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PATRIA Y HUMANIDAD

LOS LIBROS QUE EL CHE LEÍA EN BOLIVIA

LOS LIBROS QUE EL CHE LEÍA EN BOLIVIA Por Luis Sexto

Más de una vez, periódicos cubanos han publicado una foto donde el Che Guevara aparece leyendo en algún lugar  de la Sierra Maestra.  Transcurría entonces el año de 1957 o 58. Y el joven médico argentino ya había decidido su opción definitiva: había entregado su maletín asistencial y graduado como avezado guerrillero, jefe de una columna rebelde en la campaña contra la dictadura de Fulgencio Batista.  Fue el primer combatiente en ostentar los grados de comandante después de Fidel Castro.

La foto demostraba que si el médico había renunciado a la medicina, el revolucionario seguía aprendiendo en la escuela portátil y  a la vez permanente de los libros, porque curar pueblos de una enfermedad llamada opresión requiere también de un aprendizaje teórico, de un ancho fondo de cultura, que para el Che significaba, más que instrucción o conocimiento, conciencia para sí y para otros, capacidad de asociar fenómenos disímiles, actitud y conducta depuradas en una ética personal que excluyera las formas y las expresiones groseras. No evoco ni puedo imaginar al Che de otra manera que no fuese dirigiendo incluso sus modales por normas de respeto hacia sí mismo y hacia los demás, aun vestido con los harapos de sus campañas guerrilleras. 

Ni sus obligaciones como Presidente del Banco Nacional de Cuba, ni como Ministro de Industrias del Gobierno Revolucionario, lo privaron de su diálogo con los libros. ¿Cómo, si no en meditación y lectura  constantes, podía escribir cuartillas tan agudas y hondas como El socialismo y el hombre en Cuba, o intuir que el llamado socialismo real en Europa no era el estreno de armas nuevas y sí el uso de otras ya melladas? No voy a insistir en lo sabido. Solo hacer recordar que cuando partió al Congo en su primera misión internacionalista desde Cuba, también  los libros ocupaban espacio en su tiempo.

Bolivia no fue excepción. Esto, quizás sea menos conocido. Entre la papelería que le ocupó el ejército boliviano y que se conserva hoy en la bóveda de seguridad del Banco Central en la Paz, existen cinco hojas con una lista de títulos que posiblemente iba a leer en los momentos de vivaqueo de la campaña, o ya había leído, y también  una relación de libros, distribuida mes por mes desde noviembre de 1966 hasta septiembre de 1967, presuntamente por leer en cada período. Al repasarla, se nota que según las circunstancias se agravaban para el grupo guerrillero, el número de libros disminuía. Precisando, en dos hojas aparecen 49 títulos, como una enumeración general, y en las otras tres,  60 títulos distintos a los enumerados antes –salvo dos, el de Luis Peñaloza y el de Ramírez Velarde- y como ya expuse, distribuidos por meses.

Supe de la existencia de estos documentos en 2005. Tal vez deba reprocharme –yo, periodista-  la tardanza en saberlo. Estaba  una noche de mes de agosto de ese año en la casa del historiador y periodista Carlos Soria Galvarro, en la capital boliviana, y el sagaz y consagrado colega me entregó un texto propio comentando estos libros. Él, estudioso de la presencia del Che en Bolivia, autor de siete volúmenes sobre este tema que parece no agotarse, había podido fotocopiar las hojas en una visita al nicho blindado donde se guardan. También, en 2002, Soria había entrevistado a Harry Villegas -Pombo-, uno de los sobrevivientes cubanos del destacamento guerrillero del Che, y este le había confirmado que, en efecto, el Che portaba libros en su mochila, distribuía otros en las mochilas de sus compañeros, y guardaba los más en los escondites dispuestos para conservar alimentos y medicinas. 

Soria aclara, además,  que en la mochila del Che al momento de caer herido había cinco libros –Crítica de la Economía Política, de Carlos Marx; Ensayos sobre las teorías del capitalismo contemporáneo, de S.R. Vigosky; Ils arriventg, de Paul Carrell (en francés); Geometría Analítica, de Philiips, e Historia Económica de Bolivia, de Luis Peñaloza.  “Solo este último  -y además Socavones de angustia, de Ramírez Velarde, advierte el autor de esta nota- figura en las listas” aparecidas entre sus papeles. Ello, supone Soria, “refuerza la idea de que ellas no eran un inventario completo de los libros de la guerrilla”.

