó, de acuerdo con Lenin, que la batalla por la conciencia científica de los trabajadores, es decir la "lucha contra la religión", estaba supeditada a la construcción del socialismo y había que sumar también a los creyentes. Tres años antes, en 1972, Fidel Castro había afirmado, en una reunión con sacerdotes y laicos, en Chile, que los cristianos eran aliados estratégicos de la revolución. Sin embargo, las políticas y declaraciones pluralistas y unitarias no pudieron impedir que el ingreso en el Partido Comunista continuara prohibido a los creyentes. En 1990, Fidel terminó con ese, quizás único, vestigio de discriminación en Cuba. Desde el cuarto congreso del Partido, en 1991, los creyentes que sean ciudadanos ejemplares pueden aspirar a la militancia política junto con los más destacados trabajadores del país. No sé cuántos creyentes quieren militar o ya militan. Tampoco cuántos comunistas ateos desean de verdad compartir los fines y la disciplina del Partido con sus compatriotas religiosos. Pero la justicia ha ganado el diferendo: el derecho eliminó los exclusivismos. Al año siguiente, la referencia a la concepción científica del mundo, como norma ideológica en la Constitución Socialista, renunció a su espacio para que la condición laica rigiera la vida nacional con mayor espíritu de pluralidad. Porque, está claro, la unidad política, el apoyo a un programa político, no entraña obligatoriamente unidad filosófica. “Qué seríamos, míseros humanos –dijo Proudhon- si los creyentes no valieran más que las creencias.”
No parece sensato practicar un ateísmo excluyente, tan excluyente y acérrimo como cualquier doctrina fanatizada, cuando hoy mundialmente el movimiento de la teología del pluralismo religioso intenta quebrar exclusivismos y milenarismos, y el reconocimiento, aunque entre negaciones, de las “semillas del Verbo” – es decir, la cuota de verdad de cada religión- adoptado por el Concilio Vaticano segundo, todavía continúa desbrozando intolerancias, ¿En suma, qué separa al ateo del cristiano o del musulmán o del budista? La fe o su ausencia. ¿Y es inteligente dividir a los hombres y mujeres del mundo en creyentes y ateos? Si es repudiable discriminar a los negros o a los asiáticos por sus características étnicas en oposición al blanco europoide, y a la mujer por su sexo, llamado débil, con respecto al del varón, es condenable, de igual forma, echar a un lado de la raya al creyente y hacia el otro al ateo. De esa operación discriminadora se obtiene un resultado: la división artificial de las fuerzas del progreso.
¿Yqué ventaja posee el ateo por sobre el creyentes? Ah, ¿acaso el desvirtuado apotegma de Marx de que la religión es el opio del pueblo? El jurista y filósofo cubano Julio Fernández Bulté en un artículo titulado genéricamente Socialismo y Religión, fechado en el 2000, demuestra cómo se ha asumido, con crédito de programa y una definición “ex catedra”, la frase de autor de “El capital”, sin tener en cuenta su contextualización epocal y geográfica. Marx no se refirió, según el doctor Fernández Bulté, a la religión en general, sino que “es a esa versión concreta de aquella religión supuestamente criticada por Hegel a la que califica de opio del pueblo”. Este trabajo pueden confrontarlo en “Futuro del socialismo y religión cristiana en Cuba”, libro de varios autores y que publicó la editorial Nueva Utopía, en Madrid.
Mal opio podría ser, pongo de ejemplo, una religión, como la cristiana católica, que en América Latina ha inspirado a laicos, sacerdotes y obispos a luchar o morir por la liberación de los pobres: Romero, Torres, Sardiñas, Ellacuría, Espinal, Helder Cámara. El cristianismo fue una religión que, en sus inicios, hace 20 siglos, empezó a erradicar y cambiar los conceptos sociales fundamentados en la opresión. Me enviaste un esclavo y te devuelvo un hombre, algo así dice san Pablo a uno de sus discípulos. El cristianismo fue una revolución en las ideas y comenzó por liberar espiritualmente a los seres humanos, con lo cual confirmó que la libertad surge en el interior del hombre, porque primeramente necesita personalizarse. ¿Podemos dudar de que todo cuanto advino después en el plano ideológico de Occidente está humedecido por el cristianismo, a pesar de torceduras y agravios institucionales?
