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PATRIA Y HUMANIDAD

BUENA VOLUNTAD, AJEDREZ Y GAVILANES

BUENA VOLUNTAD, AJEDREZ Y GAVILANES

Luis Sexto

El atrincheramiento ante un sin fin de hostilidades, incluso con olor a pólvora en inglés o en español, veló en los últimos 50 años una verdad ahora más evidente en Cuba: Si el socialismo solo intentara promover el bienestar de quienes les son afines, debe encerrarse en los ganchos de la suspicacia. Porque organizar a la nación sobre bases socialistas, implica el cumplimiento del apotegma martiano de “con todos y para el bien de todos”.

Pero en esa frase programática se juntan, en un problemático consorcio, el ideal propuesto por el más lúcido de los fundadores de la república -Martí, que la quiso cordial y moral-  y los peligros y obstáculos  para concretarlo. Porque, cuál es el bien para todos y quiénes son todos: ¿También la Fundación Cubano Americana? ¿O la llamada Vigilia Mambisa? ¿Hay coincidencias en los que estos entienden por el “bien” y el “todos” y el criterio de un obrero o de un campesino?

Ello es, a fin de cuentas,  lo que está en debate. La propaganda anti socialista, que se autocalifica de “anticastrista en una síntesis reductora”, invalida a Cuba por no ajustarse a los patrones de la democracia norteamericana. Y en consecuencia echan sobre el gobierno revolucionario, entre otros cargos,  la culpa de que más de un millón de cubanos vivan y malvivan en el “exilio”,  y que en  mayoría ilustran un natural flujo migratorio de raíz económica, aunque adoptara en la generalidad un forzado perfil político. Sustraigamos de ese número, desde luego, a los verdaderos exiliados, es decir, a los que aspiran a recuperar el poder y la riqueza perdida a partir de 1959 y a ciertos emigrados de fin de fiesta que han visto en el “anticastrismo” un negocito  que apuntala su presente doméstico y, quizás, garantice un futuro expediente político en esa Cuba que pretenden hacer nueva resucitando  la vieja. Vieja, en efecto. Pues qué otra Cuba nueva podría existir con las antiguas fórmulas del protectorado que ya sufrimos los cubanos en la república plattista,  y luego neocolonial.   Si los nostálgicos dudáramos, consultemos el censo de población y vivienda de 1953, publicado en Bohemia, para comprobar qué era entonces en Cuba el “con todos y para el bien de todos”.

Veamos también que, contraria y paralelamente,  muchos dentro y fuera de Cuba oran y laboran  por la reconciliación, y otros incluso la recomiendan. Y como reconciliar significa volver a conciliar, es decir, a vertebrar lo que estaba separado, posiblemente cuantos lo desean merezcan, en principio, ser reconocidos como personas de intenciones limpias y  patrióticas. Quieren, en particular, invertir sus dineros en Cuba, para sentir a la patria como un espacio concreto y no como una estación para vacaciones o visitas familiares. Ni la añoran como una próxima reconquista.

Cuba, de modo inevitable, habrá de resolver el conflicto migratorio que los Estados Unidos le fomentaron -recuérdese la operación Pedro Pan-, y que fue agravado por la rigidez de una defensa interna cuyo enconamiento ha derivado en una  mirada de reojo hacia el acto d emigrar,  hasta cierto punto normal durante un período en que la violencia del Norte justificaba un excluyente atrincheramiento. A mi parecer, sin embargo, la primera prioridad sería extirpar los permisos de salida, modificar el tiempo máximo para andar fuera y sobre todo permitir el regreso del que se haya ido definitivamente o no retornó al vencérsele la vigencia de su permiso, y necesiten ahora retornar también definitivamente. A muchos,  en Europa, cito como ejemplo más claro, decenas van y vuelven a los consulados cubanos pidiendo la vuelta: les falta trabajo, entre otros valores; la “tierra prometida”  que los llamó con ofrendas de miel,  les falló. ¿Triste cuadro? ¿Ya injusto? ¿Soluble?  Sí; soluble por triste y por injusto.