Pero, si los documentos del Che se atesoran y custodian celosamente, los libros desparecieron, “lo más probable –deduce Soria- como trofeos de guerra”. “Al parecer nunca llegaron al archivo castrense, por tanto no es posible completar datos bibliográficos, lugar y fecha de edición, número de páginas, etcétera.”

Lo primordial, a mi juicio, es que esas listas evidencian que el Che jamás podrá convertirse en un mito, en una imagen grabada en un pulóver, o en una referencia enciclopédica despojada de su renovadora visión del mundo y la civilización contemporánea o en una síntesis biobibliográfica que prescinda de la ética del Che, tan filosa como la de los antiguos ascetas cristianos. Desde su ya larga muerte, se nos revela como una presencia carnal en la ejemplaridad de su conducta. Ante esa regla que consideraba los libros objetos fundamentales, imprescindibles aun en las circunstancias menos propicias, los revolucionarios hemos de creer que, de no actuar así, como el Che, permaneceremos en el precario sostén de un peldaño inferior.

La cultura ha de ser nuestro equipaje primordial. Y sobre todo la cultura como la entendía el Che: manifestación de lo universal, lo abarcador, lo curioso, paciente y abnegado.Los títulos que planeó leer, o leyó, en Bolivia, confirman la ilimitada libertad de su intelecto. Sin prejuicios. Sin esquemas mutiladores. Benedeto Croce por un lado y Trotsky y Stalin por el otro;  Lenin aquí y al lado De Gaulle; Cortázar y Erasmo;  Rubén Darío y Grahan Greene… Lo mismo la filosofía que la historia,  la medicina que la literatura de ficción, la sociología que la geometría…

Estas son las listas. Literalmente.  Los signos de interrogación entre corchetes son de Carlos Soria, cuando la “letra de médico del Che” le impidió transcribir con certeza:

La historia como hazaña de la libertad –B. CroceP. Rivet –Los orígenes del hombre americano Memorias de guerra –general De Gaulle Memorias –Churchil Fenomenología del Espíritu –Hegel Le neveu de Rameau –Diderot La revolución permanente –Trotsky Nuestros banqueros en Bolivia –Margarita Alexander Marsh El lazarillo de ciegos caminantes –Concolocorvo Descripción de Bolivia –La Paz 1946 El hombre americano –A. d’Orbigny Viaje a la América Meridional  –Buenos Aires El pensamiento vivo de Bolívar –Fombona Aluvión de fuego –Oscar Cerruto El dictador suicida –Augusto Céspedes La guerra de 1879 –Alberto Gutiérrez El Iténez salvaje La Paz –Luis Leigue Castedo Tupac Amaru el rebelde –Boleslao Lewin El indoamericanismo y el problema social en las Américas –Alejandro Lipschutz Internacionalismo y nacionalismo –Liu Shao Chi Sobre el proyecto de constitución de la R.P. China Informe  de la misión conjunta de las Naciones Unidas y organismos especializados para el estudio de los problemas de las poblaciones indígenas andinas, O.I.T. Ginebra 1953 Monografía estadística de la población indígena de Bolivia –Jorge Pando Gutiérrez Historia económica de Bolivia –Luis PeñalozaSocavones de angustia –Fernando Ramírez Velarde La cuestión nacional y el Leninismo –Stalin El marxismo y el problema nacional y colonial Petróleo en Bolivia Historia del colonialismo –J. Arnault Teoría general del estado –Carré de Malberg Diccionario de sociología –Fairchild Pratt Heráclito, exposición y fragmentos –Luis Forie /?/ El materialismo histórico en F. Engels. R.Mondolfo Nacionalismo y socialismo en A. Latina /?/ Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel –MarxLudwig Feurbach y el fin de la filosofía clásica alemana –Engels El desarrollo del capitalismo en Rusia –Lenin Materialismo y empiriocriticismo –Lenin Acerca de algunas particularidades del desarrollo histórico del marxismo Cuadernos filosóficos –Lenin Cuestiones de leninismo –Stalin La ciencia de la historia –John D. Bernal Lógica –Aristóteles Antología filosófica  (la filosofía Griega) José Gaos Los presocráticos. Fragmentos filosóficos de los presocráticos –García Bacca De la naturaleza de las cosas –Tito Lucrecia Caro El filósofo autodidacto –Abuchafar /¿?/ De la causa, principio y uno –Giordano Bruno El príncipe –Obras políticas –Maquiavelo 