Malos socialistas, y mal socialismo por tanto, a su vez, podrían ser cuantos conciben un proyecto de sociedad que no reconoce, ni respeta las tendencias y las pasiones humanas. O que se funda intentando unificar, globalizar la conciencia individual e impone una cosmovisión que, a la larga, por su encarnizado fanatismo se convierte en una confesión. Raúl Valdés Vivó, director de la escuela de cuadros del Partido Comunista de Cuba, escribió un libro precioso, publicado a fines de la década de 1980, con título de “El bonzo de Kioto”. Todas sus páginas se resuelven en el diálogo culto, tenso, profundo, entre un enviado de Cuba que procura convencer a un monje budista, de general crédito entre sus correligionarios, a que condene la agresión de los Estados Unidos a Viet Nam. Valdés Vivó plantea, en síntesis, la posible alianza entre revolucionarios y creyentes. Y afirma una verdad clave: todo cuanto se pueda discutir sobre la existencia o no existencia de Dios se sabrá exactamente, o no se sabrá nunca, después de la muerte. Y nadie volverá para legitimar la verdad o rechazarla. Su posición es, bien juzgada, muy práctica: elimina la contraposición e incluye respetar la fe del otro.
De qué, pues, estamos hablando. ¿De perder el tiempo? ¿De restar en lugar de sumar? Nos dedicamos a criticar, ofender, insultar las creencias y a los sacerdotes y jerarcas de unos hombres y mujeres que deben de ser nuestros aliados, mientras el yanqui desguaza a Irak, y prepara la otra guerra en Irán, y el orbe se desmenuza con el maltrato contaminante de modo que nadie puede discernir hacia dónde enrumbará la nave humana. Si fuera necesario dividirnos habría que hacerlo poniendo a los que aman la paz y la libertad de esta parte de la barricada y a los que la odian y persiguen de la otra. Solo así estaríamos actuando acompañados de la escurridiza deidad de la razón. Si los abanderados de la generosidad –diría Bertolt Brecht- no somos generosos de qué servirán nuestras banderas.
56 comentarios
Ricardo -
En torno a la Educación para la Ciudadanía
GREGORIO PECES-BARBA MARTÍNEZ 07/08/2007
El presidente del Gobierno, en el Congreso de las Juventudes Socialistas, ha contestado con contundencia a la posición de los obispos y de la jerarquía católica española contra la asignatura Educación para la Ciudadanía. Ha dicho que no se puede contraponer la fe a la ley en una sociedad democrática como la nuestra. Menos se pueden oponer las ideologías temporales sustentadas por esas jerarquías que asumen una cultura tradicional antimoderna y clerical que se opone a muchas conclusiones legales del Estado democrático, y que pretenden vender como la verdad que nos hace libres.
Ahora toca Educación para la Ciudadanía, antes fue el divorcio, el aborto, la enseñanza de la religión, el matrimonio entre homosexuales, la Ley de Educación e incluso dimensiones de la financiación que les parecen insuficientes.
Desde una arrogancia extrema, una sensación de impunidad y un insufrible sentido de superioridad, derivada de que administran "verdades superiores", llevan años desafiando a las autoridades legítimas, a la Constitución y a la ley intentando imponer sus criterios frente al interés general y a la soberanía popular residenciada en el Parlamento. Frente a esas actitudes, el Gobierno ha tenido una política de moderación. Ha evitado las confrontaciones y ha retirado los aspectos más delicados del programa de Educación para la Ciudadanía, aunque están aprobados por leyes del Parlamento. Ninguna de esas actitudes ha calmado la beligerancia de los cardenales y de los obispos, que siempre buscan nuevos conflictos para la confrontación. La inmediata contestación a las palabras del presidente, con un tono desafiante, es el último signo de su rebelión frente a la Constitución y a la legalidad. El cardenal Cañizares ha acusado al Gobierno de ir contra la sociedad y ha defendido el papel de la Iglesia como impulsora de los derechos humanos. (sic) La inocencia histórica basada en el olvido de todo lo que han hecho les permite esa buena conciencia, aunque esté construida desde la mentira histórica. Mantienen firme su arraigada idea de que son depositarios de verdades que están por encima de las coyunturales mayorías y de la soberanía popular, en un documento colectivo que publicaron en 1988.
En definitiva, sólo aceptan la democracia con la boca chica, y fundamentalmente para lo que les favorezca. Por su actitud ante muchas leyes que son expresión de la mayoría parlamentaria se ve que en el fondo permanecen con los principios anti-ilustrados, que se expresaron en los documentos pontificios del siglo XIX, desde la Mirari Vos de 1.832 a la Libertas de León XIII. Con este espíritu declararon Cruzada al levantamiento militar, legitimaron con sus gestos la idea de que Franco respondía ante Dios y ante la historia y respaldaron la represión terrible que se produjo contra los vencidos.