Lo demás, ese anhelo de participación económica de un sector del empresariado de origen cubano en los Estados Unidos, afronta, de acuerdo con mi modo de ver,  un por ahora irresoluble problema: Washington.  Frente a la cincuentenaria guerra fría -por momentos caliente-, esa propuesta, comprendida en una ley cubana de inversiones extranjeras en los 1990,  adopta  para muchos compatriotas del archipiélago el perfil de un caballo de Troya. Y esta última visión está condicionada por el diferendo entre los Estados Unidos y la revolución cubana. Por tanto, quienes en el extranjero insisten, por patriotismo, ayudar a renovar la sociedad cubana, tendrán que aceptar, primeramente, que con bloqueos comerciales y crediticios a Cuba le resulta muy complicado desarrollarse. Ni siquiera con ventas de alimentos por empresas norteamericanas. El problema no consiste en que los Estados Unidos le vendan a Cuba, sino que el comercio fluya en doble dirección y permita a otros invertir y prestar sin riesgos de sanciones y multas.

Y aunque el conflicto migratorio se diluya en la mutua comprensión, el bienestar de todos y con todos tendrá que estar protegido de la polarización de castas o clases poseedoras de los bienes principales, y salvaguardada del mercado faraónico y la dependencia extranjera. Si fuese lo contrario, entonces la república se dividiría esencialmente contra si misma: pocos con mucho y muchos con muy poco. ¿Antes de 1959 ocurrió de forma distinta? ¿A fin de cuentas, no parece igual de justo que por encima del derecho de los emigrados, ha de erguirse el derecho de los cubanos que no emigraron?

Del lado de allá, se pinta casi improbable que los gobiernos estadounidenses –el de hoy, como los de ayer, y los próximos- autoricen a capitales norteamericanos saltar el Estrecho. Su razonamiento se apoya en la siguiente premisa: Las inversiones de algunos o muchos emigrados legitimarían al gobierno “castrista”. Y por tanto, no sé hasta cuándo, los gavilanes del norte sobrevolarán los patios insulares, promoviendo un terremoto.

De este lado, cada día se tendrá que apreciar con más visión crítica que  con todos y para el bien de todos es un principio que tiende a una aspiración justamente socialista, íntegramente humanista. Y pasará a una norma de más alcance cuando las actuales reformas consigan eliminar las insuficiencias económicas y políticas de un modelo basado en la centralización hermética y en un concepto igualitarista de la igualdad, en cuyas limitaciones influyeron también las circunstancias apremiantes del litigio entre el King Kong norteamericano y el Pulgarcito del Caribe.

La historia, como el ajedrez, comienza con una apertura.  Y se escribe mucho más tarde, para ser más exactos y verídicos. (Publicado en Progreso Semanal)

 

 

9 comentarios

JKX123 -

Lamento decirles que Cuba no va a parar a ningun capitalismo pero tampoco va a continuar con el inmovilismo que el socialismo de corte sovietico nos trajo.
Cuba va en busca de nuevas formas de hacer politica sin que se destruyan los logros positivos alcanzados en la nacion,
Es cierto que necesitamos acelerar las reformas pues no podemos esperar decadas, pero confiamos en que las nuevas generaciones que estan tomando el control del pais sean capaces de llevar a Cuba hacia la prosperidad.

Junquera -

Zombí, no sea mentirosito, no aprietes tanto que los que te leemos no somos bobos. No confundas tus deseos con por hechos. Cuando ustedes están tan inquietos y hablando tanto, aparte de swer un modus vivendi, es porque están preocupados. Yo digo como Gárciga, si es preciso volver al capitalismo, será nuestro capitalismono el de ustedes. Eso no es para morirse.

el zombi de Arroyo Arenas -

No creo que sea capitalismo ni socialismo lo que se vive en nuestro pais en este momento.Si hemos de llamar de alguna manera la situacion actual seria:Inmovilismo Total,lo triste de todo es las ilusiones que muchos forjaron con los prometidos lineamientos,discutidos,aprobados pero nunca aplicados,mientras tanto la economia cada vez funciona menos,los productos que estan por las nubes, encareciendo cada dia mas,la higiene y salud en total bancarrota,ahora hasta con un brote de colera,el que tiene que conseguir una medicina,ni con dinero extranjero la consigue,los mas lastimados son los jubilados para los cuales no se ha promulgado ninguna politica que los ayude ante esta debacle,si esto no es desesperacion,entonces venga el nombre para lo que esta sucediendo,no hay peor ciego que el que no quiere ver,o mejor es ver la paja del ojo ajeno cuando ya es una viga la del nuestro.

