EL RIGOR QUE FALTA
Por Luis Sexto
Posiblemente, nadie esté en desacuerdo con que, entre las cosas que faltan en Cuba, se incluye el rigor. No el que se iguala con aspereza o estoicismo, como también define el diccionario, y que equivaliendo, además, a capacidad de sacrificio, nos ha sobrado. Me refiero al rigor que es sinónimo de exigencia y cuya notable ausencia ha convertido a nuestras libertades, a contrapelo de las leyes, en una relación cargada de derechos y aligerada de deberes.
¿De quién es la culpa? Si acaso tuviera sentido hallar el gesto que ahuyentó el rigor, culpables seríamos todos. O, más exactamente, es culpa del soñar con el gobierno de una justicia eminentemente ciega e inclinada por sistema hacia el lado de la benignidad. Ha sido un error de humanismo. Porque la sensibilidad revolucionaria gusta de redimir y desatar. Y de ese modo, según como lo veo, el rigor se enredó tras las sutilezas de acero del paternalismo y el igualitarismo. Ambas desviaciones, pretendiendo ser estrictamente justas, consiguen el efecto contrario al juzgar y distribuir según un rasero generalizador de normas y emparejador de personas y actos.
Las consecuencias, que quizás pudieron preverse, se acumularon. Y el auge que hoy alcanzan la indisciplina social, el parasitismo y cierta petulante mediocridad, son en parte secuelas de la mengua del rigor. Y ante esa evidencia solo tocaremos la aldaba de la rectificación, si pasa a ser certeza el principio de que Cuba no podrá conquistar la eficiencia –es decir, independizarnos de la insuficiencia- si no transforma su concepción de la justicia y la atempera a las urgencias de la vida con criterio realista: con la temperatura del momento y el olfato de la meta razonable.
No se trata, desde luego, de modificar la naturaleza solidaria de nuestra sociedad. Por el contrario, tenemos que seguir empeñados en que la justicia social y penal no establezcan privilegios entre el pobre y el más económicamente holgado, el de arriba y el de abajo, el blanco y el negro, el joven y el viejo, el creyente y el ateo. Esa es la esencia que hemos de preservar de cualquier contaminación. Pero, a mi parecer, nuestras relaciones sociales deben salpimentarse con unos granos de competitividad. Y que nadie se espante. No tengamos miedo de esa palabra. Las palabras no definen el contenido. Es a la inversa. El contenido agranda o achica, purifica o ensucia las palabras. Hablo de la competitividad que permita, en rigor, que el mejor se distinga del bueno, el aplicado del indolente, el apto del incapaz, y el que yerra circunstancialmente del que delinque por apego habitual a la marginalidad.
Sin rigor no se camina lejos. Muchos se echarían a orillas del camino. Por lo tanto, el rescate del rigor implica también que la omisión sea sancionable. De omisiones está asfaltada la ruta actual de nuestra sociedad. Y habrá, pues, que llegar a la conclusión de que la indiferencia ante los fenómenos que enracen nuestras aspiraciones de perfeccionamiento, constituyen un acto que, si no sancionable, es evaluable. Con rigor. (Publicado en Juventud Rebelde, La Habana)
30 comentarios
tetsuro tamba -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
reyhavana -
Kurt Mailburn -
Un abrazo a todos menos a uno
balsamo de shostakovich -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gabriel -
Los dos países europeos con mayor renta son Luxemburgo y Suiza. Que se sepa ni han explotado, ni han invadido, ni han masacrado, ni han oprimido a nadie. Jamás han tenido ninguna colonia.
La última guerra que ha ganado Suiza fué en 1315 cuando vencieron a las tropas de los Habsburgo.
Desde entonces el único conflicto armado que han tenido consiste en que sufrieron la invasión de las tropas napoleónicas a finales del siglo XVIII.
No veo a los suizos como unos opresores, invasores y expoliadores.
Simplemente han creado un país rico trabajando en paz y sin molestar a nadie.
Ricardo -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Gualterio Nunez Estrada -
Carlos -
No lloren mas ni culpen mas a nadie por sus fracasos de medio siglo. La antigua URSS invadio, exploto y domino a medio mundo y nunca tuvo un nivel de vida que se le pareciera. La diferencia entre Berlin oriental y occidental era solo una (LIBERTAD).
Enrique R. Martínez Díaz -
Carlos -
Te ret o a que des mientas una sola de estas cosas y me hables de la vida de los maestros en tu par aiso tropical.
Carlos -
Carlos -
Carlos -
Gualterio Nunez Estrada -
Carlos -
Gabriel -
Los cubanos son los mismos en todos sitios, pero en el exterior prosperan y se convierten en inmigrantes de primera clase; trabajadores ejemplares y serios cumplidores.
Todo es cuestión de dejar que sean libres y dueños de su futuro...y que sus ingresos sean proporcionales a su esfuerzo.
Un saludo
Ricardo -
Se quiere una sociedad de justicia social, solidaria con los más débiles, con sanidad y educación gratuitas, donde partiendo de la misma igualdad de oportunidades para todos, cada hombre y mujer alcancen un mayor bienestar a través del esfuerzo en el estudio y en el trabajo. ¿Era eso más o menos?
¿Sí? No busquen mas, esas sociedades ya están inventadas.
Nota: Están en construcción y no son los EEUU