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El embajador. Morris West Orient Express. Grahan Greene En la ciudad. William Faulkner La legión de los condenados. Luen /?/  Hazle Romancero Gitano. García Lorca  Cantos de vida y Esperanza. Rubén Darío La lámpara maravillosa. Del Valle Inclán El pensamiento de los profetas. Israel /?/  Matuk Raza de bronce. Alcides Arguedas Misiones secretas. Otto Scorzeny El cuento boliviano –Selección La Cartuja de Parma. Stendal (sic) La física del siglo XX. Jordan La vida es linda, hermano. N. Hikmet Humillados y ofendidos. F. Dostoyevsky El proceso de Nuremberg. J.J. Heydeker y J. Leeb La candidatura de Rojas. Armando Chirveches Tiempo arriba. Alfredo Gravina  Memorias. Mariscal Mongomery La guerra de las republiquetas. Bartolomé Mitre Los marxistas. C. Wright Mills La villa imperial de Potosí. Brocha Gorda (Julio Lucas Jaimes) Pancho Villa. I. Lavrestski La Luftwaffe. Cajus Bekker La organización política. C.D. H. Cole De Gaulle. Edward Ascroft 

12/66

La Nueva Clase. Milovan Djilas El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista. G. Lukaks Juan de la Rosa. Nataniel Rodríguez /sic, por Aguirre/ Dialéctica de la naturaleza. Engels Historia de la Revolución Rusa. I Trotsky 

1/67

Categorías del materialismo dialéctico.  Rosental y Staks /sic/ Sobre el problema nacional y colonial de Bolivia. Jorge Ovando Fundamentos biológicos de la cirugía. Clínicas Quirúrgicas de Norteamérica Política y partidos en Bolivia. Mario Rolón La compuerta No. 12 y otros cuentos. B. Lillo 

2/67

La sociedad primitiva. Lewis H. Morgan Historia de la revolución rusa II. Trotsky Historia de la Filosofía I. Dynnik Breve historia de la revolución mexicana I. Jesús Silva Breve Historia de la revolución mexicana II. J Silva Hertzog Anestexia.Clínicas Quirúrgicas de Norteamérica 

3/67

La cultura de los Inkas. Jesús Lara Todos los fuegos el fuego. Julio Cortázar Revolución en la Revolución. Regis Debray La insurrección de Tupac Amaru. Boleslao Lewin Socavones de Angustia. Fernando Ramírez Velarde 

4/67

Idioma nativo y analfabetismo. Gualberto Pedrazas J. La economía argentina. Aldo Ferrer En torno a la práctica. Mao Tse Tung  Aguafuertes porteños. Roberto Artl Costumbres y curiosidades de los aymaras. M. L. Valda de J. Freire  Las 60 familias norteamericanas. Ferninand Lundberg 

5/67

Historia Económica de Bolivia I. Luis Peñaloza  La psicología en las fuerzas armadas. Charles Chadenois /?/ 

7/67

Historia Económica de Bolivia II. Luis Peñaloza  Elogio de la Locura. Erasmo 

8/67

Del acto al pensamiento. Herni Wallon 

 9/67

Fuerzas secretas. F. O Nitsche /?/           

3 comentarios

Manoel Messias Pereira -

A nossa missão é ainda lutar pela busca da consciencia coletiva, pra que a exploração do homem pelo homem, não aprofunde a cada dia mais a nossa miseria intelectual e material. E para tanto parabens, a construção de nossos passos devem ser feitas, com mãos consciente, leituras acolhedoras, pois enquanto houver explorados e exploradores, não devemos esmorecer e sim continuarmos.

Anónimo -

No se por que se esfuerzan tanto por promover a este personaje a la inmortalidad cuando lo cierto es que era un romantico con infulas de asesino 'sediento de sangre'como el mismo escribio, a mi este 'che' no me impreiona.

alberto -

Y un día fue a casa de Gonzalo, el viejo dirigente de los mineros del carbón, los libros se esparcian desde el piso al techo, desde la ventana hasta la cocina, apilados, ordenados, desordenados, cientos de libros, grandes, pequeños, rusos, cubanos, venezolanos. De ciencias politicas, de economía, de literatura; de ficción, novelas latinoamericanas, etc. etc.

Y le pregunté, ¿Cual me recomendaba?, la respuesta me dejo asombrado.

"No me he leido ninguno, simplemente me gustan los libros"

El Che y los libros, debe ser algo así como una novelita de Corin Tellado; porque de haber leido solo diez habria entendido que el ser humano es más importante que sus "FRACASADAS REVOLUCIONES"