El paréntesis de aire fresco de Juan XXIII y de Pablo VI fue sólo eso, como lo fue la etapa del cardenal Tarancón. Desde entonces han vuelto a las andadas en la Iglesia universal con Juan Pablo II y Benedicto XVI, con especial repercusión en España frente a la mayor neutralidad de otras iglesias europeas, que están en su sitio y no fuera de toda contención como la actual Iglesia española.
Muy falta de rigor intelectual, la Iglesia jerárquica aplica continuamente la técnica de los dos raseros y de las dos medidas. Impulsa y apoya la formación del espíritu nacional, asignatura obligatoria durante el franquismo, que extendía la ideología corporativa y falangista de aquel régimen y aceptaba que la enseñanza de la religión fuera obligatoria para todos creyentes y no creyentes, y ahora exige la enseñanza de la religión en horario escolar y evaluable, y también rechaza que no tenga alternativa; en su confusión ataca al divorcio y al aborto y sigue sin condenar la pena de muerte. Parece, aunque no lo confiesen, que su modelo es Irán donde el islamismo, la religión manda sobre las autoridades y sobre el propio presidente de la República y donde la pena de muerte no sólo está vigente sino que se aplica con abundancia. Naturalmente sin aceptar el islamismo, es imposible seguir su modelo en los contenidos, aunque sí les gustaría poder aplicar sus formas.
En este tema de la Educación para la Ciudadanía tienen el seguidismo inexplicable del Partido Popular, que está haciendo de fuerza de choque de esta cruzada contra la recta formación democrática de los ciudadanos. Están tirando piedras contra su propio tejado para favorecer una mentalidad clerical que les dificultará mucho gobernar cuando los ciudadanos les reclamen. Es tal su ceguera y su decisión para expulsar al Gobierno socialista y para ocupar el poder que apuestan por este escenario con hegemonía de la Iglesia-institución sin pensar el daño que hacen así a la España civil. Está visto que los que se llaman liberales como la Esperanza Aguirre apoyan estas campañas que Stuart Mill, el granliberal, repudiaría si viviese. Una mezcla de ignorancia y de inconsciencia respecto al daño que producen y de rencor hacia las actuales autoridades les llevan a este peligroso seguidismo, que ninguna derecha europea seria puede apoyar.
Además de la falta de fundamentos intelectuales para justificar el rechazo de la Educación para la Ciudadanía, con posturas que contradicen la evolución de la modernidad, con la secularización de la moralidad, con la tolerancia, con el pluralismo y con la idea de la persona centro del mundo y centrada en el mundo, su oportunismo y su falta de rigor desmerecen su postura ante los sectores ilustrados y libres que son mayoritarios en la sociedad española. Se aprovechan de su inmunidad, que es impunidad, y juegan sucio ante un poder político que no quiere enfrentarse con la jerarquía. En su insensatez están alentando un imposible movimiento de objeción de conciencia que carece de cualquier posibilidad de prosperar, ocultando que realmente propugnan la desobediencia civil, que puede conducir a quienes les sigan, entre los padres de familia, a un muy grave perjuicio puesto que sus hijos no podrán acabar el nivel de enseñanza correspondiente sin Educación para la Ciudadanía ni obtener el grado.
Me dicen que un sacerdote de Toledo está haciendo una tesis doctoral sobre mi obra, que se titularía, según las buenas fuentes que me han informado, "De la destrucción de la verdad al totalitarismo. El pensamiento de Gregorio Peces-Barba". Me cuesta creer que sea cierto, pero me aseguran que lo es. Prefiero discutir de ideas y no interferir en temas personales, pero me parece que están volviendo a las andadas de condenar a quienes les llevan la contraria. Ya otros españoles anteriores, como Fernando de los Ríos o Manuel Azaña, entre muchos más, sufrieron en su tiempo las embestidas de una jerarquía montaraz. En un discurso pronunciado en enero de 1850 en la Asamblea Legislativa sobre la libertad de enseñanza, Victor Hugo identificó con precisión a esta Iglesia que rechaza la modernidad: "Impide a la ciencia y al genio ir más allá del misal y quiere enclaustrar el pensamiento en el dogma. Todos los pasos que ha dado la inteligencia en Europa, los ha hecho a su pesar. Su historia está escrita en el reverso de la historia del progreso humano. Se ha opuesto a todo... no hay un poeta, un escrito, un filósofo, un pensador, que acepten. Y todo lo que ha sido escrito, descubierto, soñado, deducido, ilusionado, enajenado, inventado por los genios, el tesoro de la civilización, la herencia común de las inteligencias, lo rechazan...".