El espectro -

Gasparin siempre anda de aca para alla,nunca para de recorrer su pais pero padece de ceguera mental,es decir sus ojos funcionan,pero no ve lo que no quiere ver,el pobre no es capaz de apreciar lo que es evidente,los cuarenta anos de periodista mudo lo han dejado con ese defecto,si no hay desesperacion porque la gente se desespera por irse del pais,en una decada la poblacion del pais apenas ha crecido,pero se estima que unos cincuenta mil cubanos abandonan la patria cada ano,Gasparin tampoco ve,lo que le esta pasando a los jubilados,cuyo magra pension no les cubre ni para lo mas elemental,es decir que el que toda una vida trabajo,ahora tiene que vivir de lo que un pariente le envie desde el extranjero,pero Gasparin sigue sin ver ni oir,por eso ha creado un blog mudo, y cuando alguien le levanta un poquito la voz,lo silencia de un janazo,ya no puede tolerar el ruido de los desesperados,prefiere el silencio complice de los corderos

Alex23 -

Julio preparate para lo que viene, solo espera Fidel y Raul esten fuera de juego y veras los cambios. Nada es eterno, la nueva generacion de cubanos lo que quieren es vivir. Te pasara como los comunistas sovieticos que viven del recuerdo, se venderan las banderas y medallas de la UJC como souvenirs y la imagen del che estara en una botella de ron.Cuba ya esta en el capitalismo miremos a los cuentapropistas y vean, el sistema es un fracaso

Julio Gárciga -

Tú lo demuestras, Alex23: es fácil hablar y meterse a pitoniso, pero sabemos que tú estás loquito por que Cuba vaya al capitalismo. ?Te irá bien o pensarás seguir viviendo del cuento? Hablar así como tú demuestra también una igorancia equina. Habrá que decirte como el clásico a un tonto: zapatero a tus zapatos. Ahora bien, a mi no me preocupa ir o no ir al capitalismo, sino me preeocupa quién nos acompanará en ese viaje. Si hay que ir para salvar la justicia, vamos. Pero el problema radica hacia qué capitalismo. Y no te apures, que si vives en los estados unidos ya pedirás el agua por senas. Ya nada puede detener la bancarrota del otrora país más poderoso de la tierra. La hegemonía cuesta y pronto no podrá pagarla. Pon la oreja en la tierra y escucha los latidos de la crisis.

Alex23 -

Hablar es muy facil, hacer es mas dificil. Cada dia nos acercamos mas al capitalismo esta comprobado ni el comunismo ni el socialismo funcionan. El tiempo nos dara la razon. Miren a la URSS y el campo socialista donde termino. vivir por ver, volveremos a lo que tanto se critico y combatio.

Gasparín -

Duende, aunque tú quieras ser ectoplasmático, no me parece que veas correctamente la realidad. Es correcto lo que dices en cuanto al igualitarismo y la vigencia del principio socialista, pero me parece que te afilias al tremendismo cuando hablas de gente desesperada, eso me parece un toque que disminuye lo razonable que has dicho arriba. En Cuba hay pobreza, pero eso de gente desesperada, no sé, no las conozco y me paso el tiempo andando de arriba abajo. Por ejemplo, uno estaría deseperado si el m,édico no te atendiera a tu hijo enfermo, porque careces de dinero, o no lo pudieras madnar a la escuela. Pero se va al médico, a la escuela, y siempre se come. Está claro, dentro de las dificultades, los problemas, las limitciones, en buena parte creadas desde afuera, es posible que el reajuste de la sociedad cubana, el interés por poner vigente la ley del valor y un mercado controlado, produzca algunas insuficiencias y dudas en la gente. Pero este país tiene una desgracia: si es igualitarista, tú o gente como tú lo critica, si renuncia al igualitarismo, entonces lo critican también. Me parece que lo único que gente así no criticaría es que Cuba volviera al capitalismo. Quisiera oírte clamar por la justicia en ese momento. Quizás, te quedes mudo o el inglés no te permite decir: tengan piedad, por favor.

El Duende -

Hay quien prefiere una y mil veces las desigualdades de hoy, sin que eso lastime su espíritu de justicia social, que el igualitarismo de ayer, seria mas aceptable llamar a una correcta aplicación del principio socialista, “de cada quien según su capacidad a cada quien según su trabajo”, porque lo que hoy estamos fomentando y cada día crece, son las desigualdades, y contra eso no existe ninguna voluntad de limitar, ni es objeto de preocupación y denuncia de intelectuales, periodistas o ideólogos de izquierda, sin embargo el igualitarismo sufrió fuertes ataques mediáticos desde el primer momento que contra el se enfilaron los cañones, y se tomaron acciones, aplicándose los principales recortes y ajustes que ponen al limite la vida digna de importantes segmentos de la sociedad, y sumen en la desesperación a los menos favorecidos y de mas bajos salario o condenados a vivir únicamente de los ingresos de el provenientes.