No pueden ni deben seguir por ese camino ni tensar tanto la cuerda. Son responsables de la agitación que impide la paz social y beligerantes contra la política del Gobierno y contra cualquier progreso. Deben sosegarse y permitir el desarrollo normal de la sociedad civil, sin sus constantes interferencias, sin hostigar a los heterodoxos ni despreciar a las conciencias individuales que no coinciden con sus planteamientos. Deben tener más respeto a los disidentes y evitar maldecir y condenar todo el tiempo. Si este nuevo clima no se consigue en la próxima legislatura, habrá que abordar el tema de la acción y de la situación de la Iglesia y establecer un nuevo estatus, que les sitúe en su sitio y que respete la autonomía de la autoridad civil.
Gregorio Peces-Barba Martínez es catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid.
Stefano -
http://nobeliefs.com/nazis.htm
http://s43.photobucket.com/albums/e372/tlthe5th/nazi-vatican/
los curas del Reich
Anonimo Perez -
Stefano -
Anonimo -
Stefano -
La prensa "libre" de otros paises hablan toda hora de algo errado de Cuba, ke hay intolerancia etc.
Esa misma prensa (casi) no habla de los crimenes cristianos: el Ambrosiano, la grand red de pedofilia, amistad con la cosa nostra, ayuda al III Reich etc.
O sea... Cuba es "Satanas"??? La gielsia es "Dios"???
Fabian Pacheco Casanova -
Gualterio Nunez Estrada -
Fabian Pacheco Casanova -
Fabian Pacheco Casanova -
Enrique Martínez -
Erick -
Conversando te dire que las personas de izquierda a veces moderadas como Gualterio tiendes a exagerar un poco las bondades de Cuba, que tu mas que nadie conoces y las miserias de los Estados Unidos de las cuales yo he disfrutado por casi 40 anos. Eso de que te botan de un hotel es muy dificil. Esto es un estado de derecho y aun cuando se cometen errores porque no es perfecto, tu tienes el derecho a la replica. Si a un pobre lo botan de un hotel, va a la asociacion de Libertades Civiles y le mete una demanda al hotel que con todo el dinero que el hotel le tiene que dar, puede comprar el hotel despues. Asi que eso no es asi y el dueno del hotel se cuida mucho. Con respecto a lo de los vecinos y la familia, todo depende de que vecinos y que familia. Es cierto, y al Cesar lo que es del Cesar, que la poblacion de los EU es mayormente urbana y en las grandes ciudades, la gente tiende a ser mas fria, pero igual pasa en Francia o en el Vedado comparado con Calimete o Manicaragua o cualquier pueblito del midwest americano, donde todos se conocen y se saludan a diario. Tiene razon Gualterio en lo del relajo de Cuba y la organizacion de este pais. Esto es mucho mas serio que America Latina, pero eso es idiosincracia y lo mismo pasa entre la frialdad inglesa y la gozadera peninsular o insular espanola o italiana. Te puedo decir que este es un gran pais y que hay gente muy buena igual que en todos lados tambien hay gente muy mala. Para mi esto no es perfecto, pero lleva mas de 200 anos buscando la perfeccion. Hay gobiernos que se acercan mas y otros que se alejan, pero gracias a Dios, tienes la opcion de cambiarlos cada 4 anos.
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Anonimo -
Anonimo -
Enrique R. Martínez Díaz -
Enrique R. Martínez Díaz -
Stefano Barbosa -
Stefano Barbosa -
http://nobeliefs.com/nazis.htm
http://s43.photobucket.com/albums/e372/tlthe5th/nazi-vatican/
la iglesia es 1 de las instituiciones mas sucias y tiranas de mundo. es sabido ke los curas apoyaran muchos gobiernos canallas en la historia incluso nos nazis!!
todo eso en troca de $$$$$$$$!
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Erick -
Anónimo -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Ricardo -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Enrique Martínez -
Gualterio Nunez Estrada -
Erick -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Catolica, como la Ortodoxa en Rusia a la "rus doma", con la cultura y la identidad nacional como la fuente original de nuestras aspiraciones actuales. Yo no se si el Vaticano vera esto asi, porque, en primer lugar no soy teologo, y en segundeo lugar es comunmente acepta la separacion Iglesia-Estado, que para mi es hasta cierto punto... Gualterio Nunez Estrada, Sarasota, Florida, 34233, USA.